WASHINGTON.- Un influyente senador republicano de
EE.UU., Chuck Grassley, ha aconsejado al presidente Donald Trump que
suspenda los aranceles al acero y al aluminio impuestos a Canadá y
México como condición previa a que el Congreso vote la ratificación del
último acuerdo comercial con esos países, conocido como T-MEC.
"Es
solo cuestión de que se dé cuenta de que nada va a pasar hasta que los
aranceles sean anulados. Es decir, los gravámenes van a ser suspendidos
si quiere obtener una victoria", dijo Grassley en una entrevista
publicada hoy por el diario The Washington Post.
Grassley, que es el presidente del Comité de Finanzas del
Senado, explicó que hizo esta propuesta directamente a Trump en una
reunión reciente, aunque el mandatario se negó a ceder.
Sin
embargo, Grassley vaticinó que Trump "no tendría más remedio" que
rendirse si desea que el pacto surgido de la renegociación del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sea aprobado en la Cámara
de Representantes y el Senado.
"Los aranceles se van a
retirar porque el presidente tiene un buen acuerdo", agregó Grassley en
declaraciones al rotativo de Washington.
Está por ver
cuáles son las demandas respecto al acuerdo de los demócratas, que
tienen mayoría en la Cámara Baja y cuyo voto será crucial para que el
T-MEC sea finalmente aprobado en el Congreso.
Los
funcionarios del Gobierno de EE.UU. esperan que el Legislativo dé luz
verde al pacto antes de agosto, cuando ambas cámaras entran en receso.
Los
principales asesores de Trump, incluyendo el representante de Comercio
Exterior de Estados Unidos, Robert Lighthizer, se han negado hasta el
momento a cancelar los gravámenes hasta que Canadá y México acepten
cuotas sobre sus exportaciones de metales.
El Gobierno
estadounidense aplicó aranceles del 25 % a las importaciones de acero y
15 % a las de aluminio a sus socios comerciales, de las que eximió a
Canadá y México durante las negociaciones del TLCAN, aunque finalmente a
comienzos de verano de 2018 decidió imponerlas igualmente para sus dos
vecinos.
El Ejecutivo de Trump impuso esas sanciones
en respuesta a una gran oferta de acero chino que deprimió los precios
globales y afectó a los fabricantes de acero estadounidenses, según el
propio Gobierno.
Trump y su equipo quieren ahora
cuotas como defensa alternativa contra las producciones de China que se
dirigen al mercado estadounidense a través de Canadá o México.
"La
existencia de estos aranceles para muchos canadienses plantea algunas
dudas serias sobre la ratificación del nuevo TLCAN", señaló a los
periodistas la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chyrstia
Freeland, después de una reunión con Lighthizer esta semana.
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