LA PAZ.- Centenares de cocaleros del
departamento boliviano de La Paz marcharon este martes para protestar
contra el Gobierno de Evo Morales, en una movilización en la que también
regalaron y masticaron hojas de coca.
Los afiliados a
la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) salieron
en marcha desde su sede en el barrio de Villa Fátima, en el noreste de
la ciudad, para dirigirse hacia la zona central.
A su paso por la cárcel paceña de San Pedro, que se
encontraba con una fuerte custodia policial, los movilizados reclamaron
la liberación del dirigente cocalero Franclin Gutiérrez y respeto por la
zona productora de coca de Los Yungas de La Paz.
En
esa prisión está detenido desde agosto de 2018 Gutiérrez, a quien el
Gobierno ha acusado de ser el supuesto autor intelectual de una
emboscada a un grupo policial antidrogas.
Los
manifestantes continuaron luego hacia la plaza Mayor de San Francisco,
donde hicieron un mitin matizado con canciones de protesta y discursos
contra el Gobierno, además de obsequiar a los transeúntes hojas de coca
para acullicar o masticar.
Un dirigente de Adepcoca,
Sergio Pampa, explicó a Efe que reclaman la liberación de Gutiérrez
"porque en estos seis meses no se ha podido comprobar" ninguna de la
acusaciones del Gobierno en su contra "y está encarcelado injustamente".
Los
cocaleros también recordaron que hace un año tuvieron un conflicto con
otro grupo de productores de hojas de coca afines al Ejecutivo boliviano
que intentaron tomar su sede en Villa Fátima.
En
aquel conflicto intervino la Policía, lo que los afiliados de Adepcoca
recuerdan como una "represión" y una "masacre" en su contra, según
Pampa.
El dirigente explicó que pedirán al Parlamento
que declare el 19 de marzo como el Día del acullico o masticado de la
hoja de coca, para conmemorar a los "verdaderos" productores de la
planta.
El Gobierno de Morales declaró mediante ley el
11 de enero de cada año como el Día Nacional del Acullico para
conmemorar que en 2013 Bolivia se adhirió nuevamente a Convención Única
de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961, con una reserva
para permitir el masticado dentro de su territorio.
El
presidente Morales sigue siendo el máximo dirigente de los cocaleros de
la zona central del trópico de Cochabamba, su bastión sindical y
político.
La hoja de coca está consagrada en la
Constitución de Bolivia por sus usos tradicionales, medicinales y
culturales, pero una parte de la producción es desviada al narcotráfico
para fabricar cocaína.
Morales puso en vigor en 2017 una ley que subió la superficie de cultivos legales de la planta de 12.000 a 22.000 hectáreas.
La
Adepcoca criticó en su momento aquella norma porque reconoció los
cultivos de coca del trópico de Cochabamba, considerada un área no
tradicional.
La superficie de cultivo en el país se
incrementó un 6 % entre 2016 y 2017, de 23.100 a 24.500 hectáreas, según
un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(Unodc).
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