LONDRES/WASHINGTON.- El primer ministro Boris Johnson advirtió el jueves que muchas más
familias verían a sus seres queridos morir por el brote de coronavirus,
mientras que el principal asesor científico del gobierno dijo que Gran
Bretaña probablemente tenga unas 10.000 personas infectadas.
En
una reunión del comité de emergencia del gobierno, Johnson cambió la
respuesta de Gran Bretaña a la llamada “fase de retraso”, destinada a
posponer el pico del brote hasta los meses de verano, poniendo fin a una
fase de contención total.
“Se extenderá aún más”, dijo Johnson
en rueda de prensa, flanqueado por los principales asesores científicos y
médicos del gobierno.
“Debo sincerarme con ustedes, con el público
británico: muchas más familias van a perder a sus seres queridos antes
de tiempo”.
El Gobierno británico ha sido criticado
por no tomar medidas de mayor alcance como las que se ven en muchos
otros países. Johnson defendió su enfoque, diciendo que se están
siguiendo consejos científicos y que “haría lo correcto en el momento
correcto”.
Dijo que aquellos que muestran síntomas leves deberían
aislarse durante al menos siete días. En las próximas semanas, ese
consejo cambiaría a hogares enteros, a cuyos integrantes se les pedirá
que se queden en casa si una persona tiene síntomas.
“Esta es la peor crisis de salud pública en una generación”, dijo Johnson.
El
número de casos confirmados de coronavirus en Reino Unido aumentó un
29% a 590 en las últimas 24 horas. Diez personas con coronavirus han
muerto en Reino Unido.
“Actualmente hay unos 590 casos
identificados en Reino Unido y hay más de 20 pacientes en unidades de
cuidados intensivos”, dijo el asesor científico jefe del gobierno,
Patrick Vallance.
“Si se calcula lo que realmente significa en términos
del número total, es mucho más probable que haya entre 5.000 y 10.000
personas infectadas en este momento”.
Vallance dijo que Gran
Bretaña está actualmente en una trayectoria de aproximadamente cuatro
semanas detrás de Italia, que ha reportado más de 15.000 casos y 1.000
muertes. Predijo que el pico de casos de coronavirus en Gran Bretaña
podría estar al menos entre 10 y 14 semanas.
Las farmacéuticas de EEUU, en una carrera contrarreloj
La industria farmacéutica de EE.UU. se ha zambullido en una carrera contrarreloj para hallar una vacuna y un tratamiento contra el nuevo tipo de coronavirus, un proceso que se demorará durante más de un año y que ya le ha permitido cosechar jugosos beneficios en bolsa.
Las farmacéuticas de EEUU, en una carrera contrarreloj
La industria farmacéutica de EE.UU. se ha zambullido en una carrera contrarreloj para hallar una vacuna y un tratamiento contra el nuevo tipo de coronavirus, un proceso que se demorará durante más de un año y que ya le ha permitido cosechar jugosos beneficios en bolsa.
"Muchas
compañías están teniendo ideas sobre cómo hacer una vacuna. Es
importante intentar todas las posibles vías porque sabemos que no todas
funcionarán", explicó el doctor Bruce Gellin del Instituto de
Vacunas Sabin, en Washington, dedicado a promover el acceso global a la
inmunización.
En
opinión de Gellin, "que muchos caballos de carreras hayan salido, no
significa que todos lleguen a la meta", por lo que, a su juicio, cuantas
más compañías inviertan en investigación, mejor.
La
investigación sobre COVID-19 ha comenzado en un tiempo récord gracias a
que en enero científicos de China publicaron la secuencia genética del
virus, que fue detectado por primera vez en diciembre en la región de
Wuhan y ha sido declarado pandemia por la Organización Mundial de la
Salud (OMS).
Debido
a esa rapidez, las farmacéuticas estadounidenses ya han anunciado que
en abril iniciarán los primeros ensayos clínicos en humanos para una
vacuna.
El
comienzo de esos experimentos en solo 4 meses desde la detección del
virus contrasta con el año y ocho meses que tardaron los primeros
ensayos para una vacuna contra el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave
(SARS, en su acrónimo inglés), que dejó 774 muertos en China entre
noviembre de 2002 y julio de 2003.
Actualmente,
más de diez grandes farmacéuticas de todo el mundo pelean por ser la
primera en lograr una vacuna: Entre las empresas en liza figuran las
estadounidenses Moderna, Johnson & Johnson, Regeneron, Inovio
Pharmaceuticals, Novarax y Gilead Sciences.
La
delantera la lleva Moderna, con sede en Massachusetts, ya que fue la
primera en fabricar en febrero una vacuna experimental que está siendo
probada por investigadores del Gobierno de EE.UU. y, en abril, tiene
previsto lanzar un ensayo clínico con entre 20 y 25 voluntarios sanos.
A
esos voluntarios se les administrarán dos dosis de la vacuna para ver
si induce una respuesta inmune capaz de proteger contra la infección.
Entretanto, Novarax, en Maryland, está haciendo experimentos con animales y sus pruebas con seres humanos serán en mayo.
Otra
compañía, Regeneron, en el estado de Nueva York y conocida por haber
diseñado un medicamento experimental para el ébola, calcula que iniciará
en agosto su ensayo con voluntarios, indicó a Efe un portavoz.
A
pesar de los avances, ninguna compañía se ha atrevido a fijar una fecha
para la comercialización de una vacuna definitiva; aunque Inovio, en
Pensilvania, pretende haber producido para finales de año un millón de
dosis, que podrían usarse para más experimentos clínicos o usos de
emergencia.
A
largo plazo, el desarrollo de una vacuna permitirá a la población
fortalecer su sistema inmune frente al COVID-19, pero ¿qué hacer con
quién ya está enfermo?
La
industria farmacéutica y las universidades de EE.UU. están investigando
dos tipos de tratamientos diferentes: inyecciones de Remdesivir, un
medicamento antivírico que fue creado originalmente para el ébola, y una
píldora llamada "EIDD-2801", capaz de enfrentarse a una gran cantidad
de virus.
Uno
de los expertos que está sumergido en el desarrollo de esa píldora es
David Perryman, jefe de operaciones de "DRIVE", un centro sin ánimo de
lucro de la universidad Emory en Atlanta (Georgia).
Perryman explicó que su equipo lleva años buscando
una cura para la gripe y, ahora, están usando los resultados de sus
investigaciones para crear una píldora destinada a luchar contra un
amplio rango de enfermedades víricas, desde el nuevo coronavirus hasta
el chikunguña o el ébola.
"Este es nuestro gran sueño, conseguir una píldora que sirva para tratar cualquier virus", manifestó.
El
hecho de que ese medicamento pueda tener forma de píldora tiene grandes
ventajas: su ingesta es fácil, lo que permite un tratamiento rápido,
algo crucial cuando se trata de enfermedades víricas.
Sin
embargo, la píldora aún está dando sus primeros pasos, mientras que las
inyecciones de Remdesivir ya se están aplicando de manera experimental a
pacientes en EE.UU., China e Italia con buenos resultados y la OMS se
ha mostrado esperanzada sobre la posibilidad de que sirva para reducir
el número de casos y la tasa de mortalidad.
Hasta
ahora, la OMS ha contabilizado 118.000 afectados y 4.291 fallecidos,
cifras que se espera que aumenten en los próximos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario