WASHINGTON.- Un nuevo análisis sobre dónde se están creando los empleos de
“innovación” en Estados Unidos está pintando un retrato claro de una
economía dividida, en la que industrias consideradas clave para el
crecimiento futuro se concentran en un conjunto de lugares cada vez más
reducido.
La divergencia en el crecimiento del empleo, los ingresos y las
perspectivas futuras entre las ciudades de alto desempeño y el resto del
país es un foco emergente de debate político e investigación económica.
Asimismo, es visto como una fuente de estrés social, sobre todo
desde que el presidente Donald Trump aprovechó el resentimiento de las
áreas abandonadas en su campaña presidencial de 2016.
Una
investigación de la Brookings Institution publicada el lunes muestra que
el problema es más profundo de lo que muchos pensaban.
Incluso
ciudades que han tenido un buen desempeño en términos de crecimiento
general del empleo, como Dallas, están sufriendo problemas para atraer
trabajadores en 13 industrias con los empleos más productivos del sector
privado.
Entre 2005 y 2017, industrias como la
fabricación de productos químicos, las telecomunicaciones por satélite y
la investigación científica se concentraron en unas 20 ciudades,
lideradas por típicos lugares destacados como San Francisco, Seattle,
San José, Boston y San Diego, según el estudio.
Combinadas, estas
ciudades en su mayoría costeras capturaron un 6% adicional de empleos
de “innovación”, unos 250.000 puestos laborales.
Las empresas en
esas industrias tienden a beneficiarse de estar cerca unas de otras, y
los empleados mejor educados a los que se dirigen también se sienten
atraídos por las comodidades urbanas.
Mark Munro, economista de
Brookings Institution, dijo temer que la tendencia corra el riesgo de
“autorreforzarse y convertirse en destructiva” a medida que la fuerza
laboral se vaya separando en un grupo de áreas metropolitanas altamente
productivas y con elevados ingresos.
Durante
gran parte del periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, la mano
de obra fue más móvil y el tipo de industrias que impulsó la economía no
se agrupó de forma tan intensa, una tendencia que comenzó a revertirse
alrededor de 1980.
La preocupación de que Estados Unidos se
separe efectivamente en dos economías ha generado apoyo a los esfuerzos
localizados para difundir los beneficios del crecimiento económico.
La
Reserva Federal lo ha señalado como un posible riesgo para el
crecimiento general y algunos de los candidatos que aspiran a la
presidencia en 2020 han presentado propuestas para abordarlo. Uno de los
objetivos de la decisión de Trump de imponer aranceles a las
importaciones chinas y otros lugares es revivir las zonas con
dificultades dentro del país.
Munro y el coautor del informe, Rob
Atkinson, presidente de la Fundación de Innovación y Tecnología de la
Información, proponen un impulso concertado que involucre subvenciones
federales para investigación, exenciones fiscales y regulaciones
flexibles para alentar la investigación en áreas como los autos
autónomos.
En este sentido, sugieren centrarse en una decena de
ciudades del interior con una población lo suficientemente grande y
experiencia tecnológica para contribuir.
La idea será discutida esta semana por los miembros de un comité del Congreso sobre competitividad.
La posibilidad de que un panel federal elija un puñado de lugares
para dirigir una inversión pública masiva podría ser controvertido.
No
obstante, la lista de posibles ciudades candidatas tiene un atractivo
bipartidista, incluidas ciudades del “cinturón del óxido” como San Luis e
Indianápolis, que se inclinan por los demócratas aunque se encuentran
en estados que votan republicano.
“Es iluso pensar que cambiaremos esto sin algún apoyo federal dirigido”, dijo Munro.
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