SAN DIEGO.- Un
panel de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito suspendió el
viernes por unanimidad una orden que había emitido horas antes para
bloquear una disposición crucial de una política del gobierno del
presidente Trump que obliga a solicitantes de asilo a esperar en México
mientras sus casos se resuelven en tribunales en Estados Unidos.
El
panel de tres jueces ha indicado al gobierno que presente argumentos
escritos a más tardar el lunes y a los demandantes que respondan a más
tardar el martes.
El
Departamento de Justicia dijo que al menos 25.000 solicitantes de asilo
a los que abarca esa política esperan en la actualidad en México y
manifestó sus “preocupaciones enormes e irreversibles de seguridad
nacional sobre la seguridad pública”.
Los
abogados del gobierno dijeron que los abogados de inmigración habían
comenzado a exigir que se permita a los solicitantes de asilo permanecer
en Estados Unidos. Uno había insistido en que se autorice a 1.000
personas ingresar por una sola parte.
“El
restablecimiento de la orden de restricción por parte de la corte causa
a la ciudadanía y al gobierno de Estados Unidos perjuicios importantes e
irreparables a la seguridad fronteriza, la seguridad pública, la salud
pública, y las relaciones diplomáticas”, escribieron los abogados del
Departamento de Justicia.
Aduanas y Protección Fronteriza había comenzado a dejar de procesar a las personas en conformidad con la política.
Un
panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito
asestó el revés al gobierno, aunque podría ser temporal si este impugna
el fallo ante la Corte Suprema federal, que ha apoyado sistemáticamente
las políticas de inmigración y seguridad fronteriza del mandatario. Chad
Wolf, secretario interino de Seguridad Nacional, dijo que se coordinaba
con el Departamento de Justicia para “apelar de manera expedita esta
inexplicable decisión”.
El
programa “Permanecer en México”, llamado oficialmente “Protocolos de
Protección a Migrantes”, entró en vigor en enero de 2019 en San Diego y
gradualmente se ha extendido a lo largo de la frontera sur. Casi 60.000
personas han sido regresadas para que aguarden una audiencia, y las
autoridades creen que es una razón de peso por la que los cruces
fronterizos ilegales disminuyeron aproximadamente 80% en comparación con
los detectados en mayo, cuando registraron su nivel máximo en 13 años.
Los
activistas y los abogados de inmigrantes, que llevan meses forcejeando
con el gobierno por un programa que consideran un desastre humanitario
que somete a cientos de migrantes a la violencia, secuestros y
extorsiones en ciudades fronterizas peligrosas en México, reaccionaron
rápidamente a la decisión. Cientos más han estado viviendo en
campamentos miserables justo al otro lado de la frontera mientras
aguardan su fecha para comparecer ante la corte.
Los
activistas planeaban que los migrantes cruzaran el viernes la frontera
inmediatamente y presentaran el fallo de la corte a las autoridades
fronterizas, y que el grupo Human Rights First entregue una copia a los
agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados
Unidos en un puente que conecta Laredo, Texas, y Nuevo Laredo, México.
Los abogados prevén que sus clientes se presenten ante jueces de la
corte migratoria en Estados Unidos.
Debido
al fallo, algunos casos se han frenado en la corte. El juez de
inmigración Philip Law, en San Diego, aplazó hasta el 17 de abril una
última audiencia sobre un caso de asilo de un hondureño porque una
abogada del gobierno no pudo responderle sus preguntas sobre los
alcances del fallo, el cual deja temporalmente sin efecto la política
durante las apelaciones. La abogada del gobierno dijo haber consultado a
su supervisor cómo se atendería el fallo y que él tampoco supo qué
hacer.
En
El Paso, un administrador se presentó a informar del fallo a un juez
que veía el caso de una madre centroamericana y su pareja. El hombre y
la mujer lloraron al enterarse que podrían entrar en Estados Unidos sin
restricciones. La pareja y sus dos hijos chicos quedarán bajo detención
del gobierno y no tendrán que regresar a Ciudad Juárez, México.
“¿Ustedes
entienden eso?”, preguntó Herbert mediante un intérprete. “Hubo un
cambio bastante significativo en la ley mientras ustedes daban su
testimonio”.
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