BRUSELAS.- El Alto Representante de la UE para
Política Exterior, Josep Borrell, ha señalado tras reunirse por
videoconferencia con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, que la UE
aspira a una relación "realista" con China, negando que Bruselas esté
en una línea de "confrontación" con Pekín pese a los asuntos que les
separan.
En rueda de prensa tras la reunión, Borrell ha destacado que la UE
y China han acordado trabajar "constructivamente" y mostrar
flexibilidad para cerrar acuerdos en los temas que quedan pendientes en
su relación bilateral. Unas declaraciones enmarcadas en la idea de
consolidar una relación pragmática con China, en la que el bloque pueda
defender sus intereses a la vez que enarbolar sus valores.
"Está claro que no tenemos el mismo sistema político y que China
defiende su sistema, al igual que lo hacemos nosotros. Está claro que
China tiene una ambición global, pero no creo que esté jugando un rol
que ponga en duda la paz mundial. No tienen ambición militar, ni
participan en conflictos armados", ha alegado.
Preguntado si la posición de la UE es de connivencia con Pekín,
Borrell ha señalado que el club comunitario defiende sus principios y
que, llegado el caso, sabe tomar decisiones duras como la imposición de
sanciones como sucedió con Rusia ante la anexión de la península de
Crimea.
Sin embargo, no ve que las autoridades chinas estén inmersas en
nada parecido.
El encuentro ha servido para avanzar en temas de la agenda
bilateral UE-China que discutirán en una cumbre a finales de mes, como
temas por resolver como la reciprocidad en las relaciones o las
condiciones equitativas a nivel económico.
Si bien desde la UE ya han
avisado que las diferencias hacen imposible cerrar el acuerdo de
inversiones en tan solo unas semanas. "Ese acuerdo no estará listo para
la cumbre pero la agenda bilateral para 2025 es posible que sí, así como
la declaración de la cumbre que contiene posiciones políticas y
enfoques comunes", ha apuntado el Alto Representante.
Así ha llamado a buscar puntos comunes en los que China y la UE
pueden cooperar como es el caso de Afganistán, país cuya estabilidad
tras la inminente salida de las tropas estadounidenses y el devenir del
proceso de paz entre Kabul y los taliban es de mutuo interés.
Sobre la situación en Hong Kong, la UE ha reafirmado que la
imposición de la ley de seguridad en el territorio puede suponer
"problemas reales de tipo económico".
"Hemos insistido en la necesidad
de que China respete sus compromisos internacionales y a los que
llegaron con Reino Unido", ha subrayado el jefe de la diplomacia
europea.
Por su parte, Wang ha respondido que la polémica reforma no daña
el principio de 'un país, dos sistemas' que permite más libertades a los
ciudadanos del enclave y que es una forma de aumentar la seguridad en
Hong Kong, además de ser una cuestión que el territorio tenía pendiente
abordar desde hacía tiempo.
Con todo, Borrell ha insistido en que espera reanudar el diálogo
presencial habitual con China sobre temas de Derechos Humanos, aunque en
la cita de este martes han tratado la situación en Xinjiang, donde la
minoría musulmana sufre discriminación, aparte de la situación en Hong
Kong.
Al respecto a las campañas de desinformación, asunto que ha
generado rivalidad entre China y el bloque europeo por los informes
comunitarios en los que se señala el papel de Pekín, Borrell ha
recordado ante el ministro chino la necesidad de ofrecer información
veraz a la ciudadanía y de responder ante las narrativas que fomentan la
desinformación, "vengan de donde vengan".
A su juicio, el bloque comunitario debe invertir más para atajar
la desinformación, haciendo hincapié en que la tarea no pasa solo por
identificar las noticias falsas sino por plantear una "narrativa
positiva", algo en lo que considera que la UE debe trabajar más.
"Debemos asignar más recursos a la lucha contra la desinformación,
no solo la que viene de China. Hay muchísimos actores que se dedican a
la desinformación, entre ellos rusos y chinos", ha señalado.
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