BANGKOK.- Con
el cierre de fronteras en varios países y millones de personas en
cuarentena en Filipinas, el Sudeste Asiático está blindándose ante el
contraataque del COVID-19, que hasta ahora había pasado de puntillas por
esta región tropical.
Pese
a que Tailandia fue el primer país en detectar un caso del nuevo
coronavirus fuera de China, origen de la pandemia, y varios países
comparten frontera con el gigante asiático, los contagios estaban
aumentado de forma paulatina, sobre todo comparado con la situación en
Europa.
Sin
embargo, el virus se está extendiendo de manera exponencial en los
últimos días y ya suma 1.482 infecciones y 19 muertos en el Sudeste
Asiático, que tiene una población de 622 millones de habitantes.
Malasia,
el país de la región con más contagios (566, de los que 190 fueron
detectados el fin de semana), ha ordenado a partir de mañana el cierre
de las fronteras a los turistas extranjeros y los malasios no podrán
abandonar el país como parte de una serie de medidas para restringir los
movimientos hasta finales de marzo.
Las
autoridades también clausurarán los colegios, universidades, lugares de
culto y la mayoría de los negocios y empresas, excepto tiendas de
alimentación y artículos esenciales.
Países
como Singapur y Filipinas prohíben la llegada de viajeros de naciones
como China, Corea del Sur, España o Irán, mientras que otros como
Tailandia e Indonesia las mantiene abiertas con restricciones como poner
a los viajeros en cuarentena.
"Tenemos
que ganar", dijo en una conferencia de prensa este lunes el primer
ministro tailandés, Prayut Chan-ocha, haciendo un gesto con los puños
para expresar su determinación.
Tras
unas semanas de mensajes confusos y contradictorios, Tailandia declaró
hoy el cierre en Bangkok de colegios, universidades, bares, eventos
deportivos y locales de masajes durante dos semanas.
El
presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, impuso el lunes una estricta
cuarentena en la región norteña de Luzón, donde viven más de 57 millones
de personas y se encuentra la capital, después de registrar 185
contagios, el triple que hace una semana, y 12 muertos.
Además,
las autoridades filipinas también cancelaron los vuelos desde Luzón, lo
que implica a la gran mayoría de las conexiones internacionales, y
cerraron la bolsa de valores.
Brunéi, con 400.000 habitantes, también anunció el cierre de sus territorios en los últimos días con un total de 54 infectados.
Vietnam,
hasta ahora con 61 infectados por COVID-19, fue uno de los primeros
países en reaccionar y blindar su larga frontera terrestre con China
ademas de cerrar colegios. Este martes decidió cancelar la tramitación
de visados a viajeros de cualquier país, lo que supone el cierre casi
completo del país.
Desde
las primeras semanas del brote, que comenzó en la ciudad china de
Wuhan, los expertos especulan las razonas por las que el coronavirus se
haya extendido con relativa lentitud en el Sudeste Asiático, sobre todo
en comparación con China y Europa.
Esto a pesar de la proximidad de países y de que Tailandia, por ejemplo, es el principal destino de los turistas chinos.
Algunos
expertos han sugerido que el nuevo coronavirus no sobrevive bien en
zonas cálidas, lo que explicaría la menor virulencia en el Sudeste
Asiático, aunque la Organización Mundial de la Salud ha declarado que
esto no está demostrado.
En
cualquier caso, el repunte de los casos en la región muestra que el
coroanvirus se está expandiendo a pesar del calor y los científicos
alertan de que la mejor forma de luchar contra la pandemia es aumentar
los test para conocer la situación real y aislar los contagios.
Con
la notable excepción de Singapur, la mayoría de los países de la región
no están realizando test de manera intensiva, con unos 130 realizados
en Birmania (Myanmar), país con 53 millones de habitantes, y unos 450 en
Indonesia, donde viven unas 264 millones de personas.
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