BUENOS AIRES.- Argentina
impuso un estricto control del mercado de cambios este lunes para
preservar las alicaídas reservas internacionales, al día siguiente de
las presidenciales que ganó el peronista de centroizquierda Alberto
Fernández, en un país sumido en una grave crisis económica y
turbulencias financieras.
El Banco Central redujo de 10.000 a 200 dólares mensuales el monto máximo que pueden comprar las personas para atesoramiento.
La
medida se tomó para "preservar las reservas durante este periodo de
transición hasta tanto el nuevo gobierno defina su política económica y
se disipe la incertidumbre", explicó el presidente del Banco Central,
Guido Sandleris.
"Es un esquema para la transición, no es permanente", insistió luego el ministro de Economía, Hernán Lacunza.
El
control de cambios fue una de las medidas más resistidas por Macri y de
las que más enojo causan a la clase media argentina, habituada a
ahorrar en dólares para protegerse de la alta inflación y las sucesivas
devaluaciones.
La
Bolsa de Buenos Aires perdía este lunes 4,05% a las 16:00 locales
(19:00 GMT), luego de abrir con un alza de 6,21%. El tipo de cambio
cerró en 63,45 (+2,38% con respecto al viernes).
"Hay una fuerte volatilidad en el mercado tras las elecciones", coincidieron en señalar operadores bursátiles.
"Los
tiempos que vienen no son fáciles", anticipó Fernández el domingo, al
anunciar un encuentro con Macri en la sede gubernamental, adonde estuvo
este lunes sin hacer declaraciones.
Con
Macri "empezaremos a hablar del tiempo que queda. Por supuesto, vamos a
colaborar en todo lo que podamos porque lo que nos interesa es que los
argentinos dejen de sufrir de una vez", aseguró.
Fernández,
un abogado de 60 años que postuló en fórmula con la expresidenta
Cristina Kirchner (2007-2015), ganó con 48,1% de los votos frente al
liberal Macri (40,3%). En los comicios se renovó también la mitad de la
Cámara de Diputados y un tercio del Senado.
La coalición de Fernández, Frente de Todos, logró sumar mayoría en el Senado, aunque no le alcanzó para controlar Diputados.
Pese
a que aún falta el escrutinio definitivo, con 97% de las mesas, el
Frente de Todos obtuvo 65 bancas de diputados. Totalizará 108 escaños
propios y puede llegar a 129 con aliados, el número necesario para el
quórum.
Juntos por el Cambio, la alianza de Macri, logró 56 bancas en diputados y totalizará 119, según las proyecciones.
En
el Senado, el Frente de Todos amplió sus bancas a 38 lo que le
permitirá tener quórum propio, mientras que la fuerza de Macri sumó tres
y quedó con 28.
El
peronismo domina 15 de las 24 provincias, Juntos por el Cambio 4 y
otras 4 son sujetas a eventuales alianzas. Falta definir la gobernación
de Salta (norte) el 10 de noviembre.
La
elección permitió mostrar al bloque de Macri como una futura oposición
robusta, luego de que el presidente consiguió recortar de 17 a 8 puntos
la ventaja que había obtenido Fernández en las primarias del 11 de
agosto.
El
triunfo de Fernández ocurre en momentos en que América Latina se
encuentra en plena ebullición, con masivas protestas en Chile, Bolivia y
Ecuador.
Fernández
recibió mensajes de felicitación de los gobiernos de México, Bolivia,
Cuba, El Salvador, Venezuela, España y Paraguay, este último su socio en
Mercosur. En contraste, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó
que Argentina "escogió mal" y aseguró que no felicitará a Fernández.
El
nuevo presidente asumirá en medio de una recesión económica, con alta
inflación (37,7% hasta septiembre) y aumento de la pobreza (35,4%).
Desde
las primarias, el Banco Central perdió 22.000 millones de dólares. Las
reservas internacionales se encuentran en 43.503 millones de dólares.
En
tanto, la deuda alcanza los 315.000 millones de dólares, casi el 100%
del Producto Interno Bruto (PIB), según las agencias calificadoras de
riesgo.
En
2018 Argentina obtuvo un auxilio por 57.000 millones de dólares del
Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de un severo ajuste fiscal.
Hasta
ahora el país ha recibido 44.000 millones de dólares de ese préstamo,
pero el organismo se ha mantenido a la espera de los resultados
electorales antes de hacer el siguiente desembolso por 5.400 millones de
dólares, que estaba previsto para septiembre.
En
su primera reacción, la directora gerente del FMI, Kristalina
Georgieva, felicitó a Fernández y se declaró "con ansias de poder
trabajar con su gobierno para abordar los desafíos económicos que
enfrenta Argentina y para promover un crecimiento inclusivo y
sostenible".
Se da por descontado que habrá una renegociación con el organismo multilateral.
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