jueves, 27 de diciembre de 2018

Maldivas comenzó el año sumida en una profunda crisis y lo termina en la cima

MALÉ.- Unas históricas elecciones generales sacaron este año del poder al controvertido presidente maldivo acusado de autoritarismo Abdulla Yameen y dieron la victoria a la oposición, lo que desató una liberación en masa de presos políticos y el regreso al archipiélago del exiliado exdirigente Mohamed Nasheed.

Un cierre de oro para un año que comenzó con la declaración de un estado de emergencia y la detención de los jueces del Tribunal Supremo que rehabilitaron en su cargo a doce parlamentarios contrarios al Gobierno y tumbaron las sentencias contra nueve líderes opositores, incluido Nasheed.
El entonces presidente decidió no acatar el fallo del máximo órgano judicial y en la noche del 5 de febrero declaró el estado de emergencia al asegurar que el presidente del Supremo, Abdulla Saeed, y el exdictador Maumoon Abdul Gayoom habían orquestado un golpe de Estado para derrocarlo.
Fue el segundo estado de emergencia en dos años.
Maldivas ya se encontraba en medio de una grave crisis institucional y política desde que una explosión en el barco de Yameen, en la que resultó herida la primera dama, llevó al entonces dirigente a denunciar en 2015 una serie de supuestos intentos de magnicidio.
Esas denuncias provocaron la detención de varios altos cargos del Gobierno, entre ellos el entonces vicepresidente Ahmed Adeeb y el fiscal general Muhthaz Mushin, que en 2016, cuando aún ocupaban sus cargos, fueron acusados de intentar asesinar al presidente y sentenciados a 15 y 17 años de cárcel, respectivamente.
La situación dio un giro inesperado durante las elecciones de septiembre, a las que se presentó por la oposición Ibrahim Mohamed Solih, un parlamentario veterano con casi un cuarto de siglo de experiencia como legislador y quien jugó un importante papel en la creación del Partido Democrático Maldivo (MDP).
Las apuestas apuntaban a algún tipo de maniobra no democrática de Yameen para obtener la victoria.
Además el líder del MDP y primer presidente elegido democráticamente en el país, Mohamed Nasheed, estaba exiliado en Londres tras ser condenado en 2015 a 13 años de prisión.
La condena contra Nasheed se debió a la detención ilegal de un juez durante su mandato, en un polémico y mediático proceso que su formación siempre aseguró que había estado plagado de irregularidades.
Tras pasar un año en la cárcel, obtuvo permiso para salir al extranjero por razones de salud.
Pero contra todo pronóstico Solih logró hacerse con el 58,3 % de los votos y Yameen reconoció de inmediato la derrota -aunque luego denunciaría que se habían produciendo irregularidades durante la votación-, iniciando una nueva etapa en el archipiélago.
El Supremo ordenó entonces retrasar la aplicación de la condena de Nasheed mientras revisaba el caso, lo que dio luz verde al exmandatario para regresar a su país natal.
Pocas semanas después de los comicios, Nasheed aterrizó en el Aeropuerto Internacional Velana, cerca de Malé, donde fue recibido por cientos de simpatizantes y líderes políticos de la coalición opositora.
Fue el primero de muchos gestos en favor de los derechos humanos desde el anuncio de los resultados electorales.
Los tribunales maldivos han liberado al exdictador Gayoom y a otros presos, detenidos en su mayoría por cargos de terrorismo, tras la crisis política registrada en febrero.
A mediados de noviembre, el Parlamento aprobó la abolición de una controvertida ley antidifamación promulgada en 2016 en medio de protestas de los medios de comunicación que la veían como un ataque a la libertad de prensa.
En otro paso simbólico, el nuevo Gabinete de Ministros dio luz verde a la reincorporación del país a la Commonwealth (Mancomunidad británica de Naciones), grupo que abandonó en 2016, bajo el anterior Gobierno, alegando injerencias en su política interna y trato "injusto".
Solih juró su cargo el 17 de noviembre.

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