CHICAGO.- No
hubo nada típico en la temporada de granos de este año en el Medio
Oeste de Estados Unidos, con una excepción: el tamaño de la cosecha de
maíz.
El
clima inestable provocó el mayor atraso registrado de la siembra, un
fuerte dólar perjudicó las exportaciones, la guerra comercial con China
golpeó la demanda de la industria del maíz y el etanol y la nevada
temprana significó que algunos productores ni siquiera pudieron terminar
la cosecha. A pesar de todo, el cultivo fue resistente.
“Terminamos
sembrando más de lo que pensábamos”, dijo Heath Barnes, director
ejecutivo de Mercer Landmark, una cooperativa agrícola en el
centro-oeste de Ohio.
“Sembramos en condiciones de campo terribles, y
pensamos que la productividad probablemente no sería tan buena. Terminó
no siendo mala”.
Los
agricultores plantaron 36,4 millones de hectáreas de maíz este año,
mucho más de lo que el mercado había esperado después de que un diluvio
de primavera provocara retrasos récord.
El gran volumen redujo los
precios y enfureció a agricultores, quienes pensaron que la cifra había
sido exagerada. Los productores estaban tan molestos que el Departamento
de Agricultura de EE.UU. se vio obligado a retirar a todo su personal
de una gira de cultivos después de que un funcionario del gobierno fuera
amenazado.
Después de todo, muestras recogidas por exploradores en la
gira vindicaron los pronósticos de la agencia.
Se
proyecta que la producción solo será aproximadamente 5% menor que el
año anterior, incluso tras las inundaciones que dejaron cantidades
récord de tierra inactiva, especialmente en el este del cinturón del
maíz donde el suelo húmedo y empapado no permitió la siembra.
La
cantidad de hectáreas sin plantar mostró cuán problemática había sido
la temporada, pero también fue una señal para que agricultores pudieran
regresar a los campos a sembrar más maíz, dijo Seth Meyer, director
asociado de la Universidad de Missouri y expresidente de la Junta
Mundial de Perspectivas de Agricultura de la USDA.
Los futuros de maíz de marzo cayeron casi 5% este año para negociarse cerca de 3,88 dólares por bushel el jueves.
Aun
así, muchos agricultores no creen en las cifras de la agencia y están
frenando la venta. Esperan que los suministros terminen más ajustados de
lo previsto, lo que permitiría un repunte de los precios.
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