JERUSALÉN/LISBOA.- Danny Roup, un famoso meteorólogo de Israel, no ve necesariamente nubes
en el horizonte geopolítico. Pero así y con todo pensó que valía la pena
investigar sus centenarias raíces familiares para obtener un pasaporte
portugués.
Roup es uno de los miles de israelíes que han aceptado una oferta de
ciudadanía de Portugal dirigida a los descendientes de los judíos
sefardíes que fueron expulsados de la Península Ibérica en los tiempos
de la Inquisición.
Algunos de los solicitantes desean trasladarse
a Portugal, o utilizarlo como un trampolín a las oportunidades
educativas y laborales de la Unión Europea. Otros, por su parte, buscan
una vía de escape al turbulento Oriente Medio.
“Nunca se sabe lo
que ocurrirá en esta región en los próximos 20, 30, 40, 50, 100 años.
Así que siempre es bueno tener otro pasaporte, especialmente si es un
pasaporte europeo”, dijo Roup, de 54 años.
Alrededor de 300.000
judíos vivían en España cuando, en 1492, los Reyes Católicos, Isabel y
Fernando, los forzaron tanto a ellos como a los musulmanes que vivían en
el país a que se convirtieran al catolicismo o se marcharan. Decenas de
miles huyeron a Portugal, tan sólo para ser perseguidos o expulsados en
1496.
Portugal, que ha visto aumentar las solicitudes desde que
el plazo de una oferta similar dirigida a los judíos sefardíes por parte
del Estado español terminara en octubre, describe su política como una
reparación.
“Nuestra historia es muy importante, pero con ciertas
sombras, y una de las más oscuras fue la de forzar a los judíos a
abandonar el país o a convertirse al cristianismo”, dijo el
ministro de Relaciones Exteriores portugués, Augusto Santos Silva.
“Perdimos mucha de nuestra influencia judía y estamos tratando de recuperarla.”
El proceso de solicitud de ciudadanía tarda alrededor de dos años. Aproximadamente el 20 por ciento obtiene la aprobación.
Expertos
de uno de los dos centros judíos de Portugal, Lisboa u Oporto, estudian
las genealogías de los solicitantes y buscan pruebas de interés en la
cultura sefardí, como por ejemplo el conocimiento del ladino, el
dialecto judeo-español.
El abogado lisboeta experto en
inmigración Renato Martins dijo que muchos de sus clientes sefardíes ven
el “potencial de inversión” de un pasaporte portugués, especialmente en
el sector inmobiliario.
Silva dijo que la mayoría de las 44.000
solicitudes recibidas desde que se abrió la oferta portuguesa en 2015
proceden de Israel.
Ilan Dahan, un padre de tres hijos de 48 años originario de Haifa, se trasladó a Portugal tras obtener la aprobación en 2017.
“Había muchas guerras, muchas balas. Queríamos estar seguros, especialmente con los niños”, dijo.
Roup no quiere abandonar Israel, pero dice que la ciudadanía
portuguesa podría ayudar a sus hijos, que pueden solicitarla como
adultos.
“Uno es cantante. Mi hija es actriz. Esto les abrirá
puertas”, dijo. “Estoy tratando de hacer sus vidas más fáciles ahora, en
el presente, pero también en el futuro.”
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