WASHINGTON.- Sería el peor y más
lejano de los escenarios y un gigantesco plan de estímulo podría
evitarlo, pero el gobierno de Estados Unidos avisa de la posibilidad de
una tasa de desempleo de 20% como consecuencia del nuevo coronavirus.
Según
informaciones de prensa, el secretario estadounidense del Tesoro,
Steven Mnuchin, advirtió a los senadores republicanos que se llegará a
esa tasa -el doble del pico máximo del 10% durante la recesión de 2008-,
si no se adopta un paquete de estímulo económico de 1,3 billones de
dólares para amortiguar el impacto del virus.
"Era solo un enunciado matemático (...) y no vamos a dejar
que eso pase", dijo Mnuchin a la cadena CNBC el miércoles, insistiendo
en que la prioridad absoluta era inyectar liquidez a favor de las
empresas y los estadounidenses más vulnerables para evitar las quiebras,
los despidos y que los hogares dejen de pagar sus facturas.
"Ese
es el peor escenario total absoluto", reaccionó en rueda de prensa en
la Casa Blanca el presidente Donald Trump. "No estamos cerca de eso".
Mnuchin
dijo estar confiado en que la administración obtendrá el apoyo de
republicanos y demócratas, las fuerzas que se reparten el control de las
dos cámaras del Congreso.
Por lo pronto, el Congreso adoptó este
miércoles un plan de ayuda social de unos 100.000 millones de dólares
destinado a los trabajadores directamente afectados por las
consecuencias del coronavirus.
Mientras los congresistas y la Casa
Blanca negocian el plan de emergencia mayor, el tiempo apremia: los
economistas ya consideran que la primera economía del mundo está en
recesión.
El segundo trimestre "podría ver la peor contracción de
la actividad económica de todos los tiempos", afirma Gregory Daco, de
Oxford Economics.
"No me sorprendería ver la tasa de desempleo
superar el 10% en abril", dice a la AFP, puesto que el 20% del empleo se
concentra en los sectores de la distribución, el ocio y la hostelería,
especialmente golpeados por un virus que ha trastocado en apenas unos
días el día a día de millones de personas.
Resulta difícil hacer
proyecciones sobre el desempleo debido a la incertidumbre reinante sobre
la duración y la severidad de la pandemia.
La contagiosa
enfermedad, que surgió en China a fines de 2019, alcanzó el martes los
100 muertos en Estados Unidos, según un balance con cifras
oficiales. Y cerca de 6.500 personas de una población de 330 millones
están infectadas, según cifras de la universidad John Hopkins.
"Nada
puede impedir que la economía se derrumbe", opina Diane Swonk,
economista en jefe en Grant Thornton, que proyecta por el momento un
6,4% de desempleo en los próximos meses.
Antes del brote de
coronavirus, el gobierno de Trump se vanagloriaba de la buena salud de
la economía estadounidense y especialmente de una tasa de desempleo
históricamente baja. El 3,5% registrado en febrero era la menor tasa de
desempleo en medio siglo.
Pero la epidemia lo cambió todo en un país en el que muchas personas reciben su sueldo diaria o semanalmente.
Las
medidas draconianas -cierre de bares y restaurantes, suspensión de
vuelo, despedida de turistas...- llevan muchos sectores a la recesión.
La tasa de desempleo es un importante barómetro para medir el crecimiento o decrecimiento de una economía.
Pero
el desempleo no es un indicador en tiempo real: concretamente, solo
aumenta después del inicio de una recesión y continúa subiendo incluso
después de una recuperación económica.
Ello se explica porque los empleadores dudan si hacer despidos durante una desaceleración económica.
A
la inversa, tras una recesión, las empresas, dudosas de que la economía
está efectivamente en expansión, son reticentes a contratar nuevos
empleados.
Durante la crisis financiera de 2008, la recesión
comenzó en el primer trimestre de 2008. Pero la tasa de desempleo no
llegó a su pico hasta octubre de 2009 (10,2%), cuando la economía
empezaba a repuntar.
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