BUENOS AIRES.- El peso argentino cerró
este jueves en 63 pesos por dólar pero en el mercado informal se disparó
hasta los 80 pesos por billete verde, al comenzar a aplicarse un
gravamen de 30% a la compra de divisas.
Esa tasas fue incluida en
una ley denominada de emergencia sancionada el viernes y que incluyó
aumento de impuestos para hacer frente a la aguda crisis económica que
enfrenta el flamante presidente Alberto Fernández.
El impuesto del 30% a la compra de divisas golpea a la
clase media argentina, acostumbrada a ahorrar en la moneda
estadounidense para cubrirse de las cíclicas devaluaciones del peso y de
la inflación, una de las más altas del mundo.
Esta medida
impositiva se suma al cepo cambiario vigente desde octubre pasado, que
limita a 200 dólares por persona la compra mensual de divisas en los
bancos y a 100 dólares en casas de cambio, una estrategia que busca
proteger las reservas internacionales.
Según el último balance del
Banco Central, las reservas internacionales son de 43.700 millones de
dólares, unos 19.000 millones menos que el año pasado.
La ley que
declara la emergencia económica prevé también gravámenes en un 30% a
las compras en el exterior con tarjetas de crédito y a los viajes al
extranjero, así como un alza de impuestos a los sectores altos y medios,
y beneficios sociales para los sectores más pobres.
Además
establece aumentos a los gravámenes a las exportaciones agrícolas, con
un máximo 33% para la soja, el principal producto de exportación.
Argentina
atraviesa una recesión económica desde el segundo trimestre de 2018 con
una inflación de 48,3% a noviembre y una depreciación de la moneda en
ese lapso de 38% en lo que es la peor crisis de su economía en los
últimos 17 años.
La caída del PIB fue de 2,5% en 2018, en tanto el
Fondo Monetario Internacional calculó que la baja en 2019 será de 3,1% y
de 1,3% el año que viene.
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