BEIRUT.- El primer ministro libanés, Saad Hariri, anunció este martes la dimisión de su Gobierno, después de dos semanas de protestas masivas contra su Ejecutivo en todo el país.
"Me
dirijo al Palacio Baabda para presentar la dimisión del Gobierno al
presidente, Michel Aoun, en respuesta a los muchos libaneses que salieron a las plazas para pedir el cambio", indicó en un breve discurso televisado a la nación.
El mandatario advirtió que ya no puede "ocultar más" el hecho de que el Líbano ha llegado a un "callejón sin salida",
por lo que puso su dimisión "en manos del presidente y de todos los
libaneses", pues Aoun debe ahora aceptar o rechazar la renuncia.
A
sus "socios" políticos, indicó que su responsabilidad es proteger el
país y buscar formas de desarrollar la economía, para lo que hay en
estos momentos una buena oportunidad que no se debe dejar pasar.
"Las posiciones vienen y van, pero lo más importante es la dignidad y la seguridad de la patria (...) Nadie es más grande que mi país", concluyó Hariri.
Hariri
ya dimitió por sorpresa en 2017, en un discurso televisado desde Arabia
Saudí, en el que entonces denunció que se preparaba un atentado contra
su vida y criticó la injerencia de Irán en su país y en el mundo árabe.
Un mes después, retiró su dimisión después de una reunión extraordinaria del Consejo de ministros en la que todas las fuerzas políticas libanesas se comprometieron a disociarse de los conflictos regionales.
Las
protestas arrancaron el 17 de octubre, después de que el Gobierno
anunciara su intención de tasar las llamadas telefónicas a través de
servicios de mensajería gratuita por internet.
Desde
entonces, miles de personas han tomado las calles de Beirut y de otras
ciudades del país exigiendo la marcha del Gobierno y respuestas contra
la corrupción y la situación económica de un país que tras 29 años aún
no puede garantizar el suministro de electricidad.
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