SANTIAGO.- El
premio Nobel de Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel dijo este martes en
Santiago que la crisis social que está viviendo Chile no es un caso
aislado sino que forma parte "de toda una política de dominación" de las
políticas neoliberales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y en
Banco Mundial (BM).
"Lo
que pasa en Chile no es aislado, lo que pasa en Chile es parte de toda
una políticas de dominación. Así que como en un momento tuvimos que
luchar y superar las dictaduras militares, hoy tenemos que superar esta
recolonización de nuestros pueblos y el sometimiento de los pueblos,
porque estas políticas neoliberales que nos impusieron el FMI y BM
cometen graves violaciones a los derechos de los pueblos", dijo Pérez
Esquivel.
El
argentino, Premio Nobel de la Paz de 1980, abundó que lo que sucede en
Chile "es un problema de todo hermano y hermana del continente
latinoamericano" y expresó su deseo de que la región vuelva a hablar de
"integración, liberación, de solidaridad y unidad de los pueblos" en vez
de "globalización".
En
ese sentido, dijo que el eje de las políticas neoliberales no tiene en
cuenta a los pueblos y privilegia al capital financiero y que eso es lo
que está sufriendo el pueblo chileno, "que se rebeló porque dice 'basta'
al hambre, a la marginalidad, a la violencia social y estructural...".
Pérez
Esquivel se refirió a las denuncias de violaciones de derechos humanos
que presuntamente han cometido en Chile agentes del Estado para reprimir
las protestas y dijo que "cuando se violan derechos humanos las
democracias se debilitan y dejan de ser democracias".
Asimismo, abogó por que se hable del "derecho de los pueblos".
"Nosotros
somos pueblos, nosotros samos parte del pueblo, somos parte y somos el
todo y esto es lo que tenemos que entender porque es una forma de
construir comunidad, valores, encuentro, qué tipo de sociedad
queremos...", manifestó.
Finalmente,
el premio Nobel compartió el reclamo de parte de la sociedad chilena
que pide una nueva Constitución "porque es el pueblo chileno el que
tiene que darse una Constitución" y no tener una heredada de la
dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Chile
vive un estallido social sin precedentes desde el fin de la dictadura
de Pinochet en 1990, con masivas manifestaciones en las calles y
disturbios que inicialmente fueron reprimidos por la Policía y las
Fuerzas Armadas y que hasta la fecha se han cobrado la vida de al menos
20 personas, seis de ellas ciudadanos extranjeros.
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