jueves, 14 de noviembre de 2019

Áñez anuncia diálogo en Bolivia con el partido de Morales, entre pedidos de renuncia

LA PAZ.- El gobierno de la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, anunció este jueves que inició un diálogo con el Movimiento Al Socialismo (MAS), partido de Evo Morales asilado en México, para pacificar el país convulsionado tras elecciones "irregulares" del 20 de octubre y la posterior renuncia del líder izquierdista.

En medio de reclamos de renuncia a la nueva mandataria, el gobierno de Áñez intenta poner fin a las manifestaciones violentas y enfrentamientos, en la cuarta semana de protestas que han dejado 10 muertos y unos 400 heridos.
"Estamos en una mesa de diálogo, creemos que es posible pacificar el país", indicó el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano, uno de los 11 miembros del gabinete ministerial designados por Áñez.
En el diálogo, detalló, participan delegados del gobierno de la presidenta interina y congresistas del partido de Morales, que hasta el momento no han confirmado el acercamiento.
Antes, Áñez había dicho que "Evo Morales no está habilitado para un cuarto mandato", por lo cual, no puede participar de los próximos comicios, de fecha incierta.
Sin embargo, aclaró, el partido del exgobernante "tiene derecho de participar en elecciones generales". Y recomendó "que vaya buscando candidato".
Las tensiones continuaban la tarde del jueves en La Paz, luego de que una columna formada por miles de partidarios de Morales bajara desde El Alto, la ciudad vecina, bastión del líder izquierdista.
Los defensores del expresidente coreaban consignas: "Áñez golpista, fuera del palacio", "Que vuelva Evo".
"Estamos pidiendo la renuncia de la presidenta, esa presidenta racista, que se vaya esa golpista", dijo Juan Gutiérrez, uno de los manifestantes, vestido con un poncho rojo que identifica a los miembros de una organización campesina andina que apoya a Morales.
A metros, Nery, una mujer aymara de 28 años, vestida con pollera tradicional, se hizo eco del reclamo: "Estamos bien enfurecidos con esta señora (Áñez) que se ha nombrado solita; queremos que Evo retorne", dijo mascando una hoja de coca, como manda la tradición andina.
El miércoles, una manifestación similar en apoyo a Morales terminó en choques con la policía cerca de la Plaza Murillo, mientras Áñez juramentaba en el Palacio Quemado a la nueva cúpula militar.
Los incidentes del miércoles se prolongaron hasta la noche y culminaron con una veintena de detenidos, según medios locales.
Inicialmente los que protestaban eran adversarios de Morales, pero desde el domingo, tras la renuncia, son sus partidarios los que han salido a las calles y se han enfrentado con la policía.
El jueves, La Paz intentaba volver a la normalidad, aunque las clases universitarias están suspendidas y muchos padres prefieran no enviar a sus hijos a las escuelas por temor a hechos de violencia.
Parte considerable del transporte público operaba, incluido el teleférico, pero los accesos a la Plaza Murillo, donde se encuentra la casa de gobierno, seguían cerrados por barricadas custodiadas por la policía.
Áñez anunció este jueves que presentará un reclamo diplomático ante México por permitir actuaciones políticas de Morales.
"Tenemos una canciller (Karen Longari) que hará la representación que corresponda ante esa ruptura de ese protocolo" de asilo político, dijo en rueda de prensa.
Desde su exilio en México, Morales instó el miércoles a organismos internacionales como la ONU y la iglesia Católica, a través del papa Francisco, a acompañar un "diálogo para pacificar" Bolivia.
"La violencia atenta contra la vida y la paz social", escribió en Twitter Morales, quien renunció acorralado por las protestas y por un lapidario informe de la OEA sobre irregularidades en los comicios, y abandonado por las Fuerzas Armadas y la Policía.
El expresidente boliviano Carlos Mesa (2003-2005), segundo en los comicios de octubre, también fustigó a México por permitir actividades políticas de Morales.
Uno de los desafíos de Áñez será llevar una buena relación con el Congreso donde el MAS de Morales goza de una amplia mayoría.
Áñez dijo que su único "norte" es convocar a nuevas elecciones, para lo que necesita nombrar a siete miembros del Tribunal Supremo Electoral, que deben ser ratificados por el Congreso.
El Senado no se ha reunido desde que el martes, en una sesión sin quórum reglamentario, Áñez se proclamó presidenta interina por ser la segunda vicepresidenta de esa cámara, tras la renuncia de quienes le antecedían en la línea de sucesión.
El Tribunal Constitucional la avaló y las Fuerzas Armadas y de la Policía le declararon su lealtad.
En su primera medida internacional, Áñez reconoció al líder opositor Juan Guaidó como presidente de Venezuela, al romper la alianza con Nicolás Maduro de Morales, informó el gobierno.
Por su parte, Estados Unidos reconoció el miércoles a Áñez. Lo mismo hizo Rusia aunque no consideró como "proceso legítimo" la salida del poder de Evo Morales.
Áñez también recibió el reconocimiento de Guatemala y Colombia, mientras la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, pidió evitar "un vacío de poder que puede tener consecuencias para todo el país".
El presidente electo de Argentina se mostró dispuesto a dar asilo a Morales. "El día que llegue a la Presidencia va a ser un honor recibirlo a Evo Morales y a (el ex vicepresidente de Bolivia) Álvaro García Linera en Argentina", dijo.

Luchas de poder

La presidente interina de Bolivia, Jeanine Áñez, lucha por consolidar el control mientras los legisladores y exministros leales al derrocado líder socialista Evo Morales intentan reclamar las palancas del poder.
Tres días después de que Morales huyera al exilio mexicano, después de las acusaciones de fraude mientras buscaba un cuarto mandato, sus oponentes y seguidores continúan la agitación en su nombre. El apoyo del ejército, la corte constitucional y algunos gobiernos extranjeros, incluido Estados Unidos, significa que Áñez tiene la ventaja por ahora.
“Hay dos grupos de personas que afirman ser el gobierno”, asegura Kathryn Ledebur, directora de la Red Andina de Información, un centro de estudios boliviano. “Las fuerzas armadas están respaldando a uno. No sé si eso sea definitivo”.
Áñez ha designado un nuevo gabinete y un alto mando militar desde que presentó su reclamo al cargo el martes. Pero el partido MAS de Morales tiene una mayoría en ambas cámaras del Congreso, y sus miembros están haciendo todo lo posible para debilitar a Áñez, quien no consideran que tenga autoridad legal para gobernar.
Áñez dijo el jueves que su presidencia es “estrictamente provisional” y tiene dos objetivos principales: la derogación de un fallo de la corte que le permitió a Morales buscar un cuarto mandato y la organización de nuevas elecciones lo antes posible.
Morales renunció el domingo, junto con su vicepresidente y los jefes del Congreso. Huyó a México y dice que es víctima de un golpe de derecha.
Áñez, quien era senadora opositora y segunda vicepresidente del órgano, dijo el martes al Congreso que asumiría el liderazgo y que, por lo tanto, la Constitución la convertía en jefa de Estado interina después de que Morales abandonó el país.
Desde entonces, los aliados de Morales han discutido sobre por qué no lo es, además de posibles reemplazos.
La líder del Senado a favor de Morales, Adriana Salvatierra, anunció su renuncia el domingo, pero hay dudas sobre si era válida porque no fue presentada por escrito y aprobada por la cámara alta.
El partido de Morales también eligió a un nuevo líder de la cámara baja el jueves que, según la Constitución, sería el tercero en la línea a la presidencia después del vicepresidente y la líder del Senado.
El ministro de Asuntos Exteriores de Morales, Diego Pary, juró en una publicación de Twitter que continuaría con sus deberes ministeriales. El embajador de Bolivia ante la ONU rechazó la exigencia del gobierno de Áñez para que renunciara, diciendo que fue nombrado por el jefe de Estado constitucional del país en una decisión ratificada por el Senado.
El propio Morales continúa haciendo declaraciones sobre política desde fuera del país. Carlos Mesa, quien quedó en segundo lugar en las elecciones presidenciales del 20 de octubre, pidió al gobierno de México impedir que Morales abuse de su estatus de asilo para generar problemas.
México ha denunciado el derrocamiento de Morales como un golpe de estado, al igual que Cuba y Venezuela, mientras que Estados Unidos y Brasil han reconocido a Áñez como la mandataria legítima. Rusia, que había sido un aliado de Morales, anunció que consideraría a Áñez como líder hasta que se celebre nuevas elecciones.
Las elecciones presidenciales del mes pasado desencadenaron tres semanas de violentas protestas. La crisis llegó a un punto crítico el domingo, cuando los monitores de la Organización de Estados Americanos dijeron que era poco probable que Morales realmente hubiera asegurado suficientes votos como para evitar una segunda vuelta.
Morales inicialmente ofreció celebrar nuevas elecciones, y luego renunció después de que el ejército le retirara públicamente su apoyo.

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