MADRID.-En 1984 la renta de cada italiano era un 40% superior a la de cada
español medida en paridad de poder adquisitivo (equiparando los precios
de los bienes y servicios de ambos países). Hoy, la renta per cápita de
España es un 2,7% superior a la de Italia y la brecha podría aumentar
año tras año. La economía española lleva años creciendo mucho más rápido
que la de una Italia cuya productividad real lleva estancada desde
finales de los 90. Por tanto, este 'sorpasso' es en parte mérito de
España y en parte producto de la catástrofe económica de Italia. El país
transalpino ha vivido tres recesiones en los diez últimos años y ahora parece ir camino de la cuarta tras haber sufrido un retroceso de 0,3% en su PIB en el último trimestre de 2019, según un análisis de elEconomista.
Este 'sorpasso' de España a Italia se ha producido según la metodología utilizada por el Fondo Monetario Internacional (en 2018)
y según la firma financiera Oxford Economics en 2019. España supera los
41.500 dólares PPA e Italia se sitúa en los 40.400. Además, este
adelantamiento ha sucedido en el PIB per cápita en paridad de poder
adquisitivo (PPA), que mide la producción a la que toca cada habitante
eliminando la distorsión que producen los precios (el mismo bien
producido en un país u otro suele presentar precios diferentes incluso
siendo idénticos).
Este indicador muestra una imagen más fiel del nivel
de vida real de los ciudadanos y su capacidad de consumo. No obstante,
en PIB per cápita a precios corrientes (los euros contantes y sonantes),
Italia sigue aventajando a España en más de 1.700 euros por cabeza al
año.
Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, explica
en una nota para clientes que "aunque a menudo Italia y España se
agrupan en las economías periféricas con problemas, España e Italia han
mostrado dinámicas permanentemente diferentes. Tras años de un
crecimiento superior, España es por primera vez en la historia más rica
que Italia".
La situación no queda ahí. Al igual que las previsiones que muestra
el Fondo Monetaria Internacional, Talavera y su equipo creen que "lo más
importante es que esperamos que la brecha no se cierre dadas nuestras
estimaciones de crecimiento potencial, que es aproximadamente el doble
en España que en Italia por una demografía más favorable y unos niveles
de acumulación de capital más elevados".
Desde 2014, el crecimiento del PIB en España ha sido 12 puntos
porcentuales superior al de una Italia que ha estado prácticamente
estancada. "Si volvemos a los inicios del euro en 1999, la diferencia en
el rendimiento entre las dos economías aumenta al 40%, aunque esto
refleja en parte el crecimiento inflado de España durante la burbuja
previa a la crisis".
Si se analiza el PIB per cápita bajo la metodología de volúmenes
encadenados (el crecimiento real del PIB descontando la inflación), la
renta de cada italiano es hoy prácticamente la misma que en 1999.
Un
informe de Commerzbank que analizaba los sempiternos problemas de la
economía italiana destacaba que la productividad en Italia ha sido un
desastre porque los gobiernos han establecido un marco y unas
condiciones erróneas para las empresas, como muestra la insuficiente
inversión en educación e investigación y desarrollo.
En Italia, la productividad total de los factores (PTF) lleva cayendo
desde el año 2000 y como resultado, la economía de Italia es hoy
aproximadamente tan productiva como lo era a principios de la décadas de
los 90.
Este indicador refleja la eficiencia con la que se utilizan de
forma conjunta el empleo y el stock de capital (maquinaria, equipos,
infraestructuras, etc.) en el proceso productivo, yendo un poco más allá
que el simple concepto de productividad. El caso de España no es muy
diferente, la PTF lleva atascada durante las últimas décadas.
La diferencia reside en la productividad laboral por persona empleada, que pese al extraño comportamiento que presenta en España
(se dispara en las recesiones y se estanca en los años de expansión
económica) ha avanzado mucho más rápido en España que en Italia desde la
década de los 90 hasta hoy. Esto se debe a la mayor acumulación de
capital relativo respecto a la economía italiana.
También resulta importante destacar que la renta per cápita ha
mejorado en España por unas tasas de empleo y de participación laboral
superiores a las de Italia. Un mayor número de personas trabajando
(produciendo) desembocan en una mayor renta por persona incluso sin crecimiento de la productividad.
Por otro lado, Talavera destaca que el sector bancario español
también ha incrementado su resistencia tras una consolidación a gran
escala y la creación de Sareb, el banco malo que absorbió 50.000
millones de activos problemáticos de los bancos, ayudando a limpiar sus
balances. Esta posición de la banca nacional puede estar relacionada con
el mejor comportamiento de la inversión.
"Italia finalmente abordó su propio problema con los préstamos
morosos en 2016 mediante el establecimiento del esquema GACS de garantía
pública y el fondo Atlante. Como resultado, Italia también ha visto una
disminución sustancial en sus índices de morosidad, aunque todavía
permanecen por encima de los de España.
Sin embargo, los flujos de
crédito en Italia continúan sujetos a la evolución de los diferenciales
de rendimiento (interés de los bonos italianos) por la gran exposición
de los bancos a la deuda soberana. Esta relación quedó evidenciada tras
el colapso del crédito a empresas en 2018, cuando el interés de los
bonos soberanos italianos aumentaron ante la inestabilidad política",
señala el economista jefe de Oxford Economics.
Por último, las frecuentes turbulencias políticas y cambios de
gobierno no han servido de ayuda para establecer políticas
'largoplacistas', vitales en la educación o en lo que compete a la
seguridad jurídica. Italia ha tenido 66 gobiernos diferentes desde la
Segunda Guerra mundial, lo que supone una inyección extra de
incertidumbre para las empresas y la inversión extranjera, ambas fuentes
de crecimiento.
Ahora, el coronavirus, que está afectando especialmente
a Italia dentro de Europa, podría conducir al país a la cuarta recesión en diez años,
lo que ensanchará la brecha de PIB per cápita PPA entre España e
Italia, haciendo poco probable una reversión de esta tendencia a corto
plazo.
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