LA PAZ.- El gobierno de la
presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, anunció este jueves que
inició un diálogo con el Movimiento Al Socialismo (MAS), partido de Evo
Morales asilado en México, para pacificar el país convulsionado tras
elecciones "irregulares" del 20 de octubre y la posterior renuncia del
líder izquierdista.
En medio de reclamos de renuncia a la nueva
mandataria, el gobierno de Áñez intenta poner fin a las manifestaciones
violentas y enfrentamientos, en la cuarta semana de protestas que han
dejado 10 muertos y unos 400 heridos.
"Estamos en una mesa de diálogo, creemos que es posible
pacificar el país", indicó el ministro de la Presidencia, Jerjes
Justiniano, uno de los 11 miembros del gabinete ministerial designados
por Áñez.
En el diálogo, detalló,
participan delegados del gobierno de la presidenta interina y
congresistas del partido de Morales, que hasta el momento no han
confirmado el acercamiento.
Antes, Áñez había dicho que "Evo
Morales no está habilitado para un cuarto mandato", por lo cual, no
puede participar de los próximos comicios, de fecha incierta.
Sin embargo, aclaró, el partido del exgobernante "tiene
derecho de participar en elecciones generales". Y recomendó "que vaya
buscando candidato".
Las tensiones continuaban la tarde del jueves
en La Paz, luego de que una columna formada por miles de partidarios de
Morales bajara desde El Alto, la ciudad vecina, bastión del líder
izquierdista.
Los defensores del expresidente coreaban consignas: "Áñez golpista, fuera del palacio", "Que vuelva Evo".
"Estamos pidiendo la
renuncia de la presidenta, esa presidenta racista, que se vaya esa
golpista", dijo Juan Gutiérrez, uno de los manifestantes,
vestido con un poncho rojo que identifica a los miembros de una
organización campesina andina que apoya a Morales.
A metros,
Nery, una mujer aymara de 28 años, vestida con pollera tradicional, se
hizo eco del reclamo: "Estamos bien enfurecidos con esta señora (Áñez)
que se ha nombrado solita; queremos que Evo retorne", dijo mascando una
hoja de coca, como manda la tradición andina.
El miércoles, una manifestación similar en apoyo a Morales
terminó en choques con la policía cerca de la Plaza Murillo, mientras
Áñez juramentaba en el Palacio Quemado a la nueva cúpula militar.
Los incidentes del miércoles se prolongaron hasta la noche y culminaron con una veintena de detenidos, según medios locales.
Inicialmente
los que protestaban eran adversarios de Morales, pero desde el domingo,
tras la renuncia, son sus partidarios los que han salido a las calles y
se han enfrentado con la policía.
El jueves, La Paz intentaba volver a la normalidad, aunque
las clases universitarias están suspendidas y muchos padres prefieran
no enviar a sus hijos a las escuelas por temor a hechos de violencia.
Parte
considerable del transporte público operaba, incluido el teleférico,
pero los accesos a la Plaza Murillo, donde se encuentra la casa de
gobierno, seguían cerrados por barricadas custodiadas por la policía.
Áñez anunció este jueves que presentará un reclamo diplomático ante México por permitir actuaciones políticas de Morales.
"Tenemos
una canciller (Karen Longari) que hará la representación que
corresponda ante esa ruptura de ese protocolo" de asilo político, dijo
en rueda de prensa.
Desde su exilio en México, Morales instó el
miércoles a organismos internacionales como la ONU y la iglesia
Católica, a través del papa Francisco, a acompañar un "diálogo para
pacificar" Bolivia.
"La violencia atenta contra la vida y la paz
social", escribió en Twitter Morales, quien renunció acorralado por las
protestas y por un lapidario informe de la OEA sobre irregularidades en
los comicios, y abandonado por las Fuerzas Armadas y la Policía.
El
expresidente boliviano Carlos Mesa (2003-2005), segundo en los comicios
de octubre, también fustigó a México por permitir actividades políticas
de Morales.
Uno de los desafíos de Áñez será llevar una buena relación con el Congreso donde el MAS de Morales goza de una amplia mayoría.
Áñez
dijo que su único "norte" es convocar a nuevas elecciones, para lo que
necesita nombrar a siete miembros del Tribunal Supremo Electoral, que
deben ser ratificados por el Congreso.
El Senado no se ha reunido
desde que el martes, en una sesión sin quórum reglamentario, Áñez se
proclamó presidenta interina por ser la segunda vicepresidenta de esa
cámara, tras la renuncia de quienes le antecedían en la línea de
sucesión.
El Tribunal Constitucional la avaló y las Fuerzas Armadas y de la Policía le declararon su lealtad.
En
su primera medida internacional, Áñez reconoció al líder opositor Juan
Guaidó como presidente de Venezuela, al romper la alianza con Nicolás
Maduro de Morales, informó el gobierno.
Por su parte, Estados
Unidos reconoció el miércoles a Áñez. Lo mismo hizo Rusia aunque no
consideró como "proceso legítimo" la salida del poder de Evo Morales.
Áñez
también recibió el reconocimiento de Guatemala y Colombia, mientras la
jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, pidió evitar "un
vacío de poder que puede tener consecuencias para todo el país".
El
presidente electo de Argentina se mostró dispuesto a dar asilo a
Morales. "El día que llegue a la Presidencia va a ser un honor recibirlo
a Evo Morales y a (el ex vicepresidente de Bolivia) Álvaro García
Linera en Argentina", dijo.
Luchas de poder
La presidente interina de Bolivia, Jeanine Áñez, lucha por consolidar el control mientras los legisladores y exministros leales al derrocado líder socialista Evo Morales intentan reclamar las palancas del poder.
Luchas de poder
La presidente interina de Bolivia, Jeanine Áñez, lucha por consolidar el control mientras los legisladores y exministros leales al derrocado líder socialista Evo Morales intentan reclamar las palancas del poder.
Tres
días después de que Morales huyera al exilio mexicano, después de las
acusaciones de fraude mientras buscaba un cuarto mandato, sus oponentes y
seguidores continúan la agitación en su nombre. El apoyo del ejército,
la corte constitucional y algunos gobiernos extranjeros, incluido
Estados Unidos, significa que Áñez tiene la ventaja por ahora.
“Hay
dos grupos de personas que afirman ser el gobierno”, asegura Kathryn
Ledebur, directora de la Red Andina de Información, un centro de
estudios boliviano. “Las fuerzas armadas están respaldando a uno. No sé
si eso sea definitivo”.
Áñez
ha designado un nuevo gabinete y un alto mando militar desde que
presentó su reclamo al cargo el martes. Pero el partido MAS de Morales
tiene una mayoría en ambas cámaras del Congreso, y sus miembros están
haciendo todo lo posible para debilitar a Áñez, quien no consideran que
tenga autoridad legal para gobernar.
Áñez
dijo el jueves que su presidencia es “estrictamente provisional” y
tiene dos objetivos principales: la derogación de un fallo de la corte
que le permitió a Morales buscar un cuarto mandato y la organización de
nuevas elecciones lo antes posible.
Morales
renunció el domingo, junto con su vicepresidente y los jefes del
Congreso. Huyó a México y dice que es víctima de un golpe de derecha.
Áñez,
quien era senadora opositora y segunda vicepresidente del órgano, dijo
el martes al Congreso que asumiría el liderazgo y que, por lo tanto, la
Constitución la convertía en jefa de Estado interina después de que
Morales abandonó el país.
Desde entonces, los aliados de Morales han discutido sobre por qué no lo es, además de posibles reemplazos.
La
líder del Senado a favor de Morales, Adriana Salvatierra, anunció su
renuncia el domingo, pero hay dudas sobre si era válida porque no fue
presentada por escrito y aprobada por la cámara alta.
El
partido de Morales también eligió a un nuevo líder de la cámara baja el
jueves que, según la Constitución, sería el tercero en la línea a la
presidencia después del vicepresidente y la líder del Senado.
El
ministro de Asuntos Exteriores de Morales, Diego Pary, juró en una
publicación de Twitter que continuaría con sus deberes ministeriales. El
embajador de Bolivia ante la ONU rechazó la exigencia del gobierno de
Áñez para que renunciara, diciendo que fue nombrado por el jefe de
Estado constitucional del país en una decisión ratificada por el Senado.
El
propio Morales continúa haciendo declaraciones sobre política desde
fuera del país. Carlos Mesa, quien quedó en segundo lugar en las
elecciones presidenciales del 20 de octubre, pidió al gobierno de México
impedir que Morales abuse de su estatus de asilo para generar
problemas.
México
ha denunciado el derrocamiento de Morales como un golpe de estado, al
igual que Cuba y Venezuela, mientras que Estados Unidos y Brasil han
reconocido a Áñez como la mandataria legítima. Rusia, que había sido un
aliado de Morales, anunció que consideraría a Áñez como líder hasta que
se celebre nuevas elecciones.
Las
elecciones presidenciales del mes pasado desencadenaron tres semanas de
violentas protestas. La crisis llegó a un punto crítico el domingo,
cuando los monitores de la Organización de Estados Americanos dijeron
que era poco probable que Morales realmente hubiera asegurado
suficientes votos como para evitar una segunda vuelta.
Morales
inicialmente ofreció celebrar nuevas elecciones, y luego renunció
después de que el ejército le retirara públicamente su apoyo.
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