DUBLÍN.- El partido nacionalista
de izquierdas irlandés Sinn Fein, durante mucho tiempo desprestigiado
por ser el exbrazo político del IRA, se tornó el martes el segundo mayor
partido del parlamento de Irlanda, de acuerdo con el resultado
definitivo de las elecciones legislativas realizadas el fin de semana.
Según
el escrutinio, el Sinn Fein capturó 37 de las 160 plazas del Dail, la
cámara baja del parlamento irlandés. El partido de centro-derecha Fianna
Fail capturó 38 butacas, y el partido Fine Gael, del primer ministro
Leo Varadkar, obtuvo 35.
Este resultado podría representar la posibilidad real de caída para el primer ministro.
"El
Sinn Fein ganó la elecciones, ganamos el voto popular", dijo radiante
el lunes Mary Lou McDonald, líder de esta formación que milita por la
reunificación de la República de Irlanda con la provincia británica de
Irlanda del Norte.
McDonald, de 50 años, que en 2018 reemplazó al
histórico Gerry Adams en las riendas del partido, paseó triunfante por
un mercado del centro de Dublín, donde posó junto a bebés e hizo
malabares con frutas para placer de los fotógrafos.
"Ha sido un mensaje muy claro a los dos partidos tradicionales de que
sus días de dominación han terminado, la gente quiere una política
nueva", afirmó.
En el complejo sistema electoral irlandés, los
electores no votan por una lista establecida, sino que elaboran su
propia lista eligiendo a candidatos de diferentes partidos por orden de
preferencia.
El gran perdedor de los comicios es sin dudas el Fine Gael de Varadkar.
El
primer ministro, de 41 años, mestizo -su padre es indio- y homosexual,
encarna una nueva Irlanda, cada vez más lejos del estereotipo católico
conservador.
Sin embargo, después de tres años a la cabeza de un
gobierno minoritario, que contó con el apoyo del Fianna Fail en nombre
de la estabilidad mientras se solucionaba el complicado Brexit en el
vecino Reino Unido, Varadkar vio caer su popularidad a medida que se
degradaban en el país el acceso a la vivienda y los servicios de salud
pública.
Las elecciones irlandesas tuvieron lugar solo una semana
después de la salida británica de la Unión Europea, cuyas consecuencias
afectan especialmente a la vecina Irlanda y sus 4,9 millones de
habitantes.
Varadkar basó su campaña en su contribución a la
consecución de un acuerdo entre Londres y Bruselas. Pero erró el tiro:
los votantes se mostraron más preocupados por cuestiones domésticas que
el Sinn Fein pareció abordar con más acierto.
Ante estos resultados
electorales, "el sistema político irlandés tiene que reaccionar y
probablemente aceptar que el Sinn Fein forme parte del nuevo gobierno",
dice el politólogo Eoin O'Malley de la Dublin City University.
"Me
queda muy claro que la gente que votó por el Sinn Fein lo hizo para que
el Sinn Fein esté en el gobierno", afirmó McDonald el lunes.
"Así que emprendí conversaciones y contactos con líderes"
de pequeños partidos de izquierdas para ver si es posible formar un
gobierno de coalición sin el Fine Gael o el Fianna Fail, explicó.
"Parece
que ahora tenemos un sistema de tres partidos", dijo por su parte
Varadkar, quien reconoció que "eso va a hacer que la formación de un
gobierno sea bastante difícil".
Tanto el Fianna Fail como el Fine Gael habían excluido hasta ahora
formar una coalición con el Sinn Fein debido a sus lazos pasados con el
Ejército Republicano Irlandés (IRA), organización paramilitar que jugó
un importante rol en las tres décadas de violento conflicto entre
republicanos católicos y unionistas protestantes que dejaron 3.500
muertos en Irlanda del Norte.
Varadkar reiteró su posición, pero
el líder del Fianna Fail, Micheal Martin, pareció más flexible. Sin
embargo, las negociaciones para formar gobierno podrían llevar semanas o
inclusos meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario