SEÚL.- Kim
Jong Un puede no haberse dado por vencido con Donald Trump, pero está
dispuesto a poner a prueba la paciencia del presidente de Estados
Unidos.
Ese
fue el mensaje de Kim a lo largo de una serie de eventos en la víspera
del festivo del lunes que celebra el nacimiento de su difunto abuelo,
Kim Il Sung. En sus comentarios más extensos hasta el momento sobre su
fallida cumbre de febrero con Trump, Kim expresó su deseo de reunirse de
nuevo, pero solo si EE.UU. acepta términos diferentes en las
negociaciones sobre sus armas nucleares.
Esto es lo que se sabe de la estrategia de Kim:
1. Kim cree que puede esperar a que Trump salga.
Kim
ha enfrentado la misma opción durante más de un año: hablar con Trump o
forzar una crisis reanudando las pruebas de armas. Después de no lograr
el alivio de las sanciones en la cumbre entre EE.UU. y Corea del Norte
en Hanói, eligió otra opción: esperar.
Kim
dijo en un discurso a la simplemente formal Asamblea Popular Suprema
que "esperará con paciencia una decisión audaz de EE.UU. hasta el final
de este año", según la Agencia Central de Noticias de Corea. Además de
evitar culpas por las conversaciones, el tema volvería al centro de
atención justo cuando Trump se prepara para postularse para la
reelección en 2020.
"Él
no va a ser el primero en alejarse de la diplomacia", asegura Duyeon
Kim, de Center for a New American Society, en Seúl. "Ha puesto el balón
en la cancha de Washington y espera que sea más flexible".
2. Kim realmente quiere que Trump alivie las sanciones.
Kim
Jong Un no tuvo problema en alabar a Trump; lo mencionó por su nombre y
señaló que "aún mantienen buenas relaciones".
Pero está claramente
frustrado con el apoyo del presidente a las sanciones; lamenta los
"métodos completamente irrealizables" de EE.UU. y lo que en su discurso
ante el parlamento llamó una falta de "orientación o metodología
definida" en la cumbre de Hanói.
"Con
ese tipo de pensamiento, EE.UU. no podrá movernos ni un ápice ni
conseguir lo que quiere, incluso si se sientan con nosotros cientos de
veces, miles", dijo Kim.
El líder norcoreano se quejó repetidamente de
las "sanciones de las fuerzas hostiles" y citó un reciente misil
antibalístico de EE.UU. como evidencia de la persistente animosidad en
Washington.
"Kim
está prestando mucha atención a las sanciones y eso podría significar
que realmente están teniendo efecto", dijo Chun Yungwoo, exenviado
principal de Corea del Sur a las negociaciones nucleares internacionales
con Corea del Norte.
"Pero los norcoreanos no van a rendirse a los
términos y condiciones que el presidente Trump ha establecido hasta este
punto".
3. Kim no está preparando a los norcoreanos para el desarme.
La
"desnuclearización" no estuvo entre las más de 2.800 palabras de la
versión en inglés del informe de los medios estatales sobre el discurso
de Kim. Más bien, dio crédito al "rápido desarrollo de las fuerzas
armadas nucleares" del país de que EE.UU. se preocupara por su propia
seguridad y se sentara en la mesa de negociaciones.
Si
bien los comentarios podrían verse como un intento por mantener la
moral en su audiencia doméstica, no son el tipo de cosas que diría Kim
si estuviera preparando al país para renunciar a su arsenal.
De hecho,
aludió a su orden anterior de producir armas nucleares en masa y dijo
que "debemos mantenernos firmes con el principio de la defensa
autosuficiente y seguir desarrollando la capacidad de defensa del país".
El
comentario subraya el principal riesgo para EE.UU: darle a Corea del
Norte más tiempo para perfeccionar la tecnología necesaria para montar
una ojiva nuclear en un misil y enviarlo a un objetivo en EE.UU.
4. Kim se prepara para trabajar duro bajo las sanciones.
La
espera no está exenta de peligros para Kim, también, cuya economía está
siendo presionada por las sanciones internacionales que restringen
todo, desde la cantidad de energía que puede importar Corea del Norte
hasta la compra de computadoras personales. Esa dificultad económica es
una fuente potencial de disidencia contra el régimen de 70 años.
No
obstante, en los últimos días, Kim ha apelado repetidamente al país
para "asestar un golpe" a sus enemigos resistiendo al bloqueo.
"Independientemente de lo que pueda traer el viento y de los desafíos y
dificultades que se avecinen, nuestra república, en el futuro, tampoco
hará concesiones sobre los asuntos relacionados con los intereses
fundamentales de nuestro estado y su gente", dijo Kim.
5. Kim tiene la intención de seguir presionando a Corea del Sur.
Kim
reservó algunas de sus críticas más duras para Corea del Sur, en una
advertencia al presidente Moon Jae-in en Seúl. Moon, quien se reunió con
Trump en la Casa Blanca el jueves, ha apostado mucho de su presidencia a
intentar encontrar un terreno común entre sus aliados en Washington y
los rivales tradicionales del país en Pionyang.
En
su discurso ante la asamblea, Kim hizo un llamado al surcoreano para
que deje de actuar como "mediador oficial" o "facilitador".
Otro
comentario de la Agencia Central de Noticias de Corea publicado el
sábado también citó la participación continuada de Corea del Sur en
ejercicios militares conjuntos con EE.UU. para argumentar que el
gobierno de Moon está "incumpliendo su promesa" de reducir las tensiones
militares.
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