NUEVA DELHI.- La
India amaneció este domingo extrañamente desierta en una jornada en la
que 1.300 millones de personas estaban llamadas a quedarse en casa, con
motivo de un toque de queda "popular" de catorce horas contra el
coronavirus.
Las
normalmente bulliciosas calles de las grandes metrópolis de la nación
asiática aparecieron vacías, mientras la cifra de infecciones por
COVID-19 aumentaban a 324 (prácticamente el doble que hace cuatro días) y
el número de fallecidos a 5.
"Llevo
trabajando en este mercado 35 años y nunca lo había visto así. Nunca
había visto Delhi tan vacía, por primera vez en mi vida no hay nadie en
la carretera", dijo un asombrado Manoj Gupta, propietario de un
comercio de alimentación en el barrio acomodado de Defence Colony.
Con
la inmensa mayoría de comercios cerrados a cal y canto, el céntrico
mercado exhibía una atmósfera de calma inusual. Incluso las farmacias
tenían las persianas bajadas, para desazón de uno de los pocos
transeúntes que había decidido saltarse el toque de queda para conseguir
medicinas.
La
situación era similar en el mucho más popular -y normalmente
bullicioso- barrio de Kotla, con pocos transeúntes, persianas bajadas y
coches de la Policía patrullando las calles.
El
silencio en la capital se quebró, sin embargo, cuando a las cinco de la
tarde sus habitantes se asomaron a los balcones para aplaudir y golpear
cacerolas en respuesta a la llamada del primer ministro indio, Narendra
Modi, a mostrar gratitud durante cinco minutos a todos aquellos que
mantienen los servicios esenciales.
Modi
se había dirigido a la nación el pasado jueves para anunciar una
jornada de toque de queda simbólico -desde las 7 de la mañana hasta las 9
de la noche-, que ayudaría a preparar al país "para los desafíos
futuros" en la lucha contra el coronavirus.
Una
iniciativa aparentemente bien recibida por la población. La jornada
vació ciudades como Bombay (oeste), Calcuta (este) o la propia Nueva
Delhi, con más de 14 millones de habitantes cada una.
Pero
son muchas las voces escépticas sobre la efectividad de menos de 14
horas de aislamiento social, tanto entre los expertos en salud como en
los ciudadanos de a pie.
Manek,
un joven veinteañero que volvía a casa en coche, explicó que la
medida es "necesaria" pero "demasiado corta por el momento".
"Debería
durar al menos una semana (...) un día puede que sirva para algo pero
no hará mucho cuando la gente salga mañana y vuelva a su rutina diaria",
explicó.
La
India no ha decretado medidas drásticas de cuarentena como las que han
tomado países más afectados como España o Italia. Pero sí ha ido
cerrando progresivamente sus fronteras, primero a vuelos procedentes de
algunas naciones en particular y el pasado jueves a cualquier avión de
pasajeros procedente del extranjero durante una semana.
El
país suspendió hoy y hasta el 31 de marzo todos los trenes del país,
excepto los de mercancías, un medio de transporte utilizado por más de
20 millones de personas diariamente.
En
un comunicado, el Secretariado del Gobierno indio informó también del
cierre de todos los servicios de metro, así como los autobuses que
conectan los diferentes estados de la nación asiática.
Las
estaciones de ferrocarril de grandes ciudades como Delhi o Bombay han
experimentado en los últimos días una gran afluencia de viajeros, en su
mayor parte jornaleros procedentes de zonas rurales que buscaban
regresar a sus hogares tras ver sus empleos destruidos por el parón de la
actividad económica.
El líder del opositor Partido del Congreso, Rahul Gandhi, calificó al coronavirus de "mazazo" para la "frágil economía" india.
"Los
pequeños y medianos comercios y los jornaleros son los más afectados, y
aplaudir no les va a ayudar. Solo un paquete económico masivo que
incluya envíos directos de dinero, exenciones fiscales y una moratoria
en el pago de préstamos lo harán", dijo en Twitter.
Aunque
el toque de queda simbólico lanzado por Modi finaliza esta noche, las
autoridades han ordenado ampliar las restricciones en varios distritos
donde se han registrado casos.
"Los
gobiernos regionales han sido informados de que deben publicar órdenes
para permitir la operación de servicios esenciales en los 75 distritos
en los que se han confirmado casos o fallecimientos debido al COVID-19",
informó el Gobierno central en un comunicado.
Varios estados, como Punjab y Cachemira (norte) u Orissa (este) ampliarán además el toque de queda hasta el 31 de marzo.
Y
es que, como el propio Modi dijo en su discurso el jueves, "es un error
asumir que la India no se verá impactada" por el coronavirus.
El
segundo país más poblado del mundo con 1.300 millones de habitantes, y
un sistema de salud frágil, debe permanecer "alerta y cauteloso".
No hay comentarios:
Publicar un comentario