miércoles, 6 de noviembre de 2019

Brasil provoca nuevamente a ambientalistas, esta vez con azúcar

SAO PAULO.- Brasil se ha enfrentado a la indignación internacional por los incendios en la Amazonía. En lugar de retroceder ante el escrutinio, el presidente Jair Bolsonaro decidió hacer otro movimiento controversial, permitiendo la expansión del cultivo de azúcar en la selva tropical más grande del planeta.

Bolsonaro anuló una regulación de 10 años que había prohibido la expansión de la caña de azúcar plantada en el Amazonas, así como una sabana de humedales llamada Pantanal y áreas indígenas y reforestadas, según una resolución publicada el miércoles en el boletín oficial del país.
La medida se produce después del rechazo por los incendios en la Amazonía en agosto. Bolsonaro ha desestimado los incendios después de las promesas de recortar las restricciones de deforestación, y Donald Trump ha tuiteado su apoyo al líder. Mientras tanto, los grupos agrícolas brasileños han advertido que los principales importadores podrían comenzar a rechazar las compras de la potencia de los productos básicos debido a preocupaciones medioambientales.
La regulación del azúcar eliminada había ayudado al etanol brasileño, principalmente hecho de caña, a ser reconocido mundialmente como un combustible con altos estándares de sostenibilidad. El país sudamericano es el principal productor y exportador de azúcar del mundo y es un jugador importante en el espacio de los biocombustibles.
Los líderes mundiales, los grupos ambientalistas y los consumidores expresaron fuertes críticas sobre las tácticas de Bolsonaro mientras ardía la Amazonía. Este año, hasta el 5 de noviembre, se detectaron 77.239 incendios en la selva tropical, hogar de 10% de todas las especies de plantas y animales conocidas. 
Eso fue un 31% más que el año anterior, según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial, conocido como INPE. Aún así, el ritmo de nuevos incendios se ha desacelerado desde un pico en agosto.
Para los productores brasileños de etanol y azúcar, las viejas reglas tuvieron un rol importante cuando se trataba de una expansión sostenible, según Evandro Gussi, jefe del principal grupo de la industria azucarera, Unica.
No obstante, muchos molinos de caña han asumido compromisos medioambientales aún mayores que los descritos en la regulación creada hace diez años. Mientras tanto, el nuevo programa federal de combustibles renovables del país, RenovaBio, entrará en vigencia en enero y exige cero deforestación por parte de sus participantes.
“Los que practican la deforestación estarán fuera de RenovaBio, porque el etanol y todos los productos de caña de azúcar deben ser sostenibles desde el principio hasta el final”, dijo Gussi en un comunicado en el sitio web de Unica. “Hemos pasado de la era de la regulación al compromiso”.

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