WASHINGTON.- El Senado de EE.UU. aprobó este jueves un proyecto de ley que impide al presidente estadounidense, Donald Trump, tomar cualquier acción militar contra Irán sin antes solicitar permiso al Congreso, lo que supone un duro golpe para la autoridad del mandatario.
La iniciativa, que para convertirse en ley necesita la firma del propio Trump, fue aprobada con el voto de todos los senadores de la oposición demócrata y de ocho republicanos.
El
apoyo de los senadores conservadores es significativo porque muestra
públicamente la disconformidad de algunos republicanos con la política
de Trump hacia Irán y, especialmente, con su decisión de ordenar la
muerte hace seis semanas del general iraní Qasem Soleimaní, considerado un héroe en el país persa.
No obstante, se trata simplemente de un gesto simbólico porque Trump ya ha anunciado que vetará la iniciativa.
Es necesario una mayoría de dos tercios en cada cámara del Congreso
para revocar el veto de un presidente y, en esta ocasión, no existe un
apoyo tan amplio.
El senador
demócrata Tim Kaine, que promovió la iniciativa, consideró en Twitter
que el Senado está enviando "un fuerte mensaje bipartidista" para
reafirmar la autoridad del Legislativo, que es el único órgano del
Estado con capacidad de declarar la guerra, según la Constitución.
Además, la Constitución establece que el presidente es el comandante de las Fuerzas Armadas;
pero, lo cierto, es que el Ejecutivo ha ido ganando mayor poder desde
los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando el Congreso aprobó
una ley que daba más margen al jefe de Estado para ir contra Al Qaeda.
Ya en enero la Cámara de Representantes, donde los demócratas tienen mayoría, aprobó una iniciativa similar a la del Senado.
Ese
proyecto no vinculante estaba destinado a mostrar el enfado del
Congreso con Trump, que no notificó a los legisladores con antelación
del ataque estadounidense en Bagdad contra Soleimaní.
La República Islámica respondió a la muerte de Soleimaní con un ataque a una base militar en Irak con presencia de tropas norteamericanas.
Teherán
y Washington, que no tiene relaciones diplomáticas desde 1979, han
vivido numerosas crisis desde que Trump ordenara en 2018 la salida de
EE.UU. del acuerdo nuclear suscrito con potencias mundiales en 2015.
Desde entonces, Washington volvió a imponer duras sanciones sobre la
economía persa.
A la crisis se
añadió el derribo accidental por parte de la República Islámica de un
avión civil ucraniano poco después de despegar del aeropuerto de Teherán y que causó la muerte de sus 176 ocupantes.
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