BUENOS AIRES.- La
prima de riesgo argentina sobrepasó este jueves la barrera de los 2.000
puntos, impulsada por la incertidumbre reinante sobre cómo va a
conseguir el Gobierno hacer frente a sus acreedores cuando el país pasa
por una situación económica tan delicada.
La
escalada del riesgo país del 4,6 % hasta los 2.051 puntos da fe de que
los inversores vieron minada su confianza en el país en la jornada
posterior a la comparecencia en el Congreso del ministro de Economía del
país, Martín Guzmán, respecto a cómo afrontar la deuda.
Además, esta semana el Ejecutivo anunció la postergación hasta septiembre del pago de un bono que vencía hoy.
"Va
a haber frustración por parte de los bonistas, pero nos tenemos que
sentar todos a la mesa sobre la base de la responsabilidad y sobre la
base de una cuota grande de realismo para evitar que esto sea una
pérdida para todas las partes", manifestó este miércoles Guzmán en su
comparecencia en sede parlamentaria acerca de las negociaciones con los
acreedores.
El
titular de Economía incidió en que Argentina tiene la "firme" voluntad
de pagar su deuda, pero primero el país tiene que crecer y quitarse de
encima "el peso de una deuda que asfixia".
"Mal
iba a bajar el riesgo país cuando el mensaje fue 'prepárense porque
Argentina no está en condiciones de pagar'", explicó a Efe el director
del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE), Víctor Beker.
De
hecho, el presidente argentino, Alberto Fernández, expresó este jueves
en una entrevista con Radio Rivadavia que no le preocupa esta subida del
riesgo país y la ve "razonable".
Mientras
tanto, se encuentra en el país una misión del Fondo Monetario
Internacional (FMI), organismo que concedió a Argentina un préstamo de
56.300 millones de dólares de los cuales se han desembolsado 44.000
millones, y que busca conocer la estrategia de las autoridades para
abordar la situación de la deuda.
No se espera que trasciendan detalles sobre la visita del FMI hasta que finalice el 19 de febrero.
Otro
factor para entender la desconfianza de los inversores es la decisión
del Gobierno de posponer la pago del bono AF20, un título que vencía
este jueves pero cuyo capital se abonará a final de septiembre.
"Es
una señal de que probablemente suceda lo mismo con los otros bonos que
vayan venciendo. Por lo tanto, la reacción del mercado es que todos
aquellos que tienen bonos argentinos traten de desprenderse de ellos",
apuntó Beker.
Antes
de tomar esta decisión, el Ministerio de Economía ofreció un canje que
tuvo una adhesión cercana al 10 %, con el que se buscaba "cambiar el
perfil" del bono "insostenible por otro que fuese sostenible", pero
tampoco cosechó éxito.
"Hubo
cooperación de tenedores locales pero no hubo cooperación por parte de
un grupo de fondos extranjeros que poseen la mayor tenencia del
instrumento", criticó la cartera.
Además,
trataron de sumar recursos con la licitación de tres bonos del Tesoro
-dos en pesos y uno vinculado al dólar- pero la declararon desierta.
El
economista del Cene consideró que hubo "algunos errores" respecto al
vencimiento del bono AF20, pero cree que a medida que el Gobierno
enfrente otras situaciones similares irán "aprendiendo".
Asimismo,
Beker extrajo de este episodio otra moraleja: "Los inversores han
recogido la lección de que si no aceptan la oferta de deuda no van a
cobrar, que es un poco a lo que apunta el Gobierno".
Según
los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Economía, el 31
de diciembre pasado la deuda pública total argentina ascendía a 323.177
millones de dólares, de la que 142.807 millones estaban bajo legislación
extranjera.
Según
el anterior Ejecutivo, encabezado por el conservador Mauricio Macri
(2015-2019), en 2015 era de 240.000 millones de dólares.
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