WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reconocido que la intervención militar en el país latinoamericano sigue siendo "una
opción". Maduro, por cierto, no ha descartado una guerra civil en
Venezuela, un conflicto que, si llega a producirse, sería según él
responsabilidad de Estados Unidos. El presidente venezolano ha respondido, por su parte, a una pregunta directa
sobre la posibilidad de un conflicto armado: "Todo depende del nivel de
locura y de agresividad del imperio del norte".
Trump le ha contado a la CBS que la intervención militar en Venezuela
“es una opción”, como ya indicó su asesor de Seguridad Nacional, John
Bolton, si el mandatario venezolano no abandona el poder. Estados Unidos
fue el primer país que reconoció a Juan Guaidó como presidente interino
de Venezuela después de que la tensión entre los dos estados se
disparara desde que el 10 de enero Maduro volvió a asumir la Presidencia
como fruto de unos comicios cuestionados por parte de la comunidad
internacional. Como respuesta, Maduro cortó relaciones diplomáticas con
Washington.
Guaidó ha nombrado a varios embajadores, entre ellos su representante
ante EEUU, Carlos Vecchio, y Julio Borges, designado como representante
ante el Grupo de Lima, que agrupa a una docena de países del continente
americano. Vecchio, Borges y otros representantes de Guaidó se
reunieron esta semana en Washington con el vicepresidente de EE.UU.,
Mike Pence, y conversaron sobre el despliegue de ayuda humanitaria.
“La verdad es que (Maduro) me pidió una reunión y la rechacé, dado lo
avanzados que estábamos en este proceso”, ha declarado Trump en la
misma entrevista, en la que ha explicado que la petición se produjo
“hace unos meses” y que él rechazo la oferta debido a las “horribles
cosas” que, a su juicio, se están produciendo en el país caribeño.
“Era
-ha opinado Trump- el país más rico de todos en esa parte del mundo, que
es una parte del mundo muy importante. Y ahora miras a la pobreza, ves
la angustia y ves el crimen y todas las cosas que suceden. Entonces,
creo que el proceso se está desarrollando. Tremendas protestas muy, muy
grandes”.
La semana pasado, Maduro le dijo a la agencia de noticias rusa RIA
Nóvosti que estaba dispuesto a dialogar con Trump en “privado, en
público, en EE.UU., en Venezuela o donde él quiera, con una agenda
abierta, todos los temas” que la Casa Blanca quisiera abordar.
Maduro en
anteriores ocasiones ha pedido diálogo a Trump, quien llegó a mostrarse
abierto a verse con el mandatario venezolano durante la última Asamblea
General de Naciones Unidas, celebrada en septiembre en Nueva York.
“¿Qué probabilidades hay de que la situación en Venezuela acabe en
una guerra civil?”, le han preguntado y Maduro ha respondido:
“Nadie pudiera hoy decir con certeza una respuesta para esa pregunta.
Todo depende del nivel de locura y de agresividad del imperio del norte y
de sus aliados de Occidente. Nosotros simplemente vivimos en nuestro
país, y pedimos que nadie intervenga en los asuntos internos. Y nos
preparamos para defender a nuestro país”.
Maduro asegura que “el pueblo se está
armando” y que tiene entrenamiento militar y “acceso al sistema de
armas”. Explica que “la opción militar está sobre la mesa de Donald
Trump. ¿Qué debe hacer un país? ¿Rendirse? Si quieres la paz, dice un
adagio, prepárate para la guerra. A mí me gusta decirlo de otra forma:
Si quieres la paz, prepárate para defenderla”.
A la pregunta por sus frecuentes visitas a los cuarteles desde que estalló la
crisis, Maduro se justifica: “Voy a los cuarteles a recibir el
juramento de lealtad”. Apunta que él no dedica tiempo “a permanecer en
el poder”, sino que dedica tiempo a cumplir sus deberes. Además, destaca
que “la derecha venezolana, con el aval de EEUU, ha hecho un
llamamiento a una insurrección militar”.
Precisamente, el mandatario ha dedicado este domingo a nuevos
ejercicios militares en el estado de Aragua donde ha lanzado varios
mensajes a la tropa. “Debemos cuidar la unión de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana (FANB), su cohesión, su lealtad absoluta, su
coraje. Ustedes, soldados de la patria, son la máxima garantía de la
unión, la integridad y el respeto a la soberanía venezolana”, ha sido el
primero.
El segundo encierra también una advertencia de cara a la
oposición y a la comunidad internacional por las presiones a favor de un
cambio de régimen: “Estamos en tiempo de defensa de nuestra
independencia. ‘Ser o no ser’, decía el gran Shakespeare. Ese es el
dilema hoy, ser o no ser, ser patria o ser colonia, ser Venezuela o ser
la nada”.
Sobre esas presiones y la postura del Gobierno español, que este
lunes va a reconocer al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó,
una vez expirado el plazo de ocho días que varios países europeos dieron
a Maduro para que convocara elecciones libres, Maduro ha sido
contundente en sus declaraciones.
“Pedro Sánchez es un farsante”
le ha dicho y ha añadido que el jefe del Ejecutivo “no tiene moral para
dar lecciones en Venezuela”. Mirando a cámara, como si se dirigiera
directamente a Sánchez, ha añadido: “Cometiste un error y te va a ir
peor que a Aznar cuando se metió en Irak. Ojalá no te manches las manos
de sangre junto a Trump en la crisis venezolana”.
Maduro no admite la posibilidad de
replantearse su continuidad en el poder con tal de evitar un baño de
sangre. “Entonces, ¿nos rendimos?” contesta a una pregunta directa sobre
el tema y más adelante añade: “Los bolivarianos no nos rendimos.
Nosotros somos, como dice Rodríguez Zapatero, como los vietnamitas:
luchamos hasta con las uñas. (…) Por las malas nunca aceptaremos nada,
que lo sepan. Que lo sepa Pedro Sánchez. ¡Pedro Sánchez, que lo sepas!
Por las malas, te hundirás tú. Venezuela por las malas no da un paso en
ninguna dirección, que lo sepan en el mundo”.
Tampoco admite Maduro la magnitud de la crisis económica que sacude
al país ni el éxodo de cientos de miles de venezolanos que ha provocado.
La crisis la atribuye a “una guerra económica” y los tres millones de
venezolanos que se han marchado los reduce a 600.000 u 800.000 que se
han ido “engañados”, “con una falsa visión”.
En su visita a los militares, Maduro se ha referido a las
movilizaciones que la oposición realizó el sábado y la ha acusado de
querer entregar Venezuela a Estados Unidos, país que, junto a una
treintena de naciones, ya ha dado su respaldo a Guaidó por considerar
que Maduro fue elegido en un proceso “fraudulento”.
“Estemos a la altura
del tiempo histórico que nos toca vivir; hoy se decide el futuro de
Venezuela, si Venezuela se va a convertir en una estrella de la bandera
gringa o Venezuela va a seguir ondeando su tricolor con sus ocho
estrellas libres y soberanas”, ha dicho.
Guaidó trata de disputarle a
Maduro el respaldo de la FANB y para ganárselo ha apelado a su condición
de presidente de la Asamblea Nacional, competencia que sigue
conservando. Por eso, ha recordado a los soldados que el Parlamento
aprobó un decreto de ley que promete amnistía para todos los
funcionarios civiles y militares que no reconozcan a Maduro y que
contribuyan a restablecer el hilo democrático, que, asegura, está roto.
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