MADRID.- La crisis económica que azota Venezuela se ha visto reflejada en su
capacidad para adquirir material militar. El país sudamericano no
importó armamento ni en 2017 ni en 2018, según consta en la base de
datos del SIPRI y confirman sus investigadores. Si en el período
2009-2013, Venezuela se colocaba como el primer comprador
latinoamericano, en el último lustro sus adquisiciones se han reducido
un 83%, según publica El País.
“La caída del precio del petróleo y el desplome en su producción
ha hecho insostenible la inversión planificada en defensa”, explica
Aude Fleurant, investigadora del SIPRI. “Sus principales proveedores,
Rusia y China, ya no confían en que Caracas vaya a poder hacer frente a
los pagos”, añade Fleurant. Venezuela está además sometido a un embargo de armas de la UE desde finales de 2017.
En México, la guerra contra el narcotráfico (empezada en diciembre de
2006 con la llegada al Gobierno de Felipe Calderón y continuada por el
Ejecutivo de Peña Nieto) siguió empujando las importaciones, que
aumentaron un 40% en los últimos cinco años, situando al país como
primer comprador latinoamericano y 34º del ranking mundial, por
delante de Brasil (35º), que redujo sus compras un 28%. Perú, en el
puesto 40º, cuadruplicó las compras, principalmente fragatas y aviones
de entrenamiento.
“Parece que la disputa marítima con Bolivia llevó a
Lima a reforzar su capacidad naval, aunque la mayoría del material
adquirido es de segunda mano”, sostiene la investigadora.
El aumento del gasto más notable entre los países latinoamericanos fue el de Nicaragua, sumido en una grave crisis política y social,
que multiplicó sus compras por ocho durante el periodo analizado en el
informe.
Todo el armamento que importó el país centroamericano fue ruso,
principalmente 50 tanques y otros vehículos de combate ligero, además
de dos aeronaves de transporte militar.
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