WASHINGTON.- Reguladores
de Estados Unidos presentaron este lunes una propuesta para impedir que
compañías de telecomunicaciones compren tecnología y servicios de las
empresas chinas Huawei y ZTE, y que obligaría a desmontar equipos de
esas firmas que estén en funcionamiento.
La
Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos dijo que las
nuevas reglas, que se votarán el 19 de noviembre, forman parte de una
iniciativa para "salvaguardar las redes de comunicación de la nación".
Huawei
y ZTE han sido acusadas de presentar una amenaza a la seguridad
nacional por sus estrechos lazos con el gobierno chino. Ambas compañías
han rechazado esos alegatos.
Ajit
Pai, presidente de la FCC, dijo que el nuevo plan prohibiría a las
empresas de telecomunicaciones utilizar dinero de un fondo de apoyo
gubernamental para comprar equipamiento o servicios de compañías que
"presentan una amenaza a la seguridad nacional", entre las que se
incluyen Huawei y ZTE.
Esta
iniciativa representa el más reciente esfuerzo de Washington para
penalizar a Huawei, un importante proveedor de infraestructura de
telecomunicaciones y fabricante de smartphones, que ya figura en una
lista negra que lo proscribe de acceder a determinados productos y
servicios tecnológicos de origen estadounidense.
"Cuando
se refiere a (la tecnología) 5G y la seguridad de Estados Unidos, no
podemos permitirnos arriesgarnos y esperar lo mejor", dijo Pai en un
comunicado.
"Debemos
asegurarnos de que nuestras redes no dañen nuestra seguridad nacional,
amenacen nuestra seguridad económica o socaven nuestros valores".
Pai
dijo que en el proceso de actualización hacia las llamadas redes
inalámbricas 5G o de quinta generación, "no podemos ignorar el riesgo de
que el gobierno chino busque explotar las vulnerabilidades de las redes
para llevar adelante espionaje, insertar software maligno y virus, o
comprometer nuestra redes de telecomunicaciones vitales".
En
mayo, Washington dijo que dejaría a Huawei fuera del mercado de Estados
Unidos y le prohibiría comprar componentes estadounidenses
fundamentales, pero en dos ocasiones ha otorgado a la compañía un
período de excepción de 90 días, el último de los cuales entró en vigor
en agosto.
Estados
Unidos ha expresado su preocupación de que los equipos de Huawei puedan
contener vulnerabilidades de seguridad en forma de "lagunas" o "puertas
traseras", que podrían permitir a China desarrollar actividades de
espionaje en el tráfico global de comunicaciones, y ha presionado a sus
aliados para que bloqueen el uso de equipamiento de Huawei.
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