EDIMBURGO.- El primer ministro británico, Boris Johnson, denegó este martes la petición de la jefa del Gobierno escocés, Nicola Sturgeon, sobre la celebración de un nuevo referéndum de independencia del Reino Unido, al alegar que Escocia ya votó en 2014 y decidió rechazar la separación.
"No
puedo aceptar ninguna solicitud de transferencia de poderes que
conduzca a más referendos de independencia", afirmó Johnson en una carta
dirigida a Sturgeon.
El jefe del Ejecutivo británico respondió así a la solicitud formal que Sturgeon realizó a finales del mes pasado (tras las elecciones generales del 12 de diciembre)
en que requirió a Londres que transfiriera al Parlamento escocés las
competencias necesarias para organizar una consulta este año.
Johnson indicó que tras considerar "minuciosamente" la petición del Gobierno escocés, concluyó que la región ya celebró un referéndum hace cinco años.
Precisó que entonces Sturgeon, que era 'número dos' del Gobierno escocés y su predecesor, el exministro principal Alex Salmond,
hicieron la "promesa personal" de que la consulta zanjaría la cuestión
durante "al menos una generación".
En el plebiscito un 55% votó a favor
de permanecer en el Reino Unido frente a un 44% que apoyó la
independencia.
"El Gobierno del
Reino Unido continuará defendiendo la decisión democrática del pueblo
escocés y la promesa que usted les hizo. Por esa razón, no puedo aceptar
ninguna solicitud de transferencia de poder que conduzca a más
referendos de independencia", apuntó Johnson.
El Partido Nacionalista Escocés (SNP), que lidera Sturgeon, considera que la salida de la Unión Europea,
que se producirá el próximo día 31 de enero y contra la que Escocia se
pronunció mayoritariamente, cambia las circunstancias en que se votó en
2014 y pone de manifiesto la necesidad de volver a convocar un
referendo.
Además, Sturgeon
argumenta que el resultado de los últimos comicios generales en que el
SNP fue el partido más votado en Escocia -consiguió 48 de los 59 escaños
reservados a la región en el Parlamento de Westminster- avala su demanda.
En cambio, el gobierno de Johnson ha destacado que una vuelta a las urnas "continuaría con el estancamiento político que Escocia
ha visto en la última década, con escuelas, hospitales y empleos
escoceses nuevamente abandonados debido a una campaña para separarse del
Reino Unido".
El permiso de Londres es imprescindible para activar la llamada Sección 30
del ordenamiento que transferiría al Parlamento escocés las
competencias necesarias para legislar sobre una consulta legal y
vinculante, como la que persigue organizar el Ejecutivo regional.
Sturgeon
respondió en Twitter que los conservadores "están aterrorizados" ante
la posibilidad de que Escocia tenga "derecho a elegir".
"Saben que
cuando se nos dé la opción, elegiremos la independencia. Los
conservadores no tienen un argumento positivo para (defender) la unión,
así que todo lo que pueden hacer es intentar negar la democracia, lo que no se puede sostener", dijo, y agregó que tal maniobra "impulsa el apoyo a la independencia".
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