CHICAGO.- La
promesa del presidente de EE.UU., Donald Trump, de que su acuerdo
comercial de fase uno con China proporcionaría una bonanza de 36.500
millones de dólares en el año electoral para su base rural siempre fue exagerada.
Ahora parece que nunca se cumplirá.
Trump
ha vuelto a atacar a China. La creciente economía de la nación asiática
se estancó durante meses por la pandemia de coronavirus, lo que redujo
su demanda de importaciones. Además, una caída en la moneda de Brasil
está haciendo que los productos de uno de los principales competidores
agrícolas internacionales de EE.UU. sean más baratos.
“No
hay absolutamente ninguna posibilidad” de alcanzar el compromiso de
compra anunciado en enero cuando se llegó al acuerdo, asegura Joe
Glauber, execonomista jefe del Departamento de Agricultura de Estados
Unidos. “Están muy lejos”.
El
acuerdo está atrapado en medio de crecientes tensiones entre Estados
Unidos y China. Con el sentimiento anti-China aumentando entre ambos
partidos en el Congreso a causa de la pandemia de coronavirus y el
tratamiento de Pekín a Hong Kong, el presidente y sus asesores han
discutido si deben retirarse del acuerdo.
Sin embargo, Trump decidió la
semana pasada no abandonar el acuerdo de fase uno, al menos por ahora.
Las autoridades chinas no han dado señales de que piensen hundir el
acuerdo.
El
presidente aclamó el viernes el acuerdo como “un gran acuerdo
comercial”, pero sugirió que las acciones de China para enfrentar el
brote de coronavirus en Wuhan han deteriorado su perspectiva.
“La
tinta no estaba seca en ese acuerdo cuando la plaga apareció”, dijo
Trump en la Casa Blanca. “Así que creo que veo el acuerdo comercial un
poco diferente de lo que lo veía hace tres meses”.
Trump
luego amenazó durante una visita a Maine con imponer nuevos aranceles
no especificados a algunos productos chinos, así como a los automóviles
fabricados en la Unión Europea, a menos que esos socios comerciales
reduzcan los aranceles sobre la langosta estadounidense. Dijo, sin dar
más detalles, que golpearía a China con aranceles sobre “algo que venden
que es muy valioso para ellos”.
La
respuesta de Pekín sigue siendo ambigua. Funcionarios del Gobierno
chino en un momento dijeron a las principales compañías agrícolas
estatales que pausaran las compras de algunos productos agrícolas
estadounidenses mientras Pekín evalúa el conflicto, dijeron a Bloomberg
News personas familiarizadas con el asunto. No obstante, los compradores
estatales continuaron comprando soja estadounidense esta semana.
El
representante comercial de EE.UU., Robert Lighthizer, dijo que China
compró soja por valor de 185 millones de dólares el lunes y el martes. En un
evento virtual celebrado el jueves por el Club Económico de Nueva York,
dijo que China está cumpliendo sus compromisos bajo el pacto a pesar de
los efectos de la pandemia de coronavirus y que se siente “muy bien”
sobre los nuevos progresos.
“En
este punto parece ser principalmente una postura política”, afirma
Veronica Nigh, economista comercial de American Farm Bureau Federation,
la organización agrícola general más grande del país. “Esperamos que las
partes puedan llegar a un lugar donde no se ponga en peligro el avance
de la fase uno”.
A
pesar de tal optimismo, hay un largo camino por recorrer. La semana
pasada, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos redujo su
pronóstico para las exportaciones de productos agrícolas a China en 1.000 millones, con base en una menor demanda.
Las
previsiones del USDA se basan en el año fiscal federal, que finaliza el
30 de septiembre, dejando de lado los meses posteriores a la cosecha de
otoño, cuando Estados Unidos exporta más activamente. En los últimos
siete años, el 47% de las exportaciones agrícolas de Estados Unidos a
China fueron en los últimos tres meses del año, según el análisis de
Nigh de los datos del USDA.
Pero
el pronóstico del USDA asciende a 8.000 millones en ventas a China
durante los primeros nueve meses de este año, lo que significa que se
requerirá otros 28.500 millones en el último trimestre para cumplir
la promesa de Trump de 36.500 millones para el año. El total del
último trimestre sería más del doble de las mayores exportaciones
registradas en ese período, 12.400 millones en 2013.
China
compró 4.650 millones en productos agrícolas estadounidenses en los
primeros cuatro meses del año, solo un poco más de los 4.300 millones
en el mismo período del año pasado, en medio de una guerra comercial.
Un
análisis del Instituto Peterson concluyó que las exportaciones
estadounidenses de productos agrícolas a China se están ejecutando a
solo el 38% del ritmo establecido en el acuerdo comercial.
Trump,
cuyo abrumador apoyo en las zonas rurales fue crucial para su estrecha
victoria electoral, ha cortejado a lo que él llama “granjeros patriotas”
durante toda su presidencia. Su estrategia de campaña 2020 hasta ahora
ha enfatizado en mantener el entusiasmo entre sus partidarios más
ardientes, especialmente porque las encuestas nacionales y estatales lo
muestran cada vez más atrás del candidato presidencial demócrata, Joe
Biden.
Pero
el acuerdo de fase uno, firmado hace casi cinco meses, pasó de ser una
piedra angular de su intento de reelección a una posible carga política,
ya que la pandemia agudiza la relación entre Estados Unidos y China.
La
respuesta de Trump ha sido otro rescate para los agricultores. Después
de que el presidente autorizara rescates comerciales consecutivos por un
total de 28.000 millones durante dos años, la Administración en
abril anunció un rescate de 19.000 millones para los agricultores,
utilizando el dinero que el Congreso asignó en su último paquete de
alivio por el coronavirus. Se prevé más ayuda en el próximo proyecto de
ley de gasto de virus que el Congreso considere.
Aunque
la perspectiva de los granjeros mejoró en mayo, a medida que se
revelaron los detalles del nuevo paquete de ayuda, según el índice de
sentimiento agrícola de la Universidad de Purdue/CME Group Inc., los
productores buscan mantener su participación de mercado en la segunda
economía más grande del mundo.
Las organizaciones agrícolas han mantenido la esperanza de que China cumplirá los términos del acuerdo.
“China
tiene una gran necesidad de fuentes confiables y asequibles de carne de
cerdo”, dijo Jim Monroe, portavoz del Consejo Nacional de Productores
de Carne de Cerdo, en un comunicado enviado por correo electrónico. La
piara de cerdos de la nación asiática ha sido devastada por la peste
porcina africana.
“Esperamos que Estados Unidos y China mantengan un diálogo productivo”, agregó.
El
acuerdo comercial de fase uno no incluye puntos de referencia públicos
para medir las ventas durante el año, solo el compromiso mínimo de
compra para fin de año, que aumentará a más de 40.000 millones para
el segundo año.
Los
compromisos de compra siempre parecieron “elevados” para los grupos de
agricultores y los analistas comerciales, pero eso no disminuyó el
entusiasmo por el acuerdo, dijo Nigh.
“Todos
estaban y siguen entusiasmados con la dirección”, dijo Nigh. “Hubo
muchas opiniones diferentes sobre si el número era alcanzable, pero
todos estaban satisfechos con el resultado”.
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