SANTIAGO.- Después varios días en los que la
expresión cívica de los chilenos que se movilizan en reclamo de reformas
estructurales que generen una sociedad más justa fuese el elemento
predominante, la marcha convocada frente al palacio de La Moneda (sede del Ejecutivo) acabó estallando en disturbios, barricadas e incendios.
La
marcha fue reprimida a unos 200 metros antes de llegar a La Moneda,
momento en el que comenzaron las barricadas y los enfrentamientos entre
manifestantes y policías.
En
medio de los disturbios, comenzó a arder un centro comercial en plena
Alameda Bernardo O'Higgins, principal arteria de la ciudad, que durante
varias horas fue pasto de las llamas y desprendió una gran humareda
negra, hasta que Bomberos Voluntarios consiguió acceder al lugar y sofocarlo.
Ardió
también un hotel cercano y la estación de metro de Plaza Italia, entre
otros focos de ignición. También se saqueó una instalación de la
Secretaría Regional de Salud que atiende a 700 personas a diario.
Los
hechos se dieron en el primer día sin estado de emergencia en el país,
medida que rigió durante toda la semana pasada para que el Ejército se
encargase de la seguridad ante los desmanes con que se inició este
estallido social, que hasta la fecha se ha cobrado la vida de al menos
20 personas.
El
nuevo ministro del Interior, Gonzalo Blumel dijo en Twitter que la
violencia vista esta jornada "es inaceptable y debe ser rechazada por
todos, explícitamente y sin ambigüedades".
"No representa en nada las legítimas demandas que la ciudadanía ha planteado. El camino es el diálogo y la colaboración. Una Agenda Social para un Chile mas justo", agregó.
La
nueva portavoz del Gobierno, Karla Rubilar, quiso diferenciar estos hechos de violencia y la masa ciudadana que se manifiesta en paz,
fenómeno que alcanzó su culmen el pasado viernes con alrededor de 1,2
millones de personas marchando por el centro de la capital.
"Lo
que estamos viendo hoy día en el centro de Santiago y en algunas
pequeñas manifestaciones en regiones, no es la gente que quiere justicia
social, estamos viendo gente que quiere destrucción y caos", dijo a la prensa la exintendenta (gobernadora) de la región Metropolitana, en la que se circunscribe la capital de Chile.
"Son
6.500 personas que creen que pueden tomarse Santiago, pero les vamos a
encontrar. Puede que nos demoremos, pero les vamos a encontrar", agregó
Rubilar.
La
exintendenta fue en la mañana de ayer lunes una de las protagonistas de
la profunda remodelación de gabinete que hizo Piñera para enfrentar la
crisis política y social que vive el país.
El
presidente se deshizo de algunas de las personas de su mayor confianza,
como el ministro del Interior, Andrés Chadwick o la portavoz, Cecilia Pérez, fieles escuderos de Piñera en su primer mandato (2010-2014).
Chadwick fue sustituido por Blumel y Pérez por Rubilar.
Abandonaron también el Gobierno los ministros de Hacienda, Felipe
Larraín; Economía, Juan Andrés Fontaine; Trabajo, Nicolás Monckeberg; y
Deportes, Pauline Kantor.
La cartera de Hacienda quedó en manos del economista Ignacio Briones, que hasta ahora se desempeñaba como decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Lucas
Palacios, hasta ahora viceministro de Obras Públicas, pasó a titular la
cartera de Economía, y María José Zaldívar, subsecretaria de Previsión
Social, asumió en la de Trabajo.
Julio Isamit,
de 30 años, fue designado ministro de Bienes Nacionales en reemplazo de
Felipe Ward, que se hizo cargo de la cartera de la Secretaría General
de la Presidencia. En tanto que la exportavoz, Cecilia Pérez, fue
nombrada ministra de Deportes.
Los
cambios fueron criticados por la oposición, que no vieron en estos
cambios lo que se esperaba del presidente en un momento de crisis social
como el actual.
Así, el senador del Partido Socialista Carlos Montes
escribió en su cuenta de Twitter que "lamentablemente, este cambio de
gabinete, con reiteración de muchos nombres, no está a la altura de lo
que se requiere en este momento".
Por su parte, la representante de la coalición de izquierdas Frente Amplio, Beatriz Sánchez dijo en Twitter que Piñera "sólo movió piezas" cuando
lo que exigen los chilenos es "que cambie el tablero", lo que en su
opinión supone "convocar a plebiscito para que se resuelva
democráticamente la salida de esta crisis".
En
un sentido similar se expresó el presidente de la Cámara de Diputados,
Iván Flores, del Partido Demócrata Cristiano, quien dijo que "más que
los nombres (de los nuevos ministros) lo sustantivo es un cambio de
rumbo y un golpe de timón hacía donde Chile tiene que ir, y para eso hay que comenzar a poner fecha a los compromisos".
"¿Cuándo
partimos con la Nueva Constitución en un proceso donde la ciudadanía
pueda expresarse para una nueva Carta Fundamental y entre todos
construir un país más justo que la ciudadanía nos ha demandado?", dijo
Flores, según recogió la radio local Bío Bío.
En
este sentido, los senadores de oposición presentarán este martes en el
Congreso Nacional un proyecto de reforma constitucional que contemplará
dos alternativas: asamblea constituyente o convención.
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