NUEVA DELHI.- Es poco probable que el nuevo presupuesto federal de la India saque a la
tercera economía más grande de Asia de su peor desaceleración en más de
una década, ya que el Gobierno ha propuesto solo aumentos moderados del
gasto y pequeños recortes en los impuestos sobre la renta, dijeron
economistas consultados.
Estos analistas comentaron que existe el riesgo de que el Gobierno no
cumpla su objetivo de déficit fiscal para 2020-21, ya que depende de la
recaudación de casi 30.000 millones de dólares por la venta de
participaciones en empresas e instituciones financieras estatales para
cumplir con sus ambiciosos objetivos de ingresos.
En su
presupuesto para el año que comienza en abril, revelado el sábado, el
Gobierno relajó su objetivo de déficit presupuestario para poder gastar
casi 15.000 millones de dólares más, principalmente en infraestructuras y
agricultura, mientras sigue adelante con las privatizaciones.
Economistas
y directivos empresariales dijeron que las propuestas presupuestarias
proporcionarían cierto apoyo al crecimiento a largo plazo, pero que eran
insuficientes para darle un impulso inmediato.
Se prevé que la
economía de la India crezca un 5% en el año que finaliza en marzo, su
ritmo más débil en 11 años, aumentando la presión sobre el primer
ministro Narendra Modi, muy criticado ya por una polarizadora ley de
ciudadanía.
“Consideramos que el presupuesto es en gran medida
neutral para el crecimiento y la inflación”, dijo el economista de
Nomura Sonal Varma, añadiendo que los problemas del sector financiero
podrían retrasar aún más cualquier recuperación.
El Gobierno ha propuesto aumentar el gasto para impulsar la demanda
de los consumidores y la inversión, pero no ha podido ir lo
suficientemente lejos al verse atado de manos por desaceleración de los
ingresos, según los economistas.
La agencia de calificación de
deuda Moody’s Investor Service dijo que el presupuesto subraya los
desafíos fiscales de un crecimiento real y nominal más lento, que podría
continuar más tiempo del que el Gobierno espera.
Nomura estima
que el crecimiento anual del producto interior bruto (PIB) probablemente
cayó al 4,3% en los últimos tres meses de 2019, después de haber caído
al 4,5% en el trimestre anterior, la tasa más lenta en más de seis años.
Los economistas creen que la India corre el riesgo de no
alcanzar su objetivo de déficit presupuestario del 3,5% del PIB en
2020-21, ya que el objetivo de crecimiento de los ingresos del Estado,
de casi el 10%, depende de la recaudación de casi 2,1 billones de rupias
(30.000 millones de dólares) procedentes de las privatizaciones.
También
hay inversores y consumidores decepcionados por el presupuesto, ya que
no se han ofrecido nuevos incentivos para el sector financiero y el
mercado de la vivienda, que se enfrentan a un momento difícil, y no está
claro si los cambios propuestos en los impuestos a los particulares
darán lugar a ganancias netas.
“Los recortes fiscales no se
traducirán precisamente en grandes mejoras para los contribuyentes”,
dijo Amit Maheshwari, socio de Ashok Maheshwary & Associates LLP,
una consultoría fiscal, que añadió que podrían desalentar el ahorro y
contribuir a aumentar los tipos de interés del mercado.
Las acciones en la bolsa de la india cayeron a su nivel
más bajo en más de tres meses en una sesión extraordinaria el sábado,
después de que se publicara el presupuesto, debido, según analistas, a
la ausencia de suficientes medidas de estímulo.
El índice NSE Nifty 50 cerró con una caída del 2,5% mientras que el índice de referencia S&P BSE Sensex cayó un 2,4%.
En
declaraciones a la prensa el domingo, la ministra de finanzas Nirmala
Sitharaman dijo que los inversores pronto apreciarán las medidas tomadas
para impulsar el crecimiento, ya que ha tratado de equilibrar la
disciplina fiscal con gastos adicionales, al tiempo que hacía
concesiones a los contribuyentes.
El Gobierno prevé que el
crecimiento aumente del 6% al 6,5% en 2020-21, lo que ayudará a India a
avanzar hacia su objetivo de convertirse en una economía de 5 billones
de dólares para 2025, frente a casi 2,9 billones de dólares actuales.
Muchos
contribuyentes lamentaron en las redes sociales que el presupuesto era
en gran medida “favorable a las empresas”, ya que eximía a las compañías
del pago de impuestos sobre los dividendos, lo que se suma a un recorte
aplicado en septiembre del tipo del impuesto de sociedades del 30% al
22% para las compañías ya establecidas.
Ahora serán los
receptores de los dividendos los que paguen impuestos, aumentando la
carga de los contribuyentes de altos ingresos. Sitharaman dijo que el
Gobierno emitirá pronto aclaraciones sobre los recortes de impuestos y
puede inyectar más fondos en los bancos estatales, si fuera necesario.
Analistas
consultados también dijeron que la mayor dependencia pública del
endeudamiento podría restarle fondos a las inversiones privadas y
ejercer una presión alcista sobre los rendimientos de los bonos del
Estado, contrarrestando los efectos positivos de la reciente
flexibilización de la política monetaria.
El Banco de Reserva de India (RBI, por sus siglas en inglés) ha
recortado su tipo de interés de referencia, la tasa de recompra o repo,
en 135 puntos básicos desde el año pasado, pero los bancos, cargados de
deuda, no han trasladado completamente los beneficios a los
prestamistas.
El consejo de política monetaria del RBI se reunirá
el próximo 6 de febrero y la mayoría de los economistas esperan que
deje las tasas sin cambios, en vista del reciente repunte de la
inflación al consumidor, y que señale las posibilidades de que se
produzca una relajación en el futuro.
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