PEKÍN.- Bajo presión por la
guerra comercial con Estados Unidos, el presidente chino, Xi Jinping,
impuso una reunión de autocrítica en la cumbre del poder, revelando una
rara señal de tensiones dentro del Buró político del régimen comunista.
Funcionarios
de alto rango fueron llamados a "estudiar inmediatamente" los discursos
de Xi y a "disciplinarse ellos mismos, sus familias y colaboradores".
Xi Jinping parece haber reprendido entre martes y
miércoles a los miembros del Buró político del Partido Comunista Chino
(PCC), el cenáculo de 25 personas que dirige al país más poblado del
mundo.
Un viejo ritual de los regímenes comunistas, actualizado
por Xi, los líderes de mayor jerarquía tuvieron que realizar
"autocríticas a la luz de su trabajo y la aplicación de las
instrucciones" del presidente, según un balance de la reunión a puertas
cerradas difundido este jueves por agencia de prensa oficial, Xinhua.
Para
el sinólogo Willy Lam, de la universidad china de Hong Kong, Xi impuso
de esta manera "un test de lealtad" a quienes integran la cima del
régimen, pero admitiendo al mismo tiempo "la existencia de tensiones en
su seno".
"Es reconocer abiertamente que algunos no han demostrado una lealtad total", observa.
La
reunión del Buró político tuvo lugar en momentos en que China enfrenta
una guerra comercial, lanzada en el verano boreal por el presidente
estadounidense Donald Trump, y una fuerte desaceleración de su economía.
En una cumbre del G-20 a principios de diciembre en Buenos Aires,
Xi obtuvo del presidente de Estados Unidos un plazo de tres meses para
alcanzar un acuerdo comercial. Según la agencia Bloomberg, los
negociadores estadounidenses son esperados el 7 de enero en Pekín.
Para
Lam, Xi está siendo desafiado por su propio régimen por haber
subestimado la determinación de Trump y no haber visto venir los
aumentos arancelarios que penalizan en particular a las regiones
exportadoras del este y sur del país, y a sectores como la industria de
alta tecnología.
Xi Jinping "se encuentra
bajo una enorme presión para que alcance un compromiso con Trump" antes
de la fecha límite de principios de marzo, comenta el sinólogo.
Esta
fecha también coincidirá con la sesión plenaria anual del Parlamento
chino, en la cual el hombre fuerte de Pekín corre el riesgo de quedar
bajo el fuego de las críticas de los representantes de las regiones y
sectores más afectados por las tensiones comerciales.
En la negociación sino-estadounidense, "Donald Trump está
bien posicionado para aprovechar el debilitamiento de Xi", analiza Lam.
Xi
Jinping logró en marzo pasado introducir su "Pensamiento" en la
Constitución del país y abolir la limitación de los mandatos
presidenciales. A veces es considerado el dirigente más poderoso que ha
tenido China desde la era de Mao Zedong (1949-1976).
Pero, sin el
prestigio del fundador de la República Popular, "él (Xi) no se siente
seguro y, para decir las cosas con franqueza, revela falta de confianza
en sí mismo", señala el politólogo independiente Hua Po, desde Pekín.
"Siempre tiene el temor de que alguien intente rebelarse", agrega.
En
este contexto, "centralizar aún más el sistema y exigir la total
obediencia a su poder es la única manera de enfrentar los desafíos
internos y externos", resume.
Otra señal de nerviosismo es que la
tradicional reunión de otoño del Comité Central del PCC, el "parlamento
del partido", no tuvo lugar este año.
El líder supremo temía que hubiera "demasiadas preguntas hostiles", supone Lam.
Entretanto,
hasta la prensa oficial ha cambiado su tono y reconoce que la situación
económica "es muy grave", subraya Hua Po, aunque las principales
estadísticas por ahora no revelan nada alarmante.
"Muchas
empresas cierran sus puertas y el número de desocupados está creciendo
rápidamente", destaca el politólogo. Xi Jinping "ha decepcionado las
expectativas de la gente y esta desilusión podría convertirse en
desesperación", advierte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario