WASHINGTON.- A
medida que los mercados mundiales se desploman en medio de los
crecientes temores sobre el impacto que tendrá el brote de un nuevo
coronavirus, el presidente Donald Trump y sus aliados culparon a otros
por la caída financiera. Es una reacción riesgosa para un presidente que ha ligado su destino a Wall Street como ningún otro.
El
equipo del presidente respondió el viernes a la venta masiva de
acciones en los mercados de valores estadounidenses, la más fuerte
durante una semana en más de una década, con su conocida estrategia de
evasión, minimizando la amenaza y repartiendo con entusiasmo la
responsabilidad hacia los demócratas, los medios de comunicación y la
arraigada burocracia gubernamental.
Trump
tuiteó que los demócratas "que no hacen nada" sólo perdieron el tiempo
en el juicio político y en "cualquier otra cosa que pudieran hacer para
que el Partido Republicano se viera mal", mientras defendió su propia
respuesta, que muchos demócratas han considerado lenta y dispersa.
"Están
haciendo todo lo posible para infundir miedo en las personas, y creo
que es ridículo, y creo que tienen muy mala reputación", dijo Trump más
tarde a los periodistas en la Casa Blanca antes de partir para un mitin
de campaña en Carolina del Sur. “Entonces algunas personas nos están
dando crédito y otras no. Pero los únicos que no lo hacen, no lo dicen
en serio. Es pura política. Es política".
A
pesar de la ansiedad por la expansión del brote del COVID-19 en Estados
Unidos, Trump defendió el viernes las medidas adoptadas por el poder
ejecutivo y arremetió contra los demócratas que han cuestionado su
gestión de la amenaza, calificando las críticas como un nuevo “engaño”
para socavar su liderazgo.
Poco
antes del discurso de Trump, las autoridades de salud confirmaron un
segundo caso en territorio estadounidense en una persona que ni viajó al
extranjero ni tuvo contacto directo con ningún infectado.
El
presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, dijo
que la economía de la nación sigue siendo fuerte y que los encargados de
dictar las políticas “utilizarán nuestras herramientas” para
respaldarla si fuese necesario.
Los
mercados financieros, ya a la baja, volvieron a resentirse el viernes,
mientras que los temores por el virus dejaron tiendas vacías, cerraron
parques de entretenimiento, cancelaron eventos y redujeron drásticamente
el comercio y los viajes.
En
China, una potencia de la fabricación y el lugar donde se detectó el
virus por primera vez en diciembre, hubo un desplome del índice de
gerentes de compras a 35,7 en febrero, desde el 50 registrado en enero.
Cualquier cifra por encima de 50 indica expansión y por debajo
contracción.
El
brote del nuevo virus fue la causa directa de esta notable caída, dijo
Zhao Qinghe, un veterano estadista de la Oficina Nacional de Estadística
china.
La
lista de países afectados por el COVID-19 subió a cerca de 60 luego de
que México, Bielorrusia, Lituania, Nueva Zelanda, Nigeria, Azerbaiyán,
Islandia y Holanda reportaron sus primeros casos. Más de 84.000 personas
se contagiaron en todo el mundo de un coronavirus que ha causado más de
2.800 muertes.
China
ha registrado un descenso en el número de infecciones y el sábado
reportó 427 nuevos casos en las últimas 24 horas, periodo en el que se
registraron 47 decesos más. La mayoría de los contagios y los
fallecimientos fueron en Wuhan, la ciudad que está en el epicentro del
brote.
La
aparición de nuevos casos en el territorio continental chino estuvo por
debajo de 500 en los últimos cuatro días, y casi todos se localizaron
en Wuhan y su provincia, Hubei.
Como
el número de pacientes que reciben el alta está muy por encima de los
nuevos ingresos, Wuhan tiene ahora más de 5.000 camas vacías en 16
centros de tratamiento temporales, dijo Ma Xiaowei, director de la
Comisión Nacional de Salud en una conferencia de prensa el viernes.
Según
los datos oficiales del sábado, 1.726 pacientes recibieron el alta en
la ciudad el viernes, frente a los 420 nuevos casos registrados.
El
director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom
Ghebreyesus, dijo el viernes que el riesgo de que el coronavirus se
propagara por todo el mundo era “muy alto”, mientras el secretario
general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, señaló que la “ventana de
oportunidad” para contenerlo se estaba reduciendo.
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