martes, 4 de febrero de 2020

Las tibias medidas de Modi para alentar la economía india no convencen a los analistas

NUEVA DELHI.- Es poco probable que el nuevo presupuesto federal de la India saque a la tercera economía más grande de Asia de su peor desaceleración en más de una década, ya que el Gobierno ha propuesto solo aumentos moderados del gasto y pequeños recortes en los impuestos sobre la renta, dijeron economistas consultados. 

Estos analistas comentaron que existe el riesgo de que el Gobierno no cumpla su objetivo de déficit fiscal para 2020-21, ya que depende de la recaudación de casi 30.000 millones de dólares por la venta de participaciones en empresas e instituciones financieras estatales para cumplir con sus ambiciosos objetivos de ingresos.
En su presupuesto para el año que comienza en abril, revelado el sábado, el Gobierno relajó su objetivo de déficit presupuestario para poder gastar casi 15.000 millones de dólares más, principalmente en infraestructuras y agricultura, mientras sigue adelante con las privatizaciones.
Economistas y directivos empresariales dijeron que las propuestas presupuestarias proporcionarían cierto apoyo al crecimiento a largo plazo, pero que eran insuficientes para darle un impulso inmediato.
Se prevé que la economía de la India crezca un 5% en el año que finaliza en marzo, su ritmo más débil en 11 años, aumentando la presión sobre el primer ministro Narendra Modi, muy criticado ya por una polarizadora ley de ciudadanía.
“Consideramos que el presupuesto es en gran medida neutral para el crecimiento y la inflación”, dijo el economista de Nomura Sonal Varma, añadiendo que los problemas del sector financiero podrían retrasar aún más cualquier recuperación. 
El Gobierno ha propuesto aumentar el gasto para impulsar la demanda de los consumidores y la inversión, pero no ha podido ir lo suficientemente lejos al verse atado de manos por desaceleración de los ingresos, según los economistas.
La agencia de calificación de deuda Moody’s Investor Service dijo que el presupuesto subraya los desafíos fiscales de un crecimiento real y nominal más lento, que podría continuar más tiempo del que el Gobierno espera.
Nomura estima que el crecimiento anual del producto interior bruto (PIB) probablemente cayó al 4,3% en los últimos tres meses de 2019, después de haber caído al 4,5% en el trimestre anterior, la tasa más lenta en más de seis años.
Los economistas creen que la India corre el riesgo de no alcanzar su objetivo de déficit presupuestario del 3,5% del PIB en 2020-21, ya que el objetivo de crecimiento de los ingresos del Estado, de casi el 10%, depende de la recaudación de casi 2,1 billones de rupias (30.000 millones de dólares) procedentes de las privatizaciones.
También hay inversores y consumidores decepcionados por el presupuesto, ya que no se han ofrecido nuevos incentivos para el sector financiero y el mercado de la vivienda, que se enfrentan a un momento difícil, y no está claro si los cambios propuestos en los impuestos a los particulares darán lugar a ganancias netas.
“Los recortes fiscales no se traducirán precisamente en grandes mejoras para los contribuyentes”, dijo Amit Maheshwari, socio de Ashok Maheshwary & Associates LLP, una consultoría fiscal, que añadió que podrían desalentar el ahorro y contribuir a aumentar los tipos de interés del mercado.
Las acciones en la bolsa de la india cayeron a su nivel más bajo en más de tres meses en una sesión extraordinaria el sábado, después de que se publicara el presupuesto, debido, según analistas, a la ausencia de suficientes medidas de estímulo.
El índice NSE Nifty 50 cerró con una caída del 2,5% mientras que el índice de referencia S&P BSE Sensex cayó un 2,4%.
En declaraciones a la prensa el domingo, la ministra de finanzas Nirmala Sitharaman dijo que los inversores pronto apreciarán las medidas tomadas para impulsar el crecimiento, ya que ha tratado de equilibrar la disciplina fiscal con gastos adicionales, al tiempo que hacía concesiones a los contribuyentes.
El Gobierno prevé que el crecimiento aumente del 6% al 6,5% en 2020-21, lo que ayudará a India a avanzar hacia su objetivo de convertirse en una economía de 5 billones de dólares para 2025, frente a casi 2,9 billones de dólares actuales.
Muchos contribuyentes lamentaron en las redes sociales que el presupuesto era en gran medida “favorable a las empresas”, ya que eximía a las compañías del pago de impuestos sobre los dividendos, lo que se suma a un recorte aplicado en septiembre del tipo del impuesto de sociedades del 30% al 22% para las compañías ya establecidas.
Ahora serán los receptores de los dividendos los que paguen impuestos, aumentando la carga de los contribuyentes de altos ingresos. Sitharaman dijo que el Gobierno emitirá pronto aclaraciones sobre los recortes de impuestos y puede inyectar más fondos en los bancos estatales, si fuera necesario.
Analistas consultados también dijeron que la mayor dependencia pública del endeudamiento podría restarle fondos a las inversiones privadas y ejercer una presión alcista sobre los rendimientos de los bonos del Estado, contrarrestando los efectos positivos de la reciente flexibilización de la política monetaria. 
El Banco de Reserva de India (RBI, por sus siglas en inglés) ha recortado su tipo de interés de referencia, la tasa de recompra o repo, en 135 puntos básicos desde el año pasado, pero los bancos, cargados de deuda, no han trasladado completamente los beneficios a los prestamistas.
El consejo de política monetaria del RBI se reunirá el próximo 6 de febrero y la mayoría de los economistas esperan que deje las tasas sin cambios, en vista del reciente repunte de la inflación al consumidor, y que señale las posibilidades de que se produzca una relajación en el futuro.

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