LONDRES.- El tren Eurostar, que conecta Europa continental y Gran Bretaña por el Canal de la Mancha, ha cumplido este jueves 25 años y afronta su futuro con un Brexit incierto y la oportunidad de presentarse como alternativa sostenible frente a la competencia de las compañías aéreas de bajo coste.
De cara al Brexit (previsto para el próximo 31 de enero), su consejero delegado, Mike Cooper, aseguraque Eurostar tiene cubiertas las espaldas.
Los certificados de calidad y las licencias de operación las gestiona
ahora una entidad francesa, por tanto de derecho europeo: “Venga cuando y como venga, nuestros trenes seguirán circulando y cruzando fronteras“.
Cuando se cumple un cuarto de siglo del primer viaje regular con
pasajeros del Eurostar, la compañía ha diseñado una estrategia destinada
a competir con su principal rival, las aerolíneas de bajo coste, desde la perspectiva del transporte “verde”.
“Nuestra actividad supone un 90 % menos de emisiones de carbono que
los trayectos en avión”, asegura el presidente y consejero delegado de
la empresa.
La empresa, filial del grupo ferroviario estatal francés SNCF, cuenta
con una plantilla de 1.650 personas y conecta Londres con destinos en
Bélgica (Bruselas), Holanda (Rotterdam y Amsterdam) y, sobre todo,
Francia (París, Calais, Lyon, Disneyland, Aviñón, Marsella y los Alpes
durante la temporada de esquí).
En 2018, la compañía creada en 1994 facturó 1.020,9 millones de libras
(unos 1.150 millones de euros). Los cerca de 11 millones de pasajeros
al año que viajan en este tren suponen alrededor de la mitad de los que
utilizan el túnel ferroviario bajo el Canal de la Mancha.
La otra mitad son los ocupantes de coches, autobuses y camiones que
suben entre Calais, en la costa francesa y Folkestone, en la inglesa, a
los convoyes ferroviarios de la concesionaria del eurotúnel, Getlink.
Para Getlink, los peajes que recibe de Eurostar suponen algo menos
del 30 % de sus ingresos. El grueso procede de sus propios trenes.
Puesto que el tráfico por el túnel está lejos de la saturación y
podría incrementarse teóricamente en un 42 %, fuentes de la
concesionaria indican que siguen abiertos a que otro operador
entre a competir con Eurostar, aunque hasta ahora la única tentativa
vino de la alemana Deutsche Bahn, que renunció mucho antes de ponerla en
práctica.
Según Cooper, el tren va a seguir creciendo y habrá nuevas compañías,
pero posibles competidores de Eurostar en el futuro, como la recién
creada FlixTrain en Alemania, no le preocupan demasiado: “Nuestros
clientes están muy comprometidos con nosotros. Ofrecemos una experiencia
de calidad y buenos servicios”.
Para prepararse a toda eventualidad, la empresa presentó en
septiembre el proyecto “Green Speed”, con vistas a su fusión con Thalys,
filial a su vez de la SNCF y de los ferrocarriles belgas.
Se trata de poner en marcha sinergias, aumentar el potencial
comercial de las dos marcas al sumar sus fuerzas y pasar de los 18,5
millones de viajeros conjuntos actualmente a cerca de 30 millones en el
horizonte de 2030.
Con motivo de este 25 aniversario, una orquesta interpretó este jueves el “cumpleaños feliz” en el andén de la estación de Saint Pancras de Londres,
donde se instaló una pequeña plantación de árboles para ilustrar la
voluntad de la empresa de sacar partido a fondo a esa imagen de
transporte verde.
La empresa plantará un árbol por cada trayecto ferroviario en sus
líneas, una acción que supondrá unos 20.000 árboles por año en Reino
Unido, Francia, Bélgica y Holanda, los cuatro países donde opera.
Además, latas reciclables, botellas de vidrio o cubiertos de madera
fueron los protagonistas del primer “tren sin plástico” de la compañía,
que se estrenó en un trayecto hasta la Estación del Norte de París.
“Si combinamos la esencia de nuestra actividad con el tren sin
plásticos y la plantación de árboles, enviamos el mensaje de que existe
una alternativa sostenible para viajar”, explica Cooper.
A finales del 2020 el tren sin plásticos de un solo uso será una realidad en todos los trayectos de Eurostar.
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