FRÁNCFORT.- El Banco Central Europeo
(BCE) reforzó y prorrogó este jueves su arsenal de apoyo a la economía
frente al impacto del coronavirus, que podría durar varios años. El
Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP, por sus siglas en
inglés), que se puso en marcha en marzo con un monto inicial de 750.000
millones de euros (844.000 millones de dólares) sumará otros 600.000
millones de euros (674.000 millones de dólares).
Además se extenderá "al menos hasta 2021", pese a que
inicialmente estaba previsto que concluyera a finales de 2020, anunció
la institución.
El BCE anunció también que reinvertirá la deuda
que vaya venciendo hasta "al menos" finales de 2022, una manera de
gestionar estos activos a largo plazo, como ya hace desde 2015 por su
programa QE de compras de activos.
La decisión "es importante"
porque el instituto podrá utilizar "más tiempo" la flexibilidad que
ofrece el PEPP, concentrando por ejemplo sus compras en los países más
afectados, indica Frederik Ducrozet, un analista de Wealth Management.
La
principal tasa de interés se mantuvo en cero, mientas que la tasa de
depósitos –que se aplica al dinero que depositan los bancos en la
institución– seguirá en -0,50% .
La presidenta de la institución,
Christine Lagarde, anunció además sus perspectivas de crecimiento, con
una caída esperada del 8,7% del PIB en la zona euro en 2020 y luego un
repunte del 5,2% en 2021 y de 3,3% en 2022.
Estas proyecciones
están rodeadas de una "incertidumbre excepcional", dijo Lagarde, cuya
institución prevé además una inflación en la zona euro del 0,3% en 2020,
0,8% en 2021 y 1,3% en 2022.
La zona euro sufre "una caída brutal
de la actividad económica por la pandemia y las medidas tomadas para
contenerla", dijo la Lagarde en una rueda de prensa.
Según ella,
tanto el retroceso del PIB como la recuperación "dependerán de la
duración y de la eficacia" de las medidas de confinamiento, de las
políticas de estímulo y del apoyo al empleo, así que del "impacto
duradero" de la pandemia de coronavirus sobre la demanda.
El programa de ayudas del BCE se enfrenta también a una amenaza jurídica.
"El
BCE no está en mejor posición que otros analistas para tratar de captar
la profundidad de la crisis económica y el ritmo de la recuperación",
resumió Carsten Brzeski, del banco ING.
Hace apenas un mes, el
Tribunal Constitucional alemán exigió al BCE que justifique en un plazo
de tres meses sus masivas compras de deuda pública que empezaron en
2015.
Si la institución no da
respuestas satisfactorias a los jueces alemanes, el banco central
alemán, el Bundesbank, podría verse obligado a abandonar ese programa.
Según
el economista Holger Schmieding, del Banco Berenberg, las decisiones de
este jueves demuestran sin embargo que el BCE "sigue siendo una
institución realmente independiente, totalmente comprometida con su
mandato de la estabilidad de precios y en ningún caso constreñido por el
veredicto".
La proyección para 2022 "es la más baja jamás registrada a
medio plazo", observa Ducrozet lo que entierra las perspectivas de
endurecimiento de la política monetaria.
Es incluso probable que
"el BCE anuncie una segunda y última expansión del PEPP a finales de
año", estima Ducrozet, si el instituto quiere continuar sus compras al
ritmo actual.
El BCE no es el único que está actuando frente a la crisis del coronavirus.
Los
países de la UE negocian un ambicioso plan de reactivación de 750.000
millones de euros (833.000 millones de dólares) presentado por la
Comisión, que supone en realidad una mutualización de deuda.
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