MÉXICO.- El peso mexicano va en caída libre debido a que una contracción en el precio del petróleo está haciendo que la atención de los inversionistas se centre en los problemas más profundos de la nación.
La
moneda cayó el jueves 2% a un récord de 24,2 por dólar, extendiendo su
descenso en lo que va del año a 22%, la tercera contracción más grande
del mundo, después del rublo ruso y la corona noruega, que son monedas
expuestas al petróleo. Desde el 17 de febrero, el peso ha registrado
solo tres días de ganancias.
Pero
no siempre fue así. El año pasado, el peso tuvo el tercer mejor
desempeño del mundo y se esperaba que continuara ganando sobre la base
de un sólido carry trade. Ahora, a medida que el petróleo se hunde y el
coronavirus se propaga, las altas tasas de México ya no se pueden
remendar.
El peor comienzo de año desde 1995 del peso pone en evidencia la preocupación de los inversionistas por el impacto de los menores precios del petróleo en los ingresos del país.
México depende de la firma estatal Petróleos Mexicanos para casi una
quinta parte de los ingresos.
Mientras tanto, el brote viral ha puesto
el foco en el mediocre crecimiento de la economía. Antes de que
surgieran los temores por el virus, la mayoría de los analistas esperaba
un repunte en el producto interno bruto de este año.
Ahora, el consenso
es de una contracción.
Danny
Fang, un estratega de BBVA con sede en Nueva York, dice que el virus se
suma a las preocupaciones existentes sobre el crecimiento y la
fortaleza crediticia de México.
La
respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador al brote de
coronavirus no está ayudando. Mientras que otros países de América
Latina han declarado emergencias nacionales, cerrado fronteras e
impuesto toques de queda, México aún no ha tomado fuertes medidas de control.
A su vez, López Obrador se congregó el miércoles con seguidores para
celebrar la nacionalización de las reservas de petróleo de México,
repartiendo besos y estrechando manos sobre un escenario.
La
renovada presión sobre la economía y los ingresos petroleros ha
generado preocupación de que la sólida posición fiscal que López Obrador
ha defendido durante su mandato se vea impactada de forma gradual, y
que el gobierno deba gastar para apuntalar la economía o para rescatar a
la petrolera nacional.
Pemex ya enfrenta dificultades debido a una deuda de más de 100.000 millones de dólares y ha mostrado pocas señales de revertir más de una década de disminuciones en la producción.
Al
mismo tiempo, la preocupación del mercado por las políticas del propio
López Obrador, quien hizo campaña como populista de izquierda, ha
provocado un déficit de inversiones.
Si
bien esas preocupaciones se habían disipado durante gran parte de 2019,
los inversionistas ahora están menos dispuestos a perdonar a México
cuando los mercados mundiales se están derrumbando.
Según Fang, dado que
los inversionistas están buscando efectivo a toda costa, países en la
precaria posición de México ya no parecen atractivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario