LONDRES.- Amnistía Internacional y
otras oenegés expresaron preocupación por la vulnerabilidad de los
trabajadores migrantes confinados en Doha como parte de la lucha que
libra Qatar contra el nuevo coronavirus.
Estos migrantes viven en
el polígono industrial de Doha, puesto en cuarentena la semana pasada
por un período inicial de dos semanas después de que se detectaran ahí
varios casos del nuevo coronavirus.
Qatar no reporta hasta ahora ningún fallecido pero tiene 494 contagiados.
"Los
trabajadores migrantes atrapados en campamentos como los de Qatar están
particularmente expuestos al riesgo de contraer el virus", advirtió
Steve Cockburn, de Amnistía, quien manifestó preocupación por la
promiscuidad y la falta de instalaciones sanitarias.
"El gobierno
de Qatar debe velar por que todos tengan acceso a la asistencia de
salud, incluida la atención preventiva y el tratamiento para las
personas afectadas, sin discriminación", señaló la oenegé en un
comunicado.
Varios trabajadores confinados originarios del sur de
Asia afirmaron -bajo anonimato- que tienen acceso a atención
médica y alimentos, pero deploraron la falta de información por parte de
las autoridades.
"Hay tiendas aún abiertas y todos están sanos, pero no tenemos información", dijo un obrero de la construcción.
"No
tengo idea de cuándo terminará. La carretera está bloqueada, hay un
límite más allá del cual nadie puede salir ni entrar", añadió un
empleado de un almacén.
La zona industrial está rodeada de retenes
policiales, y se ha desplegado una unidad para desinfectar los
vehículos que entregan provisiones.
Las autoridades no precisaron
el número de trabajadores que están en cuarentena, pero aseguraron que
recibirán su salario habitual.
Alrededor de un 90% de los 2,7
millones de residentes en Qatar son extranjeros, la mayoría, originarios
de países en desarrollo y trabajan en obras para la Copa del Mundo
2022.
Muchas oenegés denuncian desde hace años las condiciones de trabajo de los migrantes en Qatar.
En
un video difundido en Twitter, Lolwah al Jater, portavoz del ministerio
de Asuntos Exteriores de Qatar, aseguró a las personas confinadas,
incluidos los de la zona industrial, que el gobierno trabaja para
"apoyar a los residentes locales y salvaguardar su salud y bienestar".
Qatar
prohibió la entrada a los extranjeros, las reuniones -incluidas
religiosas-, y decretó el cierre de escuelas, restaurantes y tiendas que
no sean de alimentos.
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