PARÍS.- El derrumbe del petróleo
llegó este lunes a niveles históricos: los inversores y especuladores
pagan para encontrar compradores en momentos en que las capacidades de
almacenamiento llegan a su límite en Estados Unidos.
Así, en un
mercado saturado, los tenedores de contratos para mayo -que expiran el
martes al cierre- deben encontrar compradores para el petróleo físico lo
antes que puedan. Pero como las reservas están casi al límite en
Estados Unidos, deben erosionar los precios para colocarlos.
El barril de crudo WTI que se intercambiaba a 60 dólares
por unidad a inicios de año y a 18,27 dólares el viernes por la tarde,
se hundió por completo este lunes. Y más: terminó la jornada en -37,63
dólares.
Esto significa que muchos pagan para deshacerse de este crudo, muy caro de almacenar.
"Y pagaron caro", constató Louise Dickson, especialista del mercado petrolero para Rystad Energy.
El petróleo nunca había caído por debajo de 10 dólares desde la creación de estos contratos a futuro en 1983.
La situación podría mejorar en los próximos días, según algunos analistas.
"Es
un poco engañoso focalizarse en el contrato de mayo", explicó Matt
Smith, experto de ClipperData. "Hay mucho más movimiento sobre los
barriles para entrega en junio", señaló sobre el contrato que, aún en
caída, mantiene los precios por encima de los 20 dólares.
El
barril de Brent del mar del Norte, referencia europea y cotizado en
Londres, se vio menos afectado, con una caída de 9% a 25,57 dólares al
cierre de este lunes.
Las restricciones de movilidad para combatir
el coronavirus en buena parte del mundo y la parálisis económica
hundieron el consumo de carburante. Y los inversores esperan que la
situación empeore.
Además la oferta de crudo es abundante luego de
una guerra de precios entre Arabia Saudita, líder de la OPEP, y Rusia,
que no alcanzaron un acuerdo de reducción de producción a inicios de
marzo.
El diferendo terminó a inicios de abril al acordar una
reducción de 10 millones de barriles diarios para tratar de sostener los
precios en mercados afectados por el coronavirus.
Pero los
precios siguieron su descenso a los infiernos cuando se hizo claro que
ese recorte -que además supone un incremento progresivo de producción-
no bastaría para compensar la caída de la demanda.
En este
contexto de mercado "extremadamente desequilibrado" entre una oferta
superabundante y una demanda en caída, los inversores "se precipitan
para deshacerse" de sus compras de petróleo, observó Craig Erlam, de
Oanda.
Estados Unidos "tiene los problemas más importantes de almacenamiento", destacó Jasper Lawler, de London Capital Group.
"La demanda es tanto más baja que la oferta que las reservas podrían haber alcanzado 70% a 80% de su capacidad", estimó.
Sukrit
Vijayakar, analista de Trifecta Consultants, destaca que las refinerías
estadounidenses no logran transformar el crudo suficientemente rápido,
lo que explica que haya menos compradores y reservas que se llenan.
"El mundo está usando cada vez menos y menos petróleo, y
los productores ven cómo ello se refleja en los precios", afirma el
analista Bjornar Tonhaugen, de Rystad Energy.
"Aunque la OPEP ha
aceptado una reducción sin precedentes de la producción, el mercado está
inundado de petróleo", señaló el banco ANZ en una nota.
Michael
McCarthy, experto en CMC Markets, afirma que la caída del WTI
"evidencia un exceso" de las reservas de crudo en la terminal de Cushing
(Oklahoma, sur de Estados Unidos).
El índice de referencia
estadounidense está ahora "desenganchado" del Brent, referencia del
petróleo europeo, y "la brecha entre los dos ha alcanzado su nivel más
alto en una década", subrayó.
La Agencia de Información sobre
Energía (AIE) de Estados Unidos aseguró que las reservas de petróleo
subieron 19,25 millones de barriles la semana pasada en el principal
productor y consumidor mundial de oro negro.
"Los corredores compraron barriles baratos y llenaron los espacios de almacenamiento", destacó Louise Dickson.
Así
en Cushing, donde se almacena el crudo que sirve de referencia al WTI,
las reservas subieron 48% desde fines de febrero a 44 millones de
barriles, y "no queda espacio más que para 21 millones de barriles más",
destacó la analista.
El lunes por la noche, el presidente
estadounidense, Donald Trump, anunció que tenía la intención de añadir
75 millones de barriles a la reserva estratégica de Estados Unidos,
destinada a afrontar cualquier emergencia.
Luego
precisó que el país comprará esa cantidad de petróleo si el Congreso le
da el visto bueno o abrirá a terceras partes la capacidad de almacenar
ese crudo a cambio de una remuneración.
El 17 de abril, esa reserva contenía 635 millones de barriles y el límite autorizado es de 713,5 millones de barriles.
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