BOSTON.- Una serie de estrategias inmediatas y de largo plazo propuso Bill Gates para luchar contra el coronavirus.
El planteamiento lo realizó a través de una columa titulada
“Respondiendo a COVID-19: ¿una pandemia de una vez en un siglo?”
publicada en la revista especializada The New England Journal of Medicine.
“Necesitamos
salvar vidas ahora y, al mismo tiempo, mejorar la forma en que
respondemos a los brotes en general. El primer punto es más urgente,
pero el segundo tiene consecuencias cruciales a largo plazo”, planteó,
recordando que una pandemia como la letal influenza de 1918 había sido
largamente anunciada por el mundo científico.
Para el creador de Microsoft,
dos razones hacen del coronavirus una amenaza: su capacidad para matar a
adultos sanos, no obstante su letalidad de alrededor del 1 por ciento, y
su fácil contagio, considerando que un infectado traspasa el patógeno a
dos o tres personas.
Además
del lógico apoyo a sus propios ciudadanos, las autoridades del Primer
Mundo pueden frenar la propagación ayudando a países de ingresos bajos y
medianos (LMIC pos su sigla en inglés) a prepararse para esta pandemia.
“Al
ayudar a los países africanos y del sur de Asia a prepararse ahora,
podemos salvar vidas y ralentizar la circulación mundial del virus”,
reflexionó.
También
hizo un llamado a acelerar el trabajo sobre tratamientos y vacunas
“recurriendo a bibliotecas de compuestos que ya han sido probados por
seguridad y aplicando nuevas técnicas de detección, incluido el
aprendizaje automático, para identificar antivirales que podrían estar
listos para ensayos clínicos a gran escala en cuestión de semanas”.
Respecto
de los cambios sistémicos, recomendó respaldar el fortalecimiento de
los sistemas de atención primaria de salud de los LMIC e invertir en la
vigilancia de enfermedades, específicamente en la creación de bases de
datos y el intercambio de información.
“Además,
necesitamos construir un sistema que pueda desarrollar vacunas y
antivirales seguros y efectivos, obtener su aprobación y administrar
miles de millones de dosis dentro de unos meses después del
descubrimiento de un patógeno de rápido movimiento”, complementó Bill
Gates.
Además
de los esfuerzos diplomáticos, pidió mayores recursos financieros para
completar ensayos de antídotos, así como para mejorar la vigilancia y la
respuesta ante la enfermedad. “El financiamiento público minimizará el
riesgo para las compañías farmacéuticas y hará que salten con los dos
pies. Además, los gobiernos y otros donantes deberán financiar, como un
bien público global, instalaciones de fabricación que puedan generar un
suministro de vacunas en cuestión de semanas”, fundamentó.
Si
bien las soluciones son costosas, serán marginales comparadas a lo que
podrían costar los efectos de la pandemia, alertó: “Ya estamos viendo
cómo el COVID-19 puede interrumpir las cadenas de suministro y los
mercados de valores, sin mencionar la vida de las personas”.
“Los gobiernos y la industria deberán llegar a un acuerdo: durante una
pandemia, las vacunas y los antivirales no se pueden vender simplemente
al mejor postor. Deben estar disponibles y ser asequibles para las
personas que están en el centro del brote y que más las necesitan. Esta
distribución no solo es lo correcto, sino que también es la estrategia
correcta para cortocircuitar la transmisión y prevenir futuras
pandemias”, planteó Gates, enfatizando que “no hay tiempo que perder”.
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