BRASILIA.- La economía de Brasil
creció 1,1% en 2019, frustrando las expectativas de despegue rápido
creadas por el programa liberal del presidente Jair Bolsonaro en su
primer año de gobierno, y las perspectivas de 2020 están comprometidas
por la pandemia de coronavirus.
El dato, publicado el miércoles
por el instituto oficial de estadísticas IBGE, muestra incluso una caída
respecto a la expansión de 1,3% del PIB de la mayor economía
latinoamericana en 2017 y 2018.
A inicios del año pasado, los mercados contaban con el
programa de ajustes y privatizaciones del exmilitar de ultraderecha para
dejar definitivamente atrás los dos años de recesión (2015 y 2016) que
marcaron el fin de trece años de poder de la izquierda.
Las
apuestas iniciales eran de un incremento del Producto Interno Bruto
(PIB) de 2,5%. El gobierno esperaba en marzo 2,2%, pero el ministro de
Economía, Paulo Guedes, rebajó en mayo esa expectativa a 1,5%, estimando
que Brasil se encontraba "en el fondo del pozo".
El ímpetu inicial siguió
perdiendo fuelle, pese a tasas de interés en sus mínimos históricos y a
la aprobación en octubre de la reforma de las jubilaciones, considerada
esencial para sanear las cuentas públicas.
"Son tres años de
resultados positivos, pero el PIB aún no anuló la caída de 2015 y 2016 y
está en el mismo nivel del tercer trimestre de 2013", expuso Rebeca
Palis, coordinadora de cuentas nacionales del IBGE.
En noviembre, la ausencia de las grandes empresas
petroleras internacionales en una importante subasta de pozos en aguas
profundas mostró que faltaba mucho para conquistar la confianza de los
inversores.
"Fue un baño de realidad (...). Brasil está pasando
por un periodo de transición y el problema no se resuelve en un año",
afirmó Victor Beyrute, economista de Guide Investimentos.
Es una
"transición" que pone a prueba la paciencia de 11,9 millones de
desocupados y de 4,7 millones de personas que desistieron de buscar
empleo por falta de oportunidades, a siete meses de las elecciones
municipales de octubre.
Guedes aseguró por su lado que no ve
"ninguna sorpresa" en los resultados de 2019 y que "si las reformas
prosiguen, Brasil podrá crecer más de 2%" este año.
El
año 2020 empezó con idénticas expectativas de una aceleración de las
reformas, con proyecciones tanto del gobierno como del mercado de un
crecimiento de al menos 2,4%.
Pero la desaceleración de 2019 y la
crisis mundial provocada por la epidemia de nuevo coronavirus llevaron a
recortar las previsiones. Varios grupos bancarios internacionales
trabajan con hipótesis por debajo del 2%.
El Banco Central de
Brasil (BCB), que en febrero señaló su voluntad de cerrar un ciclo de
cinco recortes sucesivos de la tasa básica Selic (actualmente en 4,25%),
indicó el martes que estudiará una nuevo rebaja en su próxima reunión
del 18 de marzo, dado "el impacto de la desaceleración global" provocada
por la crisis sanitaria.
La falta de resultados esperados pone bajo presión a Guedes.
"El
1,15 fue terrible. (Guedes) no está entregando el paquete que prometió"
y ahora "la aparición del coronavirus en el radar empeora el cuadro
económico y la bomba cae sobre Guedes. Es la tormenta perfecta sobre su
cabeza", dijo el analista político André César, de la
consultora Hold.
Guedes representa para los mercados la garantía
de que Bolsonaro, que nunca se destacó por su liberalismo económico, se
mantendría fiel a ese programa. Pero su desgaste ya está siendo
incorporado por los mercados, según César.
"Su eventual salida
(del gobierno) tendría un gran impacto negativo en la Bolsa y los
mercados la sentirían. Pero si algo así ocurría hace doce meses, hubiera
sido mucho más grave", indicó.
En
el cuarto trimestre, el PIB de Brasil creció un 0,5% respecto al
trimestre anterior (cuando había crecido un 0,6%) y 1,7% en comparación
con el mismo periodo de 2018.
Capital Economics estimó que "el
crecimiento trimestral relativamente robusto de 0,5% encubre una fuerte
pérdida de impulso en el cuarto trimestre", durante el cual se
publicaron malos índices de la industria y el comercio.
En 2019 en su conjunto, la agropecuaria y los servicios crecieron un 1,3% y la industria un 0,5%.
Por
el lado de la demanda, los motores fueron las inversiones en capital
fijo (+2,2%) y el consumo de las familias (+1,8%), en tanto que las
compras gubernamentales bajaron un 0,4%.
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