SANTIAGO.- Cientos de miles de personas se echaron la pasada madrugada a la calle para expresar su rechazo al presidente Sebastián Piñera y dejar patente que la batería de reformas sociales que anunció en la víspera para apaciguar los ánimos no ha hecho sino avivar el descontento popular.
Si el objetivo de las protestas, que cumplen seis jornadas en las que han muerto 18 personas (cuatro extranjeros) era mostrar el rechazo por las desigualdades sociales, ahora apunta cada vez más directamente contra el mandatario chileno.
Ni pedir perdón por no ver los problemas ciudadanos, ni anunciar
mejoras en las pensiones, los salarios y el precio de los medicamentos
le sirve de momento a Piñera para convencer a estas alturas a una
población que se manifiesta cansada de promesas y huérfana de
resultados.
Un hartazgo que se ha expresado con fuerza en la primera jornada de huelga general convocada para este miércoles y que ha sido secundada de forma masiva
desde que se levantaron los numerosos toques de queda que rigieron en
la pasada noche, como en otras anteriores, en ciudades, provincias y
regiones enteras desde la frontera con Perú hasta el Cabo de Hornos.
La iniciativa ha logrado reunir este miércoles unas 100.000 personas
de toda clase y condición en la céntrica Plaza Italia de Santiago, y a
decenas de miles en ciudades como Valparaíso, Concepción, La Serena o
Curicó, que piden cambios más profundos que los anunciados por Piñera.
Incluso las “barras bravas” de los tres principales equipos de fútbol del país (Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica), históricamente enfrentadas entre sí, unieron sus fuerzas para protestar en la calle contra la desigualdad social.
El alza en el precio del pasaje de Metro prendió la mecha de un
estallido social que primero le explotó al presidente en forma de
incendios, saqueos y graves disturbios y luego tornó en masivas
manifestaciones.
La reacción del mandatario fue decretar estados de emergencia y poner la seguridad a manos del Ejército
y decir que Chile está “en guerra contra un enemigo poderoso e
implacable”, algo que le está causando aún más problemas y avivó las
críticas de la población.
El Ejército está siendo muy cuestionado estos días, en los que se difunden por redes sociales multitud de vídeos que muestran presuntos abusos cometidos por los uniformados.
Cinco personas han muerto presuntamente a manos de agentes del
Estado, los heridos sobrepasan los 360 y los detenidos los 6.000, según
la Fiscalía.
Por su parte, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) indicó que de los al menos 18 muertos hasta la fecha, cinco casos ocurrieron por la intervención de agentes del Estado.
Además, esa entidad denunció relatos de torturas y abusos de agentes de las fuerzas del Estado durante las protestas en los últimos cinco días.
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