SANTIAGO.- El Gobierno chileno y los legisladores buscaban el jueves avanzar en
reformas para atender las demandas sociales prometidas luego de días de
intensas protestas en los que han muerto al menos 16 personas.
El presidente Sebastián Piñera envió un proyecto de ley al Congreso
para congelar una reciente alza de tarifas eléctricas, una de las varias
promesas para transformar las manifestaciones en una “oportunidad” para
Chile.
“Seguiré enviando los proyectos al Congreso para
implementar esta agenda social y seguiremos impulsando las medidas
administrativas para darle vida”, dijo durante el anuncio del envío del
proyecto.
El mandatario dijo que la situación de orden público y
seguridad ciudadana en la nación está mejorando, así como también la
normalización en la vida cotidiana de las ciudades.
“La intención
nuestra es avanzar con la mayor fuerza pero también con total prudencia
en este proceso de normalización para poder terminar con los toque de
queda y ojalá poder también levantar los estados de emergencia”, agregó.
La molestia por la desigualdad y el aumento del costo de vida en
Chile lanzó a decenas de miles de personas a las calles en días
recientes para exigir una reforma económica y social en una de las
naciones más estables y ricas de América Latina.
“Necesitamos
buenos salarios, pensiones para los abuelitos. Ya estamos cansados de
todo esto, protestas, saqueos. Es un desastre. Esto ya no es el Santiago
como estaba antes. Me duele mucho”, dijo Octavio Solís, un exguardia de
seguridad mientras hacia fila para cobrar su seguro de cesantía.
Las
medidas anunciadas por el gobernante incluyen un ajustes al salario
mínimo, un aumento en las pensiones y ajuste al precio del transporte
público. Otros, como el proyecto de ley que proporcionaría un seguro
contra enfermedades catastróficas, ya han sido entregados a los
legisladores.
Piñera dijo que el ajuste a las pensiones será enviado el viernes.
Las
mineras del mayor productor mundial de cobre estaban afectadas en
diversa medida por las intensas protestas en la nación, mientras algunos
sindicatos exhortaban a sus afiliados a sumarse a las manifestaciones.
También se registraba una protesta de camioneros en una importante via que comunica la capital con algunos puertos clave.
Santiago
despertó con relativa calma el jueves, cuando los tradicionales
vendedores ambulantes de jugo de naranja y tazas de frutas reaparecieron
en las esquinas del centro.
Mercados municipales y empresas
reabrieron y miles se dirigieron a sus trabajos usando el afectado
sistema de tren subterráneo, que ha sufrido daños por más de 300
millones de dólares.
Los escombros, vidrios rotos y restos de
olor a gas lacrimógeno aún se observaban en las calles tras las
protestas de la noche del miércoles.
En algunos de los
tradicionales puntos de concentración durante las protestas ya empezaban
a llegar personas con pancartas, banderas y golpeando ollas, en una
nueva jornada de reclamos.
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