MIAMI.- Los
estados de Luisiana, Delaware y Ohio ordenaron este domingo a sus
residentes que permanezcan en casa, de forma que más de 100 millones de
estadounidenses están ya bajo cuarentena para intentar reducir la rápida
expansión del coronavirus en el país, que cuenta ya con más de 30.000
casos y centenares de muertos.
Con
estos tres nuevos anuncios, son al menos ocho los estados del país que
han instado a su población a que eviten salir a la calle para cualquier
actividad que no sea "esencial" después de que en los pasados días lo
hicieran en California, Nueva York, Illinois, Oregón, Washington, Nueva
Jersey y Connecticut.
El
primer estado en tomar esta medida fue California, considerada la
quinta economía mundial y cuyos 40 millones de habitantes están en
cuarentena desde el pasado viernes.
El
gobernador de Ohio, Mike DeWine, instó este domingo en conferencia de
prensa a que permanezcan en casa los más de 11 millones de residentes
del estado.
La
orden, que entrarán en vigor en la medianoche del lunes al martes, se
suma a la adoptada por el gobernador de Luisiana, Bel Edwards, que
ordenó a sus habitantes no salir de casa desde la tarde del lunes hasta
al menos el 12 de abril.
"A
medida que el número de casos continúa creciendo, estoy ordenando a
todos los habitantes de Luisiana que se queden en casa, a menos que sea
absolutamente necesario que salgan", indicó el gobernador a los más de
4,5 millones de residentes.
El
tercer estado en emitir una orden similar fue el de Delaware, cuyo
gobernador, John Carney, firmó una orden de confinamiento desde primera
hora del martes hasta el 15 de mayo para los poco menos de un millón de
habitantes de la región.
Para
combatir esta "amenaza a la salud pública", Carney pidió a los
residentes que vayan a trabajar y regresen directamente a casa. "Si no
necesita alimentos u otros artículos esenciales, quédese en casa",
apuntó.
A
estos estados se sumó además la ciudad de Filadelfia, la mayor urbe de
Pensilvania, que anunció este domingo una orden de quedarse en casa a
sus 1,5 millones de habitantes.
La
expansión de la enfermedad preocupa al presidente Donald Trump, que
puso a la Guardia Nacional a disposición de los estados de Washington,
Nueva York y California.
"Estos
estados han sido los más afectados", aseguró el gobernante durante la
conferencia de prensa diaria del grupo de trabajo de la Casa Blanca que
tiene por objetivo aplanar la curva de contagios y fallecidos.
Efectivos
de la Guardia Nacional -una fuerza de reserva que opera en cada estado y
que pasa bajo control del presidente en tiempos guerra o crisis-
apoyarán a estos estados en la construcción de unidades para albergar
enfermos y garantizarán el abastecimiento.
Este
domingo, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, pidió asistencia
del Gobierno federal, después de informar de que la cifra de contagios
en ese estado ascendía a 15.168, mientras que la de fallecidos por el
COVID-19 es de 114, lo que ubica a este estado en el primer lugar de
víctimas mortales por el coronavirus en el país.
Para
ayudar en la atención de los enfermos está previsto que llegue a la
costa de la ciudad un barco hospital, el USNS Comfort, que cuenta con
unas mil habitaciones, pero lo hará dentro de "unas semanas", pues está
en pleno proceso de mejoras.
Trump
anunció este domingo además que enviará otro buque, el USNS Mercy, otro
barco hospital que está atracado en San Diego y llegará al puerto de
Los Ángeles en unos días.
En
la misma conferencia de prensa de Trump, el vicepresidente, Mike Pence,
informó de que al menos 254.000 estadounidenses ya se hicieron la
prueba del coronavirus y que más de 30.000 dieron positivo.
Este
número sitúa al país en el tercer puesto en las estadísticas mundiales
de contagios, por debajo de China e Italia y tras superar a España.
Pence
no informó de la cifra de fallecidos a causa del COVID-19 y, mientras
los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señalan
que se han registrado 201 muertos, el recuento realizado por diversos
medios lleva esa cifra al doble.
Los
contagios por coronavirus llegaron al corazón de la política en
Washington, el Capitolio, donde este domingo se conoció que había dado
positivo el senador Rand Paul, lo que llevó a otros cuatro legisladores
republicanos de la Cámara Alta a optar por permanecer en cuarentena
voluntaria.
Eso
complica las opciones de aprobar medidas para combatir los efectos en
las salud y la economía, pues hay menos votos para llegar a los 60
necesarios para sacar adelante el paquete legislativo de estímulo
económico para hacer frente al COVID-19.
En
este sentido, los senadores no llegaron a un acuerdo este domingo y
fracasó la votación para avanzar en el proceso de aprobación de un
millonario paquete de ayudas, por lo que las conversaciones deberán
continuar para alcanzar un pacto bipartidista.
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