LONDRES/FRÁNCFORT/TOKIO.- Los bancos centrales están listos para profundizar en sus herramientas para abordar el impacto económico del coronavirus.
Si
bien los recortes de las tasas de interés –la herramienta monetaria más
tradicional y más poderosa– todavía están en la agenda, los
formuladores de política también están considerando medidas específicas
que pueden ser más adecuadas para ayudar a las pequeñas y medianas
empresas.
El Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra (BOE) y el
Banco de Japón (BOJ) han señalado que están trabajando en planes de ese
tipo.
Parte
de la lógica es que la mayoría de los bancos centrales no tiene mucho
espacio para reducir aún más las tasas. Tanto la del BCE como la del BOJ
ya están por debajo de cero, y la del BOE está en 0,75%. Igualar el
recorte de emergencia de la Reserva Federal de medio punto porcentual
esta semana los estiraría casi hasta sus límites.
Pero
también son conscientes de que la acción de la Fed no fue suficiente
para calmar los nervios del mercado por el virus, que está afectando a
partes de la economía que dependen más de los préstamos bancarios que de
los mercados para su financiación. Esas empresas enfrentan
perturbaciones potencialmente ruinosas que deben cubrir.
“Las
empresas necesitan ayuda para superar los problemas de flujo de caja a
corto plazo”, asegura Paul Donovan, economista jefe global de UBS.
“Pararse en el techo del edificio de la Reserva Federal y bañar a los
transeúntes con recortes de tasas puede lograrlo, pero es impreciso”.
El
BOJ ya está trabajando en nuevas medidas para abordar esas
preocupaciones; los funcionarios probablemente considerarán la
introducción de un nuevo programa de préstamos este mes para ayudar a
las empresas afectadas por el brote, según personas familiarizadas con
el asunto.
El
banco tiene tres programas principales de préstamos, y las personas
dijeron que probablemente discutirán si ajustarlos o crear un nuevo
programa. Uno está destinado a préstamos para apoyar a las industrias en
busca de crecimiento económico, otro busca alentar los préstamos
bancarios, y el otro ofrece apoyo a los bancos en áreas afectadas por
desastres naturales.
El
Banco de Corea mantuvo inesperadamente su tasa de interés de referencia
sin cambios la semana pasada, argumentando que podría aliviar más
eficazmente la desazón por el virus ofreciendo apoyo directo a las
empresas, incluido un aumento en el límite para préstamos baratos.
Indonesia
ha reducido las tasas una vez en lo que va del año, pero también se ha
centrado en algunos de sus recursos para reducir la proporción de
reservas de los prestamistas, con lo que en efecto ha liberado más
efectivo para que los bancos lo presten.
En
el BCE, donde los inversores esperan un recorte de tasas de 10 puntos
básicos en la reunión de la próxima semana, la presidente Christine
Lagarde ha prometido una respuesta “apropiada y dirigida”. Eso sugiere
que ella también mirará otras medidas.
El
banco central ya tiene un programa de préstamos a tres años para los
bancos, y la próxima ronda vence a finales de este mes. Podría hacer que
los términos sean más favorables u ofrecer una línea de crédito
alternativa que fomente específicamente los préstamos a empresas
afectadas por el virus. Sin embargo, implementar esos cambios llevaría
tiempo.
Alternativamente,
podría permitir que los bancos centrales nacionales acepten préstamos a
compañías golpeadas por el virus como garantía, lo que calmaría las
preocupaciones entre los prestamistas sobre asumir demasiado riesgo. No
sería una medida sin precedentes: el BCE aceptó algunos reclamos de
crédito que normalmente no calificarían desde 2012, y el año pasado
extendió la política hasta 2023.
El
brazo de supervisión bancaria del BCE podría ofrecer alivio al relajar
su orientación sobre la reserva de fondos para préstamos deteriorados,
como ha instado la Asociación Bancaria Italiana. Eso liberaría dinero
para préstamos, aunque va en contra del argumento del BCE de que los
bancos finalmente serán más fuertes si lidian rápidamente con su deuda
incobrable.
Los
supervisores también podrían mostrar más flexibilidad si los bancos
caen por debajo de los niveles de fortaleza financiera que se espera
mantengan.
Cooperación gubernamental
La
lucha contra el virus puede requerir una coordinación más explícita con
los gobiernos de lo que están acostumbrados los bancos centrales
independientes. El gobernador entrante del BOE, Andrew Bailey, dijo a
los legisladores del Reino Unido el miércoles que sus funcionarios
trabajarán de la mano con el Tesoro para combatir las consecuencias
económicas del coronavirus.
“Debemos
actuar de manera coordinada”, dijo. “No podemos dejar que nuestras
nociones de independencia se interpongan en el camino”.
Bailey
sugirió la necesidad de “algún tipo de financiación de la cadena de
suministro” para mitigar el choque, sin dar más detalles. También
enfatizó que el BOE tiene muchas herramientas a su disposición más allá
de los recortes de tasas.
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