PARÍS.- La operación para restaurar la catedral de Notre-Dame, devastada por
el fuego, está entrando en una etapa arriesgada a medida que los
ingenieros reanudan los preparativos para retirar los andamios, lo que
podría provocar un colapso mayor.
El hito de París perdió su
techo y su aguja en el incendio del 15 de abril, pero los campanarios
principales, las paredes exteriores y gran parte del techo abovedado
sobrevivieron, junto con reliquias religiosas y obras de arte.
Después
de la primera Navidad en más de dos siglos sin servicios religiosos en
Notre-Dame, las obras se reanudaron el jueves para preparar el lugar
para años de reconstrucción que comenzarán en 2021.
Los equipos de ingenieros han traído una grúa de 75 metros, que ahora se eleva sobre la catedral parcialmente destruida.
A
partir de febrero, su principal tarea será la eliminación de 250
toneladas de andamios dañados que habían sido instalados antes del
incendio, sin que caigan en la bóveda medieval.
“No sabemos cómo
eso afectará la estabilidad de la estructura”, dijo una portavoz de la
diócesis de París, que incluye a Notre-Dame.
Ahora se
están instalando soportes alrededor de los andamios para mitigar el
riesgo de colapso, y una segunda estructura entramada suspendida sobre
ellos para poder acceder.
El edificio está monitoreado por
decenas de sensores, detectores de grietas y láseres para captar
cualquier signo inicial de inestabilidad, para que los trabajadores
puedan ser evacuados rápidamente y se minimicen los daños.
“Hemos
sabido desde el principio que hay cierto riesgo que nadie puede
cuantificar realmente”, dijo la portavoz de la diócesis. “Un colapso
parcial de la bóveda es una posibilidad que aún no se puede descartar”,
agregó.
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