LA PAZ.- La crisis por el coronavirus ha sumido a Bolivia en una cuarentena, un toque de queda, que obliga a aplazar aún sin fecha las elecciones
que estaban previstas para mayo, lo que devuelve al país a la
incertidumbre política que atravesó hace pocos meses con los fallidos
comicios de octubre.
El país sudamericano ha entrado este domingo en una total cuarentena, como la define el Gobierno interino, por al menos catorce días, en un intento de que no suban los 19 casos confirmados del COVID-19, y con ella en la duda de cuándo se podrá volver a las urnas.
La presidenta transitoria, Jeanine Áñez, compareció
este sábado con un mensaje a la nación desde la sede de Gobierno en La
Paz, tras una reunión extraordinaria de su gabinete.
“Una decisión dura, pero necesaria“, la calificó
Áñez, al anunciar que la cuarentena que desde el pasado miércoles
prohibía salir a la calle por unas horas será desde este domingo para
todo el día.
Aunque oficialmente no se habla de toque de queda, bolivianos y
residentes no podrán salir a la calle, salvo algunas excepciones como
las urgencias sanitarias, en principio hasta el próximo 5 de abril.
El país se encuentra en emergencia nacional para combatir la enfermedad,
cuyos primeros contagios llegaron de Europa, con las fronteras
cerradas, los vuelos suprimidos y cada vez más restricciones para
intentar que no se propague la enfermedad.
Pocas horas después del anuncio de la presidenta transitoria quien
compareció ante los medios fue el presidente del Tribunal Supremo
Electoral de Bolivia, Salvador Romero, para anunciar por su parte que se
aplazan las elecciones que estaban previstas para el próximo 3 de mayo.
El órgano electoral ve imposible de cumplir el calendario hacia esa
fecha, por lo que deja pendiente de un posible acuerdo con las fuerzas
políticas la cita con las urnas para elegir presidente, vicepresidente,
diputados y senadores.
Esa nueva fecha no tendría que perjudicar ni favorecer a ningún candidato, por lo que debe decidirse con “criterios técnicos y científicos sólidos“, advirtió el presidente acompañado por el resto del órgano electoral.
El candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, el
partido de Evo Morales, es por ahora el favorito en las encuestas,
aunque con la duda de si tendría suficiente margen para ganar en primera
vuelta.
Romero apuntó que además de consenso político, la convocatoria de una
nueva fecha debe estar respaldada por una ley que salga del Parlamento
boliviano, donde tiene mayoría el MAS, el partido de Evo Morales.
En un país más pendiente del toque de queda, el aplazamiento apenas
generó reacciones de los candidatos, solo algún comentario en redes
sociales, a donde se traslada el debate político en medio de la
cuarentena.
Ni Arce ni Áñez, candidata por la alianza Juntos, se habían pronunciado hasta entrada la noche, ni Morales,que suele ser muy activo en redes sociales desde Argentina, donde ejerce de jefe de campaña del MAS.
El expresidente boliviano Carlos Mesa, candidato por la agrupación
Comunidad Ciudadana, expresó en Twitter su respaldo al aplazamiento y
mostró su disposición “para concertar, con los demás actores políticos,
una fecha de elecciones, lo más pronto que permita la emergencia
sanitaria que enfrentamos”.
El también expresidente Jorge Quiroga, que encabeza la candidatura de
la alianza Libre 21, se manifestó en términos similares en la misma red
social, apostando por una nueva fecha electoral que “se debe fijar con
criterios sanitarios, porque el derecho a la vida está por encima de
otros derechos”.
“Emplazo a Luis Arce a respaldar esta postergación, la salud está primero”, sentenció.
El aplazamiento sin fecha trae de nuevo la incertidumbre política a
Bolivia, pocos meses después de la crisis que atravesó el país tras los
fallidos comicios de octubre, una de las más graves en su historia
reciente con al menos 35 muertos y más de ochocientos heridos en un
trágico conflicto social.
Los comicios para el 3 de mayo fueron convocados tras un acuerdo de
pacificación entre el Gobierno interino de Áñez y una parte de los
sectores afines a Morales, incluido el considerado como ala de consenso
de su partido, tras quedar anulados los del pasado 20 de octubre, en los
que el entonces presidente había sido declarado vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
Las denuncias de un supuesto fraude electoral a su favor, los
enfrentamientos entre partidarios y detractores del aún presidente, la
advertencia de la Organización de Estados Americanos de que hubo
irregularidades en el recuento de votos y motines policiales en contra
de Evo Morales fueron agudizando la crisis.
Finalmente anunció en noviembre su renuncia, denunciando que era
forzado a dejar el poder por un golpe de Estado para derrocarlo y
privarlo de una victoria en las urnas, en medio de presiones de mandos
policiales y militares, entre otras.
Áñez, que era una senadora opositora, asumió el poder de forma
interina, de forma muy cuestionada dentro y fuera del país, con la
promesa de pacificar Bolivia y convocar nuevos comicios, que fueron anunciados el pasado enero para el 3 de mayo.
Pero ahora otra crisis, la del coronavirus, deja otra vez al país pendiente de saber cuando volverá a las urnas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario