WASHINGTON.- La
administración Trump y los demócratas de la Cámara de Representantes
están a punto de anunciar un compromiso verbal del tratado de libre
comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, según personas
familiarizadas con las negociaciones, allanando así el camino para la
aprobación del acuerdo tan pronto como este mes mientras los demócratas
se preparan para un voto de juicio político.
La
presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, está revisando
los cambios al acuerdo que el representante de Comercio de EE.UU.,
Robert Lighthizer, y su homólogo mexicano, Jesús Seade, pusieron en
papel durante la semana pasada.
Los
dos funcionarios comerciales intercambiaron propuestas sobre normas de
inspección laboral y disposiciones más estrictas sobre el acero, y
finalizaron un paquete de compromiso el viernes por la noche que
presentaron a Pelosi para su aprobación, dijeron las personas.
La
exigencia de EE.UU. frente al acero y el aluminio, que según las
personas informadas era del sindicato United Steelworkers, amenazó con
detener las negociaciones la semana pasada.
Lighthizer y Seade se reunirán nuevamente en Washington el lunes y podrían anunciar un acuerdo sobre la reforma del TLCAN.
“Ahora
es el momento de votar”, dijo el presidente mexicano, Andrés Manuel
López Obrador, el lunes.
“Soy optimista de que podemos llegar a un
acuerdo”.
Si
bien todas las partes aún están revisando el acuerdo, los
representantes de los tres países ya están contemplando dónde celebrar
la ceremonia de la firma del mismo, dijo una de las personas.
Los
grupos laborales estadounidenses y los demócratas de la Cámara deberán
acordar los detalles finales, además de los líderes de los tres países,
según un funcionario de la administración.
Aprobar
el acuerdo comercial es la máxima prioridad legislativa de Trump y le
otorgaría un triunfo político mientras se enfrenta a una investigación
de juicio político y se dirige a una campaña de reelección el próximo
año. Al mismo tiempo, permite a los demócratas demostrar que son capaces
de legislar incluso mientras investigan a la administración Trump.
El
peso extendió un repunte de cinco días después de la noticia de un
posible acuerdo, subiendo 0,4% y convirtiéndose así en la segunda moneda
de mejor desempeño en mercados emergentes del día.
Pelosi
advirtió el mes pasado que incluso con un acuerdo, podría no haber
suficiente tiempo para votar sobre el acuerdo este año, recordando a sus
miembros que “en un mundo de gratificación instantánea”, la legislación
lleva tiempo.
Hay
todavía una serie de obstáculos de procedimiento antes de que el
acuerdo pueda llegar a la votación, incluidas las audiencias de los
comités y la revisión del proyecto de ley en los comités de Medios
Arbitrios de la Cámara y de Finanzas del Senado.
Sin embargo, se podría
renunciar a esos pasos para ahorrar tiempo, y personas familiarizadas
con las conversaciones dijeron que es probable que los legisladores se
salten algunos de ellos.
Los
demócratas de los distritos rurales indecisos están especialmente
ansiosos por la aprobación del trato. Los agricultores han enfrentado
pérdidas económicas devastadoras este año debido a la guerra comercial
con China, aunque el presidente ha atribuido parte de eso a la demora de
la aprobación del T-MEC.
La
Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, un panel
gubernamental independiente, dijo en un análisis de abril que el T-MEC
impulsaría la economía de EE.UU. en 0,35% y generaría 176.000 nuevos
empleos en el sexto año después de su implementación, una pequeña
adición a los 132 millones de personas empleadas a tiempo completo en
EE.UU.
Líderes
de Canadá, México y EE.UU. firmaron el acuerdo hace más de un año y la
Casa Blanca y los demócratas han pasado meses encerrados en
negociaciones tensas relativas a cuatro áreas clave: medio ambiente,
compromisos laborales, protecciones de patentes de medicamentos y
mecanismos de aplicación.
En las últimas semanas, las discusiones se han
enfocado en la aplicación de la mano de obra del acuerdo.
Uno
de los principales puntos conflictivos fue una propuesta demócrata para
hacer cumplir los derechos laborales al permitir que productos de las
fábricas acusadas de violaciones sean inspeccionados y bloqueados en la
frontera de EE.UU. El representante de California Jimmy Gómez, miembro
del equipo negociador de los demócratas de la Cámara, dijo la semana
pasada que la presidenta de la Cámara,
Nancy
Pelosi, junto a Lighthizer, ofrecieron a México un compromiso sobre la
aplicación de la ley laboral que “respeta la soberanía de México”.
Republicanos
y la comunidad empresarial intensificaron la presión sobre Pelosi a
medida que crecía su preocupación porque el tiempo se agotaba para la
votación en 2019 y que sería difícil celebrar la votación en un año
electoral. Pelosi dijo que no descartaría un voto en 2020, aunque dijo
que preferiría hacerlo más pronto que tarde.
El
presidente se siente cada vez más frustrado porque su acuerdo se ha
estancado y expresó pesimismo sobre las posibilidades de que el Congreso
lo someta a votación.
“Es
difícil de creer, pero si Nancy Pelosi hubiera sometido a votación
nuestro gran acuerdo comercial con México y Canadá, T-MEC, hace mucho
tiempo, nuestra economía sería aún mejor”, dijo Trump en un tuit el
sábado. “¡Si no actúa rápidamente, colapsará!”
La
clave para llegar a un acuerdo ha sido neutralizar cualquier oposición
de la mayor confederación sindical estadounidense, la AFL-CIO.
Trump
y sus asesores promocionan el T-MEC como el mejor acuerdo negociado
para sindicatos y demócratas, en particular las disposiciones laborales
del acuerdo y las normas más estrictas del contenido relativo a autos
que, según dicen, impulsarían la fabricación estadounidense.
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