BRUSELAS.- Francia y Alemania han pactado una
propuesta conjunta sobre el futuro "instrumento presupuestario" para la
eurozona, que plantea que este se destine a cofinanciar reformas e
inversiones públicas nacionales con el fin de mejorar la competitividad y
convergencia entre los países de la moneda única.
Según el texto del acuerdo, este instrumento se
enmarcaría dentro del presupuesto plurianual de la Unión Europea (UE),
pero estaría controlado solo por los Estados que comparten el euro y
vinculado al ciclo de coordinación y recomendaciones de política
económica de la Comisión Europea, el llamado "Semestre Europeo".
Este instrumento responderá a la necesidad de que los
países que comparten la misma moneda tengan la misma prosperidad, para
lo que "deben presentar potenciales de crecimiento y competitividad
similares", dijeron este lunes fuentes francesas.
Según el diseño franco-alemán, los países podrían utilizar este
instrumento para costear reformas e inversiones públicas que hayan sido
identificadas como relevantes dentro del "Semestre Europeo".
Los Estados miembros "estarían obligados a cofinanciar partes
sustanciales de los proyectos de inversión", aunque en casos de crisis
"severas" la parte de financiación que debería aportar el país podría
ser reducida "temporalmente", especifica el documento, de cuatro
páginas.
Para beneficiarse de financiación, los
países tendrían que presentar sus planes de reformas o inversión a la
Comisión, que se encargaría de aprobarlos consultando con los Estados
miembros.
La entrega de los fondos "dependería de los
progresos en la implementación" de estas reformas, y estarían sujetos a
las condiciones habituales que se aplican a los fondos estructurales.
Además plantean que parte de los fondos del instrumento puedan
utilizarse como avales para inversiones dentro del programa "Invest EU",
el sucesor del "Plan Juncker".
La propuesta precisa
que este instrumento se enmarcaría dentro del presupuesto plurianual de
la UE, con lo que no sería un presupuesto independiente como hubiera
preferido París, y que su tamaño se determinará dentro de la negociación
de ese marco financiero.
Francia y Alemania aclaran
que "no se basará en créditos" y proponen que se nutra de contribuciones
nacionales, aunque contemplan también contar con recursos propios, como
una tasa a las transacciones financieras que lleva años estancada en
Europa.
El pacto incide en que las decisiones clave
deben ser tomadas "solo por los Estados miembros participantes", es
decir, por el Eurogrupo -los ministros de Economía y Finanzas de la
eurozona- y en las cumbres de líderes de países del euro, algo que
proponen regular a través de un acuerdo intergubernamental.
París y Berlín argumentan que el instrumento tendría un "efecto
estabilizador" en la eurozona en momentos de crisis, evitando que caiga
la inversión y que aumenten las divergencias entre socios.
La propuesta de ambos países, que a finales de 2018 ya habían esbozado
una idea mucho menos detallada de este instrumento, llega después de que
en diciembre los líderes europeos acordasen empezar a trabajar en un
embrión de presupuesto de la eurozona.
La iniciativa,
impulsada por Francia desde el inicio en 2017 del mandato del
presidente, Emmanuel Macron, había chocado hasta entonces con el rechazo
frontal de Holanda o los nórdicos, que ahora se han abierto a
considerar un instrumento que será menos ambicioso que el planteado
inicialmente por París, pero que de todas formas supondría un refuerzo
para la eurozona.
La iniciativa franco-alemana deberá
ser debatida ahora por el Eurogrupo, que espera presentar resultados
sobre el instrumento presupuestario en junio.
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