BAGDAD.- Irak "no será el mismo"
después de la ola de manifestaciones que estalló hace un mes y las
autoridades no pueden ignorarlo, dijo este viernes el ayatolá Alí
Sistani, en una muestra de apoyo a los manifestantes, que siguen en las
calles.
Las concentraciones ganaron impulsos tras estas
declaraciones en ciudades del sur y en Bagdad, donde antes de medianoche
el estallido de una bomba dejó al menos un muerto y más de diez heridos
cerca de la plaza Tahrir, dijeron fuentes de seguridad.
Por la tarde tres manifestantes murieron en la capital por disparos de balas reales y por una granada lacrimógena.
El
gran ayatolá Alí Sistani afirmó que las autoridades deberían actuar
rápidamente para responder a las reivindicaciones de los manifestantes,
que denuncian sus difíciles condiciones de vida en un país rico en
petróleo y exigen el fin de la corrupción, así como la renovación del
sistema político.
"Si aquellos que están en el poder piensan que
pueden eludir una verdadera reforma postergando y dilatando, se
equivocan", dijo Sistani en su sermón semanal de los viernes, leído por
uno de sus asistentes, en la ciudad santa chiita de Kerbala (sur).
"Lo que viene luego de estas protestas no será lo mismo de antes, y deben tomar conciencia de ello", agregó.
Este
movimiento de revuelta, que comenzó el 1 de octubre, estuvo marcado por
la violencia que dejó más de 330 personas muertas, en su mayoría
manifestantes.
"No se hizo nada destacable hasta ahora" sobre las reivindicaciones de los manifestantes, dijo el dignatario religioso.
Sistani,
de 89 años, dio al principio un tímido apoyo a los manifestantes cuando
salieron a la calle y calificó de "legítimas" sus demandas, pero se
comprometió más en los últimos días.
Esta semana el ayatolá
Sistani se reunió con la jefa de la misión de asistencia de la ONU en
Irak (Unami), Jeanine Hennis-Plasschaert, y según ella es partidario de
avanzar en la salida de la crisis, con reformas electorales y cambios en
la constitución.
El parlamento recibió un proyecto de nueva ley electoral pero todavía no se pronunció.
El religioso pidió a los diputados "trabajar rápidamente
para aprobar una ley electoral justa que restauraría la fe del pueblo en
el proceso electoral".
"Solo el pueblo puede acordar al gobierno
su legitimidad (...) Votar una ley que no ofrece al pueblo esta
posibilidad no sería ni aceptable ni útil", añadió.
En las ciudades de Kut, Hilla, Nasiriya, Nayaf y Diwaniya, la marea de manifestantes creció tras el sermón del ayatolá Sistani.
En
la ciudad petrolera de Basora, los manifestantes bloquearon el acceso
al puerto de Um Qasr, vital para las importaciones principalmente de
comida y medicamentos.
Los que están acampados en la plaza Tahrir de Bagdad,
epicentro de las protestas, dicen que están decididos a quedarse:
"¡Nadie se repliega! ¡Incluso él [Sistani] está con nosotros!", lanzó un
manifestante.
El viernes por la noche, la explosión de una bomba
colocada bajo un vehículo cerca de esta plaza dejó al menos un muerto y
más de diez heridos, anunciaron en un comunicado las fuerzas de
seguridad.
Y dos participantes habían muerto por la tarde por
disparos de bala real en la plaza vecina, Khallani. Un tercero murió por
disparos de granadas lacrimógenas, diez veces más potentes que las que
se usan en otras partes en el mundo, según fuentes médicas.
Las
protestas son las más intensas en años en Irak y suponen una amenaza
para el sistema político impuesto tras la invasión de Estados Unidos,
que derrocó el régimen de Sadam Huséin en 2003.
El gobierno
rechaza las protestas y se niega a dimitir. Irak tiene el apoyo del
general Qasem Soleimani, el hombre fuerte de los Guardianes de la
Revolución iraní.
Sistani,
instalado en la ciudad santa chiita de Nayaf y que aparece muy rara vez
en público, niega apoyar al régimen iraquí y advierte sobre peligro de
la "imposición" de poderes extranjeros en Irak.
Una fuente cercana
a liderazgo chiita explicó que los delegados iraníes en Teherán
intentaron transmitir una carta a Sistani pidiéndole que apoye al
gobierno y llame a los manifestantes a abandonar las calles.
Pero Sistani "rechazó responder a la carta y ni siquiera los recibió", indicó la fuente.
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