BRUSELAS.- El Parlamento Europeo ha denunciado el
"racismo estructural" que se da en Estados Unidos, mostrándose crítico
con la gestión del presidente Donald Trump y su respuesta ante las
protestas raciales, al tiempo que ha instado a reflexionar también sobre
los casos de brutalidad policial contra minorías en Europa.
Este viernes la subcomisión de Derechos Humanos de la Eurocámara
ha mantenido un debate sobre las últimas protestas raciales tras la
muerte del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de la Policía de
Mineápolis, en una sesión en la que casi todos los europarlamentarios
han criticado la injusticia racial que se da en el país norteamericano.
"Cada democracia tiene sus lunares, pero el sesgo racista se ha
convertido en un agujero negro del sistema estadounidense", ha señalado
el socialista Ignacio Sánchez-Amor, quien considera que Donald Trump
alimenta el "fondo racista" y que si hubiera aplicado la ley y orden que
ahora propugna se habría evitado la propia muerte de Floyd.
La popular Isabel Wiseler-Santos Lima ha mostrado su apoyo a las
manifestaciones, asegurando que tras la trágica muerte del ciudadano
afroamericano estas protestas en grandes ciudades "inspiran esperanza, a
pesar de todo".
Las voces más vehementes han llegado desde la izquierda, la verde
finlandesa Heidi Hautala ha criticado que la Policía no debería asesinar
sino proteger a la ciudadanía y se ha expresado a favor de una reforma
en este cuerpo, mientras que el diputado de Podemos Miguel Urban ha
defendido las protestas del movimiento antifascista, respondiendo a
Trump, quien habló de terrorismo doméstico, que el único terrorismo que
hay en Estados Unidos es el supremacista.
Con todo, múltiples parlamentarios han llamado a reflexionar sobre
los casos de racismo institucional que se producen en Europa, ya que,
aunque con distinta intensidad, existe también en la UE.
Así, la
representante de Ciudadanos Soraya Rodríguez ha avisado en su
intervención de que "el racismo estructural es global".
"No es un
problema de otros, es problema de todos", ha añadido.
Los eurodiputados han pedido reflexionar sobre "los George Floyd
europeos", insistiendo en que el problema racial no se circunscribe al
contexto norteamericano y los agentes de polícia en Europa "no están
libres de la deriva racista".
En el debate ha participado el académico francés Pap Ndiaye, quien
ha hecho hincapié en que, con matices y diferencias, la violencia
racista se produce también en nuestro continente y ha traído a colación
el caso de Adama Traoré, joven fallecido mientras estaba en custodia
policial, cuya memoria ha reavivado las protestas en Francia.
"Seria un
error pensar que estas cuestiones o protestas son exclusivamente
americanas, estos problemas se plantean en otros países", ha valorado.
A su juicio, el nivel de violencia es superior en EEUU, pero la
relación degradada entre los jovenes no blancos y la policía afecta
igualmente a los países europeos. Por ello, considera esencial abordar
una reforma en la Policía para "democratizar" su relación con la
ciudadanía y ha apuntado al papel de la Eurocámara para promover ese
debate y hacer seguimiento de la situación en los Veintisiete.
Para la activista estadounidense pro Derechos Humanos Gay
McDougall la violencia racial tiene raíces más profundas que la propia
actuación policial y ha recordado que la imputación del agente que mató a
Floyd llegó tras las multitudinarias protestas.
Según ella, hay que
abordar de manera general la desigualdad y la pobreza que sufre la
comunidad negra. Asimismo, ha reclamado que la UE tenga una relación
crítica con Washington y se plantee cortar lazos comerciales o
condicionarlos al respeto de los Derechos Humanos.
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