BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) prevé emitir deuda con el respaldo del presupuesto comunitario para financiar el fondo de recuperación pospandemia de la Unión Europea,
del que un 80 % se destinará a apoyar a los Estados miembros y hasta un
15% a facilitar la inversión privada, según fuentes de la institución.
El
Ejecutivo comunitario, que presentará el próximo 27 de mayo su
propuesta, aún no ha desvelado el volumen del fondo, para el que ha
barajado cifras en torno al billón y medio de euros.
Los planes de la Comisión pasan por elevar el techo de gasto del presupuesto europeo hasta el 2%
de la Renta Nacional Bruta (RNB) conjunta de la UE, frente al 1,2 %
actual, y usar este margen como respaldo para emitir bonos en los
mercados.
La financiación
conseguida se canalizaría luego a través de los programas del
presupuesto comunitario, un instrumento conocido, en el que confían
todos los Estados, y que está sometido a escrutinio parlamentario, tal
como ya avanzó en abril la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen.
Este
sistema evitaría además que los Estados tengan que aumentar sus
contribuciones a las arcas comunitarias para el periodo 2021-2027. Este
tipo de emisión de bonos por parte de la Comisión no equivale a los eurobonos o coronabonos que
reclamaban en principio algunos países, incluida España, y, según
fuentes comunitarias, cuenta ya con el respaldo de casi todos los
Estados miembros.
Menos consenso existe sobre qué parte de los fondos deberá desembolsarse en forma de subvenciones y qué parte en préstamos que, en todo caso, serán a largo plazo, indican las citadas fuentes.
España,
Italia, Francia, Grecia o Portugal, entre otros países, así como la
Eurocámara, reclaman que la mayor parte del dinero se conceda en forma de transferencias, mientras que Holanda, Austria o los nórdicos defienden que se haga con créditos.
Fuentes
de la Comisión recuerdan que, en ambos casos, las ayudas tendrán un
coste puesto que habrá que pagar los costes de la deuda que se emita.
Para hacer estos reembolsos Bruselas propondrá crear nuevos recursos
propios que vayan directamente al presupuesto europeo, de modo que los
Estados no tengan que aumentar sus contribuciones nacionales.
En
todo caso, indican las fuentes, hace falta aún trabajo para convencer a
los Estados, cada uno de los cuales tiene derecho de veto, con lo que
no es posible decir si en junio se logrará un acuerdo.
El Ejecutivo comunitario prevé estructurar el fondo de recuperación en tres pilares. El primero será un instrumento para la resiliencia y la recuperación, que
copará el 80% de los fondos y se destinará a ayudar a los países a
modernizar sus economías, atendiendo en particular a la digitalización y
la transición ecológica.
Este
pilar incluirá además una partida adicional de fondos de cohesión que se
distribuirá entre los países teniendo en cuenta criterios ligados a la
gravedad del impacto de la pandemia, como el índice de paro.
Las ayudas estarán ligadas al Semestre Europeo, por
el que la Comisión coordina las políticas presupuestarias de los
países, de modo que estos tendrán que presentar programas de
recuperación que estén en línea con sus recomendaciones para recibir
ayudas.
El segundo pilar se llevará entre el 10 y el 15% de los fondos y estará destinado al sector privado, basándose en un refuerzo del programa de inversiones InvestEU, un nuevo programa para inversiones estratégicas y un nuevo instrumento de solvencia para empresas.
Fuentes
comunitarias aclaran que con esta última medida no prevén comprar
acciones de compañías, sino proporcionar avales para cubrir parte del
riesgo que asume el Banco Europeo de Inversiones en
algunos proyectos. El objetivo es evitar la desigualdad que genera el
que unos países tengan mucha más capacidad que otros para ayudar a sus
empresas.
El último pilar reforzará instrumentos que se han revelado necesarios en esta crisis, como la nueva reserva de equipamiento médico RescEU, el programa Horizonte de investigación o un nuevo programa de salud.
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